Sector 7

Sep 16, 2023

Ni a cuál irle

Por: José I. Delgado Bahena

Mire: debo confesar que no me considero politólogo ni experto en los procesos electorales, mucho menos en el manejo de las leyes o de los códigos de procedimientos electorales; sin embargo, me gusta leer, informarme y estar atento a las noticias o programas donde analistas expertos dan sus puntos de vista con respecto a estos temas. Por eso, y porque nadie puede ser inmune a la avalancha de la información que nos dejan caer desde las redes sociales, sobre todo, en nuestros ojos y nuestros oídos. Además, es mejor estar enterado sobre lo que se dice, para después obtener nuestras conclusiones y tomar nuestras oportunas decisiones.

Es que, por el seguimiento que le he dado a los procesos que, de manera anticipada, han iniciado ya con miras a la elección presidencial del próximo año, en el que, por supuesto, MORENA es el enemigo a vencer, y el Frente, es su principal contrincante, se ha creado la expectativa sobre quién podría ser la candidata que realmente trabaje en beneficio del país.

Pero… ¿qué es el concepto de política? Sabemos que la política es considerada como la ciencia y el arte de gobernar, que trata de la organización y administración de un Estado en sus asuntos e intereses. Pero también sabemos que, en México, la soberanía reside en el pueblo; que nuestro país es una República representativa, democrática y federal; y que existen tres poderes de la Federación: el Legislativo, el Ejecutivo y el Judicial.

Pues bien, todo eso nos explica que la organización de nuestro pueblo, como sociedad, tiene una base jurídica que se ostenta como de las mejores del mundo; nuestra constitución misma ha servido de ejemplo para la organización política de muchos países, y nuestra historia, con el sacrificio de grandes hombres, nos muestra que el principal interés de quienes nos gobiernan debería ser procurar el bienestar común y que todos tengamos una mejor calidad de vida.

Sin embargo, no podemos cerrar los ojos ante los desmanes que nuestros gobernantes han hecho estando en el poder, abusando de sus posibilidades en el manejo de los recursos para beneficiar a unos cuantos, sobre todo a amigos y familiares, simulando que actúan por el bien de todos, pero lucrando con el cargo y robando lo que nos pertenece a todos los mexicanos.

Dejo en claro que no me refiero a los militantes de los partidos que he mencionado, ni a algún personaje; sinceramente, me atengo al título de esta entrega: ni a cuál irle.

Si comenzamos por el principio, estaremos de acuerdo, que los dos grupos que mencioné líneas arriba, han actuado burlándose de la ley, inventándose un nombre para no evidenciarse, legalmente, y que ya están trabajando en la promoción de sus candidatas.

Es la verdad: han simulado ante la legalidad; pero no lo han hecho ante la ciudadanía, todo es evidente. Y desde ahí, ya generan desconfianza.

Los dos grupos se han manejado de manera descarada y cínica; pisoteando los derechos de sus mismos correligionarios que creyeron en la voluntad de sus líderes de abrir las puertas a quienes se sintieran capaces de competir por el mayor cargo público que se da en nuestro país dentro de la política; luego, ¿qué les quedó a los que fueron utilizados en el proceso?, alinearse, apechugar y agachar la cabeza. Claro, algunos con disciplina, otros con inconformidad, o simplemente porque no les quedó de otra; bueno, aunque tal vez también les ofrecieron una buena recompensa con otro cargo público o alguna candidatura para el congreso o gubernatura; no lo sé, pero sospecho algo así.

Al final, los dos grupos se muestran con las mismas insanas intenciones, es la verdad. Tal vez porque se guían por la frase de que en la guerra y el amor todo se vale.

Pero vuelvo al título: ni a cuál irle; pero lo que sí sé es que hay que irle a alguno, porque tampoco es para quedarse cruzados de brazos y no participar en las urnas. Tampoco podemos pensar en los partidos chiquitos que solo buscan triunfos locales; por lo pronto me estoy refiriendo al tema de la presidencia de México. Ya habrá tiempo para analizar la situación local.

En fin. Hoy solo quise compartirle estas reflexiones porque me doy cuenta de que en nuestro país necesitan resolverse muchas necesidades, como la inseguridad y la desigualdad social; pero, así como veo las cosas, nuestros políticos solo piensan en ellos mismos. Y que conste: no se trata de hacer obras magnas, como centros históricos, el principal interés debería centrarse en desarrollar proyectos sociales que hagan digna la vida de todos los mexicanos.

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