Clases de cultura

Por: José I. Delgado Bahena

Siempre, cuando un nuevo grupo de personas acceden al poder, estamos a la expectativa sobre las propuestas e innovaciones que pondrán en marcha para hacer algo diferente durante los años que estén al frente de las dependencias oficiales, donde se deciden las acciones que impondrán un rumbo, que a nadie se consulta, en las diferentes áreas de gobierno.
En estos días, en los que se están asignando responsabilidades a nivel federal, por parte de la presidenta electa, quienes esperamos que las pautas a seguir sean para mejorar los proyectos que, en este sexenio, que está por terminar, se echaron a andar, estamos atentos a los nombramientos de los funcionarios y sus primeros mensajes que nos den un rayo de esperanza que nos haga creer que las cosas irán mejor.
Uno de estos cargos, el que, por lógica, me ha hecho poner más atención, es el de secretario de educación. Este jueves dieron a conocer que quien estará al frente será Mario Delgado Carrillo, quien es el dirigente nacional de Morena, y mi primera reflexión fue que no era la persona idónea para ser el titular de tan importante dependencia. Sin embargo, al escuchar su mensaje, aunque los puntos que mencionó proyectan una continuidad de los programas educativos implementados por el gobierno de López Obrador, agregó algo que me llenó de alegría y nostalgia, ya que me hubiera gustado estar en servicio con este nuevo enfoque que pretende abrir espacios para que los estudiantes reciban clases de cultura y de artes.
Efectivamente: es algo en lo que he venido insistiendo y lo he comentado ya aquí, sobre la necesidad de involucrar a niños y jóvenes en proyectos que tengan que ver con el arte, la cultura, el deporte, la ciencia, etc. Es decir: actividades que los lleven a obtener una formación más integral, que no solo se quede en la información de conocimientos, datos, fechas, o cosas técnicas que hacen al ser humano “menos humano” y lo preparan solamente para la ocupación laboral.
Ojalá que estas intenciones se cristalicen en verdaderos proyectos que, por ser “obligatorios”, hagan que los estudiantes tengan acercamiento a la música, al teatro, a la danza, a la literatura, etc. No tengo dudas de que estas acciones los llevarán a preciar otro tipo de música, por ejemplo, aquella que les haga vibrar y emocionarse y no solo que los induzca a las adicciones y/o a las actividades delictivas.
Es que, mire: hace unos días tuve la visita, en la librería de préstamo gratuito, de algunos estudiantes del CBTis 56, de aquí, de la ciudad de Iguala, conducidos por la coordinadora, la profesora Ma. Guadalupe Román Rodríguez, quien está a cargo de una iniciativa que en esa escuela puso en marcha la maestra Hortensia Bahena quien formó un club de lectura al que llamó “Letrópolis”.
Bueno, pues, son solamente seis muchachos los que integran el club, pero al verlos llegar a la librería advertí la emoción que les causaba el encontrarse con una gran diversidad de materiales que, por supuesto, estaban a su disposición y de inmediato empezaron a seleccionar los que se llevarían para leerlos en las ya próximas vacaciones.
Al platicar con ellos me di cuenta de que tenían ya un excelente historial como lectores, por los títulos que me mencionaron; pero, además, por la facilidad de palabra que mostraron al responder a las preguntas que les hice y por la seguridad y confianza que mostraron al expresarse.
Sin duda: la lectura da grandes beneficios y provee de herramientas para enfrentar situaciones en la vida diaria y en los escalones de preparación profesional.
Pero claro, no solo la lectura, el acercamiento a cualquiera de las bellas artes y cualquier rama de la cultura que te lleve a comprender más al ser humano y su evolución, así como a entender las diferentes manifestaciones creadoras que impulsan la creatividad, despiertan la sensibilidad y promueven la inventiva, nos dará la oportunidad de creer en un mundo mejor.

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