Por: Álvaro Venegas Sánchez

José Woldenberg dilapidó su capital político el pasado 13 de noviembre. Figura y recuerdos como cofundador del MAP, PSUM, PMS y miembro del PRD, que al dejar la militancia política le sirvieron para convertirse en consejero ciudadano y consejero presidente del Consejo General del Instituto Federal Electoral (1996), se diluyeron con expresiones de decepción. La noticia de mayor impacto sobre la marcha de ese día fueron por un lado nombres y fotos de personalidades no gratas a la gran mayoría de mexicanos y del otro la señora que se desahogó insultando al presidente López Obrador.

Para los convocantes, ciudadano(as) apartidistas según ellos, motivo y razón fue la defensa del INE. Sin embargo, con la presencia de políticos y empresarios resentidos que aprovecharon sumándose, incluso la promovieron como suya, la acción terminó convirtiéndose en acto contra el presidente y la transformación que está impulsando desde su primer día de gobierno. Para más, antes, durante y después de la movilización, los que dieron la cara son conocidos e identificados con el PAN y el PRI. Ni modo que Fox, Madrazo, Alito u otros y otras, sean simples ciudadano(as). Por cierto, no hubo nota sobre ningún desmán ocasionado por hombres o mujeres encapuchadas. Qué curioso.

La señora que despotricó contra AMLO llamándolo “indio de Macuspana, patas rajadas”, tal vez no es del PAN. No hace falta, tiene perfil idóneo; el clasismo y el racismo que proyectó son suficientes. Además, ejemplificó muy bien que el rechazo a la reforma electoral fue sólo pretexto. El interés real, verdadero de la oposición política partidaria fue abanderar para demostrar que cuenta con base y gran apoyo social: “pues la gente está harta de este gobierno que miente en “las mañaneras”, “militariza la seguridad”, y un largo etcétera que panistas, priistas, perredistas y emecistas junto con comentaristas en los medios de comunicación repiten en coro y es ocioso mencionar.

Lo que ocurre es que los mexicanos, estamos viviendo momentos inéditos. El PRI y el PAN, partidos que mucho tiempo aparentaron ser distintos, que gobernaron y simularon alternancia y pasaron en 2018 a ser oposición, no asimilan ni aceptan que la izquierda se haya hecho del poder y gobierne de manera diferente. Sabían así sería y por tal razón en 2006 trataron impedirle advirtiendo: “AMLO es un peligro para México”. Por supuesto, del México que ellos construyeron con esmero basado en la desigualdad, corrupción e impunidad como principios, los cuales el actual gobierno, está empeñado en desmontar causando pavor e indignación a quienes con ellos se beneficiaron.

Vivimos y asistimos entonces efectivamente a la pugna por dos proyectos, pugna que viene de lejos; que adquirió mayor fuerza en 1988 y ahora, en apenas cuatro años, presenta significativos cambios y avances. Aunque el Ing. Cuauhtémoc Cárdenas, diga que no ve ninguno ni sabe en qué consiste el proyecto de Transformación.

Es bajo esta lógica de entendimiento que López Obrador considera: “si vivieran Miguel Hidalgo, Morelos, Benito Juárez, Madero, Zapata, con nosotros anduvieran”; en tanto, con “los adversarios andarían Iturbide, los que buscaron a Maximiliano, Lucas Alamán, Porfirio Díaz, Victoriano Huerta”. ¿Exagera el presidente? Tal vez, pero no imagina algo absurdo; cualquier ciudadano con estudios de primaria ubica y conoce la razón de la lucha que en su tiempo libraron nuestros héroes por lo que sabe de la historia patria.

La confrontación y la pasión por ideales o intereses lamentablemente existen y no pueden separase en la democracia. Importante en este sentido esforzarse para procesarlas de manera pacífica. Sin la furia y crispación que conducen a la violencia física o verbal. Por eso, para los que no quieren se toque al INE, muy bien haber realizado una marcha para expresarse. No importa que Lorenzo Meyer haya recordado que la Constitución ha sido tocada (modificada) más de 700 veces y “¿por qué no el INE que sólo es un órgano del Estado para hacerlo mejor?”

En sentido distinto Elisur Arteaga Nava, columnista revista del Proceso, señaló en artículo titulado La clase media y la Cuarta Transformación: “el futuro de la nación comenzó aclararse. Las marchas celebradas el domingo 13 en muchas ciudades de la República echaron luz en lo que se considera un panorama oscuro e incierto. Marcaron el inicio del fin de la aventura de AMLO y Morena encaminadas a destruir las instituciones democráticas”. Es de esperar que la movilización de ayer, encabezada como no se había visto por un primer mandatario nacional, aclare el cristal opaco a través del que miran los adversarios del gobierno que trabaja intensa y horadamente en favor de los pobres y el pueblo en general.

Iguala. Gro., noviembre 28 del 2022.

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