Por: José I. Delgado Bahena

Como cada año, al llegar esta temporada decembrina en la que nos preparamos para recibir al Niño Dios, en una celebración nacida en la esfera de la religión, pero que se ha tomado como motivo de acercamiento social y emocional, y que nos lleva al regocijo, a la reflexión, a compartir buenos deseos y a estrechar las manos, darnos abrazos y, con el mejor de los propósitos, ofrecer la bondad, la comprensión, el amor y el perdón; surge, también, la ocasión para valorar lo que hicimos durante el año que fenece, en cuanto a propósitos, metas, compromisos y sueños.

Tal vez muchos lazos quedaron sin anudarse, y otros tantos se fortalecieron para reafirmar los pasos sobre la senda que nos hemos trazado; pero, sin duda, siempre habrá algo que considerar para retomarlo en el año que está por comenzar.

Y en este recuento, ojalá que todos obtengamos saldos positivos, al menos en lo que tengamos como prioritario; desde luego, tendrá que encabezar la lista el cuidado de la salud, porque, como bien se dice: habiendo salud, podemos lograr lo demás.

Después de ver cómo anda nuestra salud, analizaremos otros temas, como la superación profesional, el ensanchamiento de nuestro círculo de amistades, la tranquilidad familiar, mejorar nuestra economía y, claro está, sin faltar el afianzamiento de nuestras relaciones amorosas. Todo esto, en relación a lo que nos atañe directamente y es cercano a nuestro crecimiento como seres humanos.

En lo personal, tengo que reconocer que fallé en mi propósito de publicar durante este año un nuevo libro. A pesar de que tengo dos listos: uno de poesía, el quinto tomo del Manual para perversos y otro de cuentos; además de una novela que no he terminado de escribir y que pretendía concluirla en este mes de diciembre.

Pero, bueno, también sé que he atendido otro proyecto que me está distrayendo mucho: la librería de préstamo gratuito que abrí en mi pueblo y que, por atenderla, he descuidado la publicación de mis textos. Pero no me quejo. El resultado tan favorable para la creación de lectores me da motivos para sentirme contento y me impulsa a continuar con la mayor de las esperanzas.

Además hay tantas otras cosas, como el darle seguimiento a la remodelación del Centro Histórico de Iguala, ya que es muy gratificante ver que, gracias a la iniciativa que tuvimos desde hace once años, para gestionar y promover esta gran obra, al fin se esté realizando.

Así mismo, el seguir impulsando a los poetas a través de la columna Reacción Poética, que publicamos en este medio, la cual está por cumplir cuatro años, en la que, de lunes a viernes, durante todas las semanas, difundimos a un autor diferente, también me llena de regocijo, por la creatividad y el talento que encuentro en los poetas que confían en el propósito de la columna.

Por lo demás, veo con gusto que los esfuerzos particulares de algunos amigos artistas por seguir brindando opciones a quienes están interesados en desarrollar sus habilidades artísticas, no decaen. En El Patio, el viernes pasado, diez poetas tuvimos la oportunidad de presentar un recital poético musical al cual asistieron más de sesenta personas como público, lo que nos regala el mensaje de que hay gente deseosa de disfrutar de los eventos culturales; por lo tanto, invito a mis amigos de este centro cultural, así como a Mayra Millán, de Casa Jano, a Óliver Herrera con su orquesta “Reyes Baltazar” y Yair Lozano con su escuela de música, a que mantengan la pasión que los caracteriza para que, como dice mi amigo Juan Sánchez: la cultura persista a pesar de, gracias a, y en contra de, los funcionarios del gobierno.

A propósito: hace algunos meses, nombramos al Consejo Municipal de Cultura y, sinceramente, no me he enterado cuáles pasos se han dado para coadyuvar al auge y desarrollo de las acciones en torno al arte y la cultura de los igualtecos.

Antes de despedirme, permítanme enviar un cariñoso saludo y felicitación, por sus XV años, a mi nieta Ingrid Sarali Baylón Delgado, quien este martes 27 estará festejando esta fecha tan importante para las jovencitas que ansían bailar su primer vals en compañía de amistades y familiares. Espero que Dios la llene de bendiciones y que siga siendo la gran personita que ya es, y que logre sus sueños.

Comparte en: