Estás loca, rete loca
Por: José I. Delgado Bahena
La semana pasada, en esta misma columna de Sector 7, hice mi reconocimiento público a personas que han dedicado su talento, su arte, su tiempo y hasta sus recursos, para trabajar en beneficio de la cultura igualteca.
Mencioné a varios personajes que en las distintas ramas del arte han hecho labor y le han dado realce a nuestro municipio, sin ser netamente originarios de este, y que han sembrado semillas muy valiosas que, sin duda, darán frutos en las próximas generaciones.
Una de ellas, que también mencioné, es la maestra Guadalupe Calles quien, de manera muy generosa llegó a entregarnos su obra, primero, y después sus iniciativas de creación literaria para publicar antologías en las que muchos vimos cumplidos nuestros sueños de que, de alguna manera, otras personas leyeran nuestros textos.
La maestra Lupita Calles llegó, si no estoy mal enterado, invitada por el doctor Hermes Castañeda Caudana, para presentar su obra en algunos foros de aquí, de Iguala, y ella, valientemente, por no creer sobre la leyenda, probó el agua de tamarindo, y aceptó, también valientemente, que la sentencia se cumplía en su decisión de quedarse a vivir por varios años en la ciudad tamarindera.
Durante el lapso en que nos hizo el honor de vivir, convivir y hacer muchas cosas por quienes nos dedicamos a estas actividades, logró aglutinar a otros amigos interesados en acompañarla en sus proyectos, y así, junto con la maestra Lupita Ayala, Gabriel Hernández y Sergio Mosqueda, entre varios otros que también estuvieron apoyando los proyectos, crearon un espacio, ubicado en Zaragoza 18, en el centro de la ciudad, al que llamaron: Centro Cultural “El Patio”.
Ella, Lupita Calles, se responsabilizó, en compañía de la maestra Lupita Ayala, en armar un equipo de trabajo para editar y publicar libros de forma artesanal; es decir: prácticamente elaborados a mano. De los tiempos que le dedicaron a esta actividad editorial, surgieron textos, de diversos autores, que contienen poesía, cuentos, novelas, teatro, y varias antologías temáticas en las que colaboramos varios escritores locales y de otras entidades.
En “El Patio” se han venido realizando actividades culturales cada fin de semana. Hemos estado, y participado, en recitales poéticos, presentaciones de libros, conferencias, conciertos, pláticas temáticas, etc, etc, y muchos etcéteras. Además, claro, ofrecen talleres y cursos de distintas disciplinas, como: música, pintura, teatro, danza, etc.
Pero lo que siempre ocurre, en estas iniciativas que no son apoyadas por la parte oficial: los recursos que ingresan no son suficientes para pagar la renta y otros gastos que se tienen, y siempre han ido remando contracorriente; aunque, a pesar de las condiciones tan precarias en las que se mueven, los ánimos siempre han estado al tope y sacan a flote el proyecto. A propósito: sé que andan buscando otro espacio que les renten ya que tendrán que entregar el del domicilio que aún ocupan.
Pero, bueno, lamentablemente, también supe que la maestra Lupita Calles tendrá que dejarlos, ya que tiene que atender asuntos familiares en otros estados, además de atender su salud; por supuesto, son temas importantes que tienen prioridad.
“La loca”, como cariñosamente le decimos, por haber publicado un libro con ese título; además de que le va muy bien, por lo inquieta que es para proponer ediciones de antologías temáticas de diversa índole, y porque anda “de un lado para otro” moviendo conciencias y motivando a la gente para que escriba, tendrá que irse a atender sus asuntos. Por eso, ayer, en “El Patio”, se le ofreció un reconocimiento-homenaje por parte de la comunidad cultural y ahí estuve, acompañando y participando en el programa que se le preparó.
“¡Gracias, Lupe, por tu gran cariño!/ ¡Gracias, por tu enorme corazón!/ Gracias, por el cuervo herido/ que nos diste con amor./ Con cariño estarás siempre,/ y en mis ansias me provoca/ el gusto de decirte, Lupe,/ que estás loca, rete loca”, estos son los últimos versos de un poema que le escribí y compartí ayer. Los dejo aquí como agradecimiento por su amistad, por su apoyo, por su talento, por todo lo que hizo en, y por, Iguala, lo que nos hará tenerla siempre en la memoria y en el corazón.
