Por Álvaro Venegas Sánchez


Ha transcurrido la primera de tres partes de la campaña presidencial y un balance es necesario sobre cómo las estrategias y actividades de las y el contendiente por la Presidencia se han posicionado en el electorado; por ende, fortalecido o debilitado sus posibilidades de triunfar. Las encuestas del principio ubicaron a Claudia, Xóchitl y Máynez en primer, segundo y tercer lugar respectivamente y finalizan esta etapa en los mismos lugares. Para bien y mal ninguna autoridad los ha limitado a decir, hacer y prometer lo que quieran; incluyendo ataques y calumnias absurdas contra el presidente de República.


Más allá de militantes y simpatizantes de todos los partidos políticos, los ciudadanos simplemente observan y escuchan. Experimentan un cambio. Los comentarios por la radio, televisión, incluso mensajes y videos que circulan en las redes sociales, los toman con reservas. Antes podíamos tragar cápsulas de mentiras si agua; ya no es así. Noticias y “análisis” de comunicadores del televisa y tv Azteca no son hoy la explicación y la verdad y esperada; han perdido credibilidad y audiencia. Ocurre igual en la prensa con intelectuales que no empatizan con la 4T. Hasta publicaron un desplegado denunciando falta de igualdad y libertad de expresión. Quizás los limitan los dueños de los medios donde escriben; pues no se sabe que el gobierno haya vedado o amenazado a alguno de ellos.


En este cambio de mentalidad y actitud ciudadana las conferencias mañaneras algo tienen que ver. Cierto, los canales 11 y 14 de tv y demás medios que las transmiten no tienen el alcance de los medios de comunicación tradicionales. Sin embargo, la cantidad de personas que sea las ve, escucha y claro, reproduce la información que sale directamente de Palacio Nacional de lunes a viernes. Obviamente, la contrasta con versiones y argumentos que exponen los adversarios e identifica dónde y quiénes mienten o simplemente salpican la información con ironía venenosa para distorsionar lo que hace y dice López obrador; tienen motivos para hacerlo.


Frecuentemente lo acusan de haber polarizado a los mexicanos. Dan a entender que antes, con Peña Nieto, Calderón, Vicente Fox, Ernesto Zedillo, etc., fueron tiempos de armonía. Por supuesto que no fue así. La armonía, el buen entendimiento, el trato civilizado, ocurrió solamente entre las élites de la clase política y el poder económico. La protesta social fue a veces ignorada y otras reprimida. AMLO, ha sido incómodo por ser ajeno y extraño a esos círculos políticos de complicidad. Si fuese corrupto, demagogo y ambicioso, o sea igual a ellos, no habría logrado lo que se propuso hacer en seis años ni tendría el reconocimiento internacional ni la gran aceptación de los mexicanos a seis meses de concluir su mandato.

¿Polarización? Lo que hay es: una parte de la población mexicana atenta a las conferencias mañaneras, escucha y cree en el presidente Andrés Manuel López Obrador; la otra parte las detesta, ni siquiera las ve. Tal predisposición no es porque allí se digan mentiras, sino porque lo que se informa y dice en ellas lastima sus particulares intereses. Más grave aún, en esta porción de la sociedad parece campear odio hacia el presidente llegando algunos, opositores y malquerientes, a expresiones cargadas de resentimiento y prejuicios para denigrar la figura presidencial.


Ellos prefieren seguir creyendo y nutriéndose de opiniones de intelectuales y analistas tipo Aguilar Camín, Jorge Castañeda, Carlos Loret de Mola, Alazraki, Brozo (político disfrazado de payaso) y en conductores de noticias defensores del viejo régimen. Disculpe lector mi reduccionismo. Creo que esta es la polarización que tanto disgusta y preocupa a los que hacen política tenebrosa cuidando, sólo cuidando públicamente, no hacer apología de la fuerza y la violencia; eso sí, consta, se burlan de la política de abrazos.


Pues si las preferencias no cambiaron, tarea enorme tienen estrategas y candidatos de la oposición. Sheinbaum, a pesar de haber recibido más valoraciones negativas en noticiarios de radio y televisión, también tiene más menciones positivas y sigue en primer lugar. Xóchitl Gálvez, aunque la favorecieron con menos frases negativas, sigue en segundo lugar. Álvarez Máynez, segundo lugar en negativas, tercero en positivas y conserva el tercer lugar. Tal vez se debe a que “lo nuevo, que va en serio”, la ciudanía lo relaciona con la actuación de Enrique Alfaro, en Jalisco y con Samuel García, en Nuevo León. Veremos qué impacto causan los debates al finalizar la segunda etapa.


Iguala, Gro., abril 1 del 2024

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