10 de mayo, recuento de datos

Por: José Rodríguez Salgado

A las madres trabajadoras de México. Saludos

Mañana 10 de mayo como todos los años desde 1922, los mexicanos celebramos el Día de las Madres. Esta festividad ha creado una verdadera estructura mental colectiva. Desde el 13 de abril de ese año en que Excelsior publicó la iniciativa para dedicar una fecha y honrar al ser que nos trajo al mundo, no ha dejado de enaltecerse su figura mediante un monumento de amor que valora su vida y sacrificios. También en EE.UU. el día escogido para tan noble objeto es el 10 de mayo. El periódico en cuestión, solicitó la cooperación de sus colegas y del público para realizar el homenaje apropiadamente.

La campaña principió por las escuelas, con el apoyo de José Vasconcelos, recién nombrado titular de la SEP. También por muchos años la alta jerarquía eclesiástica emitió la salutación correspondiente en las páginas del periódico mencionado. Muchas cartas de apoyo fueron enviadas por los lectores. Además de la Cruz Roja, las Cámaras de Comercio del país se adhirieron a la iniciativa de don Rafael Alducin, director del periódico. El comercio estableció con esta celebración formas de relación y aprecio entre las personas a través del regalo obligado: relojes, libros, juegos de té, vajillas, ropa, perfumes, alhajas, dulces, fotografías, bolsos y electrodomésticos, etc., en las grandes ciudades.

El 10 de mayo de 1922, Excelsior publicó a ocho columnas, “haber cumplido su misión de rendir homenaje a quienes llenas de sacrificio y entereza, abnegación y ternura, guardan la condición de madres”, nada más bello que glorificar a la mujer que nos llevó en su seno, que nos amamantó, que nos educó, que nos enseñó a hablar, que nos formó el alma, que sufrió con nuestros errores, completaba la nota. En esa fecha se organizaron festivales en varias partes del país y en casi todas las escuelas. La excitativa tuvo respuesta, cines, teatros, restaurantes de moda, estuvieron llenos de familias. También en los barrios populares de la ciudad penetró hondamente la idea. En la cárcel de Belem se organizó un festival de los reclusos para sus progenitoras.

El radio, el cine, la televisión, las telenovelas, machacaron con constante uniformidad en la imagen de la madre. Es sin duda uno de los excepcionales casos en que toda la gran familia del país se puso de acuerdo para convertir ese día en institución nacional de ideales y gratitud. En 1932, triunfa una nueva propuesta, la de edificar un gran monumento en honor de las madres. Éste se inauguró en 1949 en Paseo de la Reforma y Sullivan con el mejor mármol del país. En 1936, se organizó un homenaje a la madre proletaria en la Alameda Central. En 1941, el licenciado Andrés Serra Rojas, solicitó en célebre discurso a la esposa del presidente de la República, que intercediera para elaborar el Código de la Madre y el Niño. En 1947, el papa Pío XII envió su bendición a las madres mexicanas.

Agustín Lara y Pedro Vargas alegraron el festival organizado en 1953 por Excelsior. Desde 1930, se instituyeron dos concursos escolares para primaria y secundaria, dibujos y breves textos respectivamente. Tan sólo ese año se recibieron 17 mil 380 trabajos. Otro tipo de concursos desde los años veinte hasta 1968, fue el de la madre “más prolífica”; en 1953, se le otorga un premio a la “madre viuda”; en 1959 a la “madre solitaria”; en 1967 a la madre “más ejemplar”; en 1968 a la madre que desde 1910 “haya dado más hijos en defensa de la Patria”; en 1968, Excelsior organizó el último festival cuando muere don Manuel Becerra Acosta, director del diario. En 1969 por primera vez se les dio voz a las madres para que plasmaran en 25 líneas lo que consideraran como las mejores ideas para educar a los hijos.

En 1971, el grupo de feministas “Mujeres de Acción Solidaria”, se manifestaron contra el mito de la madre, que consiste en exaltar la función biológica de la mujer “para encubrir el hecho de que como ser pensante y autónomo, se le deje desarrollar y nada más se le permita ser el reflejo de la voluntad del hombre…” Curiosa manera de abrirse y cerrarse un ciclo. Este grupo sostenía que la maternidad además de ser un hecho social, cultural, sexual, político, demográfico… es una realidad emocional muy fuerte y enriquecedora que necesita desnudarse de empalagoso, ilusorio, violento y depresivo, con que el sistema por años ha vestido a las madres. De cualquier forma vale la pena felicitarlas, apoyarlas, respetarlas, quererlas y comprenderlas siempre.     Fuente de consulta: Hemeroteca Nacional.

Mayo 9 de 2024.

Comparte en: