Hace falta una cartelera
Por: José I. Delgado Bahena
Ayer volvió a pasar. Lo que he venido comentando a lo largo de ya doce años de escribir en este espacio: hay desorganización entre quienes realizan actividades culturales o presentaciones artísticas en la ciudad. Es necesario, pues, pensar en que alguien, que bien podría ser la directora de cultura, se dispusiera a recabar la información de las diferentes actividades que se tienen programadas, al menos, cada fin de semana, para dar a conocerla mediante una cartelera, aunque sea digital, para que cada evento tenga su calendarización previa y no se encimen.
Por ejemplo: ya sabemos que cada viernes hay alguna presentación en El Patio, el centro cultural que dirigen la maestra Lupita Ayala, Sergio Mosqueda y Gabriel Hernández; bueno, pues, los organizadores de otras actividades deberían programarlas para otros días o a diferentes horas.
Es que, ayer pasó otra vez. A las 6, en el Museo de la Bandera; a las 7, en El Patio, y a las 7, también, en el nuevo espacio de Óliver Herrera. La verdad, algunos, como yo, hubiéramos querido estar en todas partes, por lo interesante de las tres presentaciones; entonces, tienes que elegir entre las dos de las 7; pero, además, como están muy cercanos los horarios, corres el riesgo de llegar tarde, o de perderte algo que te interesa ver.
Fíjense que, en el periodo de José Luis Abarca, al estar yo en la dirección de la Pérgola, y no haber director de cultura, le pedí al presidente que autorizara la elaboración, edición e impresión de un folleto cultural que saliera periódicamente, en el que informáramos sobre las actividades culturales del municipio, tanto de las que habían pasado, como de las que se aproximaban; esto con la finalidad de prever que no surgieran incomodidades entre el público que deseara asistir a alguna que les ofreciéramos en la programación del folleto. La verdad, José Luis me apoyó en todo y, desde luego, también estuvo de acuerdo en lo del folleto. Precisamente estábamos en los convenios con el impresor y la oficial mayor, cuando ocurrió el suceso de los alumnos de Ayotzinapa que a todos nos vino a enredar la vida.
Después ya no hubo tiempo ni oportunidad de proponerlo, ya que nos hallábamos atorados en los planes que teníamos para el desarrollo del arte y la cultura en Iguala.
De cualquier manera, se agradece el que haya iniciativas particulares, incluyendo la del Museo de la Bandera, ya que la administración no depende del ayuntamiento, sino de la Secretaría de Cultura estatal; es mejor que se haga algo en diferentes puntos de la ciudad, a que no se haga nada.
También hay que reconocer que, mejor gente de fuera aporta su granote de arena en beneficio de la cultura en Iguala. Vean: en el Patio: Lupita Ayala, de Tetipac, y Lupita Calles de Cd. de México; en Casa Jano: Mayra Millán, de Tepecoacuilco; en el Centro Cultural “Olimpo Teatral”: Carlos Casanni, de Acapulco; Hermes Castañeda, con su taller de Creación Literaria: de Veracruz; en el Museo de la Bandera: el maestro Óscar Viveros, de Huitzuco, quien además ha promovido el amor por la danza folklórica. Aunque, claro, todos ellos radican ya desde hace varios años en Iguala y han hecho su trayectoria artística y vida social, y familiar, aquí.
Sin duda hay algunos que, según sé, son originarios de la ciudad tamarindera, como la arquitecta Raquel Flores, quien no pierde de vista su propósito de sembrar el amor por la danza, así como la maestra Orquídea G. Figueroa; desde luego, los músicos Óliver Herrera y Yair Lozano, con sus escuelas de música, o Félix Ocampo, quien ha impartido clases de pintura, y el maestro Daniel Díaz Villaseñor, en la UAGro, con sus talleres de diferentes expresiones artísticas. Así mismo, el contador Guillermo de Luna, en la Casa de los Abuelos, quien, con frecuencia, organiza eventos de importante relevancia.
Es lo que hay. Como ven, sí hay gente que le da su importancia al quehacer artístico y cultural en la ciudad y, aún sin contar con apoyo oficial, o consiguiendo, apenas, una “ayudita” por parte de algún regidor, hacen grandes sacrificios para que este “animal” siga vivo y “coleando”, a pesar de la falta de apoyo e interés de las dependencias de gobierno.
Pero, insisto: es necesario organizarnos, que alguien tome la batuta para calendarizar los eventos, e informar sobre su realización, en beneficio de la ciudadanía.