Por: Álvaro Venegas Sánchez

Las personas que ven las mañaneras podrían recordar el momento. El 2 de septiembre de 2021, el presidente López Obrador luego del saludo anunció: “Quiero dar a conocer que el licenciado Julio Scherer Ibarra, consejero jurídico del Ejecutivo federal (ahí presente), ha decidido dejar el cargo y el encargo porque va a reincorporarse a sus actividades como abogado”. Enseguida agregó: Julio es como mi hermano; nos ha ayudado mucho, es parte de la transformación. Sin embargo, al informar que dejaba el CARGO y el ENCARGO, avisaba sin decirlo: queda fuera de todo.

Dos detalles ilustraron el mensaje entre líneas. 1) Diez meses antes había despedido de manera muy distinta a otra figura relevante de la 4T, Alfonso Romo. En esa ocasión AMLO publicó un tuit con el texto: “Poncho está más en mi visión de que no importa el cargo sino el encargo. Él me ha ayudado y me seguirá ayudando. Es un hombre independiente, honesto, comprometido con las causas justas y además es mi amigo. Reconocer que Romo es honesto, comprometido y que continuaría ayudando hicieron la diferencia respecto a la despedida de Scherer.

2) Dos días antes de la salida del exconsejero jurídico, el presidente en reunión de gabinete ampliado lo había desautorizado para ejercer su “encargo” (responsabilidades ajenas a las funciones de la consejería, asignadas por la confianza), descontento por la forma en que “algunos promueven sus agendas personales” e instruyéndole no seguir ocupándose de la relación con el Poder Legislativo. Posteriormente, en la mañanera, aclaró: la relación de los asuntos públicos políticos, incluyendo la interlocución con los poderes Legislativo y Judicial, le competen ahora a Adán Augusto López Hernández. Éste acababa de ser nombrado secretario de Gobernación.

TRAICIÓN EN PALACIO, es un libro en el cual se cuenta la historia que podría explicar lo que millones de mexicanos vieron esa mañana de septiembre del 2021. La traición de un hombre que se ganó la confianza del presidente, pero utilizó su nombre y buena reputación -la de ser un político honesto, congruente y comprometido con la lucha contra la corrupción- para satisfacer su ambición creciente de dinero y poder, alimentada desde la privilegiada posición de ser el consejero jurídico del Ejecutivo Federal. Así, dispuso de una enorme influencia sobre el aparato de procuración e impartición de justicia convirtiéndose en el segundo hombre más poderoso del país durante los primeros tres años de la actual administración.

El autor, Hernán Gómez Bruera, analista político, periodista y entrevistador, a partir de una acuciosa investigación, revela cómo el hijo del bien recordado don Julio Scherer García, viejo amigo de AMLO y por quien pudo acercarse, logró controlar buena parte del sistema de justicia en México. Fue omiso al mandato de barrer las escaleras de arriba hacia abajo y burlando la confianza, desde ahí promovió una red de negocios judiciales. Asimismo, exhibe los mecanismos de corrupción en el Poder Judicial con los cuales se sostienen privilegios y se vende impunidad. Refiere casos concretos tremendos y ofrece una descripción detallada del modus operandi contra el que la 4T ha batallado y considera, no debe ceder hasta erradicarlo.

Hernán Gómez, confiesa, su curiosidad por saber del exconsejero inició porque personajes cercanos al entorno presidencial y leales al mandatario empezaron a contarle presuntas conductas irregulares y negocios en los cuales estaba involucrado Scherer Ibarra. Sabiendo que la corrupción estructural y la separación del poder económico del poder político han sido los mantras más importantes del obradorismo, no podía creerlo. Así fue que, “tomando las debidas precauciones por tratarse de un personaje con mucho poder y gran interés por el dinero comencé a investigar”.

Magnífico momento para leer este libro. Pronto habrá un nuevo gabinete. ¿Quiénes lo integrarán? Traición en palacio, no es una novela de ficción. Si ocurrió con AMLO, por supuesto que puede pasar igual con Claudia Sheinbaum. Sobre todo, ahora que abrieron las puertas hasta para los adversarios políticos. ¿Cuántas como Lilly Téllez y Germán Martínez podrían resultar? La transformación todavía no llega a estados y municipios gobernados por Morena. Aquellos que denostaron a López Obrador y se opusieron con todo a su política estando en el PRI, el PAN o el PRD ¿ayudarán ahora desde dentro investidos con cargos, fuero y poder?

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