Golpe de calor – Don Chimino
Por: J. David Flores Botello
GOLPE DE CALOR.- En estos días el calor parece no dar tregua. El sol pega duro pues amanece más temprano, anochece más tarde y ya no refresca como antes. Los techos y paredes calientes, las calles hirvientes, los ventiladores solo mueven aire caliente, nos avientan más polvo y reseca la garganta. Pero no todos sienten el calor igual: los niños pequeños, especialmente los menores de cinco años, lo sufren más… y en silencio. Un niño puede estar jugando y de pronto dejar de moverse, quedarse callado, ponerse rojo como jitomate y caliente como plancha descompuesta. Puede parecer solo cansado, pero su cuerpo está luchando contra un enemigo invisible: el llamado “golpe de calor”. A veces no hay fiebre, pero sí hay debilidad, náuseas, dolor de cabeza, irritabilidad o incluso vómito. Y en casos más graves, pueden aparecer convulsiones o pérdida del conocimiento. El cuerpo humano tiene, por así decir, su propio aire acondicionado: el sudor. Sudamos para refrescarnos. Pero en los niños, este sistema aún no es del todo eficiente. Se deshidratan más rápido, se sofocan antes, y si no se interviene pronto, pueden terminar hospitalizados. En México, cada año aumentan las atenciones por golpe de calor en los servicios de salud durante los meses de marzo a septiembre. En estados como Guerrero, Oaxaca, Veracruz y Tabasco, donde las temperaturas superan los 40 grados, las alertas se encienden más temprano y se apagan más tarde.En 2023, la Secretaría de Salud reportó más de 1,300 casos de enfermedades asociadas al calor extremo, incluyendo golpes de calor, insolación y deshidratación severa, con más de 100 fallecimientos en todo el país. La mayoría de los afectados eran personas mayores y niños menores de 10 años. Pero más allá de los números, está la realidad diaria: niños que caminan al kinder bajo el rayo del sol, bebés cargados en rebozos mientras sus madres trabajan, pequeños que corren en canchas sin sombra, niños encerrados en carros porque “Ahorita regreso, no me tardo)”. Y es que no hay momentito que valga cuando se trata de calor extremo: un auto al sol puede alcanzar 50 grados en menos de diez minutos, y eso es suficiente para que un niño colapse. Por eso hablamos del tema, porque en tiempos de calor, lo primero es agua simple. No juguitos, no refrescos, no bebidas azucaradas. Agua. Y si el niño no la pide, hay que ofrecérsela. Si hace calor y no orina también puede usar suero como pedialyte 30. La ropa debe ser ligera, clara, suelta. El sombrero o gorra no deben verse como un lujo, son protección. Y la sombra se convierte en nuestra mejor protección, como lo era el tejabán de la abuela o la hamaca bajo el tamarindo o el huamúchil. Si van a jugar, que sea temprano o después de que baje el so. No hacerlo de 11 a 17 hrs cuando hay más radiaciónl. Si van a caminar, que sea con calma, con pausas, con agua en la mochila y ojo bien abierto. Pero también hay que saber qué hacer cuando ya ocurrió. Si un niño tiene síntomas de golpe de calor, lo primero es retirarlo del sol, ponerlo en un lugar ventilado, quitarle ropa, mojarle la piel con agua y abanicarlo. No hay que darle bebidas azucaradas ni automedicar. Y si no mejora pronto o si está decaído, debe ser visto por un médico. No se val“Chiu-chiu-chiu… chiu-chiu-chiu… pichiu-pichiu-pichiu”. Este calor que sentimos y lo que se espera es parte del cambio climático que padecemos. Y si los adultos sudamos la gota gorda, los niños están aún más expuestos. Cuidarlos es más que hidratarlos: es educar a todos los que los rodean para prevenir. El calor no se ve, pero se siente… y se combate con prevención, con cariño y con sentido común.
DON CHIMINO.- Como que los tiempos se empiezan a sentir más mejor. Dende las 5 y media ya ta´ amaneciendo, a esa hora ya se mira el claror a lo lejos y son las aves las que nos anuncian que ya viene el sol. El pájaro que le dicemos ya qué aque, el abejero, antes chirridiaba juerte y era el primeras, a la mejor porque se para en la punta del arbol más alto era el que, antes que todos, echaba su chirroniada, como diciendo “acá nomás mis chirroniadas truenan” y sí, no deja que nadien se acerque a su territorio y, hasta los que manejan los drones les sacatean. Si un pájaro abejero mira que anda cercas un drón, se le va encima y le da en su madre. Ora no sé que le pasa al abejero. Chrirronea más antes qiue todos pero se oye medio apagado, entre dormido y despierto, como con ganas de no quererse alevantar. Dende hace como 2-3 semanas, los pájaros primavera tempranito andan echando su canto pa´ver si atrapan pajarita. Deveras que le echan ganas pa´ cantar más mejor que el otro. Cantan parecido pero no igual. Unos más sonoros, más melódicos o más crolongados. Cantan juerte y estrupturado. Suena mas o menos asina:” Chiri-li, chirap, chirap, chiri-li, chirap”. Se echan sus competencias a ver quién lo hace más juerte y más largo. Es una delicia escucharlos, sobre todo cuando, casi al mismo tiempo, el cardenal pecho rojo trepado en una varilla, una barda, el borde de una ventana o en una aislada rama, compite con otros e intenta ligarse su pajarita antes que se la ganen. Anque casi es la mitan de tamaño de el primavera, ´ta juerte y crolongado su trino del cardenal pecho rojo, que cuando canta hace maso menos asina: “Chiu-chiu-chiu… chiu-chiu-chiu… pichiu-pichiu-pichiu”, es un canto como que arrulla y te invita a quedarte un rato más en tu camita, acurrucado. Las tortolitas son parecidas a las palonas pero en tamaño chico. Tienen su sonido más agudo y rítmico y se oyen asina: “cu-rrruuu cu-rrruuu”. El pájaro peti rojo que le llamamos pájaro carpintero, con su pico largo puntiagudo y su cola como péndulo, llega ya cuando ta´el sol bien luminoso, llega bien escandaloso, como se riera de todos. Hace varios sonidos en diferentes meses, pero más hace: “queer-queer” o “wika-wika-wika”. ¿Y los gallos? Esos tán más pior. Atrás de mi cantón algún vecino cría gallos de pelea y éstos móndrigos agu no son ni las 4 de la mañana y ya tan quiqui riquí una y otra vez , yo creo que tienen su reló descompuesto. Es cierto que en veces la calor tá de la chifosca mosca y ya casi anda uno con la luenga de fuera, como perro asoliado, pero hay más verdor, ya se miran hartas nubes cargadas de agua y es tiempo de enamoramiento y buena vribra. Y digo que los tiempos tan más mejor porque miro a mi Puchunguita muy contenta crogramando su fiesta porque va a ajustar 60 años. Anda bien animosa viendo en qué salón, que si va a ser comida o cena, que qué va a haber de pipirín. Si va a contratar un grupo o dos o momás que sea con su bocina, que se oye bien chingona, y sus uesebés donde tiene su lista de canciones preferidas. Cada que me pregunta qué ´staría bueno hacer, yo le digo que puede ser un bufete, ya sea por la tarde o por la noche o un platillo igual para todos con salsas y tortillas suficientes. Que al final las gentes van a divertirse y ya saben que ella, siempre tiene bebidas de todas sobre todo sus beylis, sus mezcales curados de coco y pa´los compadres cervezas de ampolletas en una tina con harto yelo y mezquite natural que le trayen de la Costa Chica esquina con Guajaca que, la mera verdá ta´muy bueno. Tambor ta contenta mi Púchun porque ya va a tener su tarjeta de Bienestar y más lanita pa´sus antojos. Cada mañana hace mucho sol y le doy gracias a Dios por permitirme disfrutar estos maravillosos días y más ora que es el Día de las Madres. Les mando una felicitación a sus mamases, sus abuelas y para todas las mamis del mundo mundial… y, ¡Pa´su mecha! Ya me rete colgué, áhi nos pa l´otra, graciotas.