José Eduardo Cruz Carbajal

“Aún llenará tu boca de risa, y tus labios de júbilo”.

Job 8:21


Iguala, Guerrero, Febrero 4.- Querido doliente: El año nuevo ya llegó, y con él 365 día para seguir escribiendo tu historia, ahora con la ausencia de tu ser querido, lo sé y lo comprendo, pero su ausencia no significa que tu vida deje de ser divertida y sin sentido, sin duda nunca volverás a ser el mismo, no puedes cambiar el pasado, tampoco predecir el futuro, pero en ti esta la decisión de cómo vivir tu presente. Imagino que las tareas cotidianas del hogar todavía pueden ser todo un reto para ti, ¡Pide ayuda si la necesitas! Hazlo sin pena, todos necesitamos ayuda de vez en cuando, te ayudarán y lo harán con amor, no me queda ninguna duda de ello.

Seguramente te sientes más cercano a quienes han permanecido contigo, te has encariñado con ellos y ahora los amas entrañablemente, el amor es un fruto del duelo. Es extraña la manera en cómo un sentimiento tan hermoso puede nacer en momentos de mucho pesar, la verdad es que ni siquiera yo lo comprendo, pero lo cierto es que el amor que nace en un tiempo de duelo es un amor genuino, un amor eterno, un amor sin igual.

Si has sido acompañado amorosamente sentirás que poco a poco el peso del dolor deja de ser abrumador, seguramente sigues pidiendo ayuda, pero cada día vez cómo haces las cosas por ti mismo, y eso es genial, se siente muy bien saberse capaz de algo, seguramente ya volviste a hacer ejercicio, algo que muy probablemente abandonaste cuando el peso del dolor cayó sobre ti, quizá nunca dejaste de trabajar, pero últimamente notas que te concentras mejor en tus tareas y que has cambiado el tengo que ir a trabajar por, quiero ir a trabajar. Cuando sabes que alguien está pasando por un duelo, sientes empatía, te conectas con lo que la otra persona vive, ¿y sabes por qué? Por qué tú ya lo has vivido, ya sabes cómo se siente perder, comprendes que no es fácil, así que te comportas a la altura, te comportas como ese acompañante que te falto en las horas más negras, o también, acompañas con amor y prudencia, tal como lo han hecho contigo, sabes de sobra que las palabras no hacen falta, solo es suficiente con una presencia amorosa, un abrazo capaz de convertirse en un refugio seguro para quien sufre y un tierno beso, que asegure que en los momentos de mayor dolor el amor no faltará.

Todos los cambios que te nombro y que seguramente observas en tu persona, ya sea por autodescubrimiento u opinión de los demás, son parte de la nueva persona que eres ahora, porque recuerda esto: Eras uno antes de la pérdida, y, eres otro después de la pérdida. Nada vuelve a ser igual, te lo dije en líneas anteriores, pero seguramente has notado que, a pesar de la ausencia del amado de tu corazón, la vida continúa llamándote, transformando esa gama de claroscuros en un arcoíris lleno de color, simplemente… ¡Vive! Con amor: Tu Tanatólogo.

*José Eduardo Cruz Carbajal (Iguala, Guerrero) es psicólogo y maestro en tanatología. Contacto: psiceduardo15@gmail.com

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