Respuesta a inquietudes lingüísticas
Por: José Rodríguez Salgado
A los hermanos Figueroa Salgado, continuadores de la obra de don Tobías, su padre.
Ya relaté que en mayo pasado visité la ciudad de Apaxtla en la Región Norte de Guerrero, a invitación del Grupo Cultural Apaxtlense que preside el profesor jubilado Mario Román Brito, junto con un grupo de ciudadanos promueven la cultura regional y divulgan la obra de los valores locales que afortunadamente abundan. Es reconocida la preocupación de las autoridades municipales que encabeza el doctor Manjarrez y personas de la sociedad civil interesadas en convertir ese rincón guerrerense en un sitio que privilegia el cultivo de las artes, el deporte, la declamación y en general toda manifestación que fortalece la identidad y ennoblece el espíritu.
Después de mi charla respondí en la medida de mis posibilidades una serie de preguntas de los asistentes. Particular inquietud mostró el profesor Galo René Figueroa Salgado respecto al español que se habla en nuestro país y la influencia que recibió de otras lenguas especialmente del latín vulgar. Le advertí que la evolución de las llamadas lenguas romances, sufrió un proceso muy largo y aún en nuestro país continúa transformándose como sucede con todos los organismos vivos y las lenguas lo son, por lo mismo están sujetas a permanentes mutaciones.
Enseguida traté aspectos generales de esas inquietudes, a partir de que el lenguaje es expresión y comunicación que proyecta la vida; es fenómeno del hombre y como humano implica todos los aspectos que lo integran: desde el ambiente geográfico, la personalidad, hasta los valores y matices lingüísticos que lo proyectan en la convivencia humana. El lenguaje es expresión de la vida, responde a los intereses de la comunidad humana de la cual es expresión. Encierra los más complejos elementos. El habla, familia, ambiente que confluye, los valores culturales; las costumbres, medios de vida y de relación social.
En el habla regional los elementos se multiplican tomando en consideración las actividades típicas del entorno, sentido profundo de la existencia, conductas, raíces, peculiaridades, anhelos insatisfechos, desfogues de fuerzas anímicas acumuladas, maneras de sentir y entender. Todo esto define y se expresa en formas lingüísticas. México no es el paisaje, ni el pueblo que se contempla de pasada en un día de fiesta; ni el de las danzas vistosas. Cada manifestación externa obedece a una elaboración profunda en el alma del conjunto. Nuestra nacionalidad se finca en una noción que comprende muchos aspectos asimilados a un parecer general.
Todo ello se proyecta en el habla regional que estremece la estructura lingüística del español con mecanismos de expresión que son por ejemplo las formas dialectales, proceso histórico que se define por el uso local. No se descubre el hilo negro cuando se afirma que el habla castellana creció hasta el idioma español bajo un ambiente propicio que señaló sus primeros caracteres. Desarrolló sus cualidades en las llanuras de Castilla; el clima y el medio en general fijaron las particularidades que habrían de significar la fisonomía de Fernán González y de Rodrigo Díaz de Vivar, como prototipos del país castellano.
Aquel idioma llegó a México, el panorama fue distinto. Las lenguas aborígenes difieren sustancialmente, no tienen relación alguna con el lenguaje que llega. Los conceptos de vida se oponen en muchos aspectos. Personas de varios rumbos cuyo sentido de la vida y del tiempo tienen su propio sello. Escasas comunicaciones, guerras floridas, distinta organización política y organización social, diferente arquitectura, nueva manera de entender el arte, el concepto religioso, la moral social, en fin, una valoración totalmente diversa que se refleja en una callada resistencia. Con la influencia de la lengua española en la cultura indígena pronto se rompe con el sistema de comunicación imperante.
Para cerrar esta parte de la respuesta a René concluyo que la lengua obedece a múltiples impulsos, es modificación personal, local, regional del habla para adaptarse y convertirse en expresión de características particulares del individuo de acuerdo con los matices peculiares que lo distinguen. El tema apenas comienza…
Ayer se cumplió un aniversario más del fallecimiento del ilustre polígrafo veracruzano-guerrerense don Hermilo Castorena Noriega. Me uno al recuerdo de su familia y amigos. RIP.