Cien días
Por: José I. Delgado Bahena
Hace poco me ocurrió algo curioso: un reportero, a quien no puedo decir de quién se trata, porque no logré ubicarlo de qué medio de comunicación era, ni su nombre, se acercó, mientras yo descansaba, sentado en una da las bardas que dejaron en el nuevo zócalo de la ciudad de Iguala, y me preguntó, de pronto y sin decir agua va, que qué opinaba del gobierno del presidente Erik Catalán Rendón.
Sinceramente, me tomó desprevenido la pregunta, y de momento no supe qué responder. Solo atiné a decir que me parecía muy pronto para emitir una opinión, a pesar de que ya hubieran transcurrido cien días a partir de cuando tomó las riendas del gobierno municipal, de manera que dije eso y me quedé callado. Al parecer, el reportero entendió que no le iba a decir más, me dio las gracias y se fue.
Creo que esta persona, el del teléfono entrevistador, no tiene los estudios, la preparación, la carrera, pues, para ser comunicador, porque, si me tomó por cualquier ciudadano con el que la vida le puso frente a sí, y solo buscaba llenar un espacio para tener algo que subir en su plataforma, debió insistir para sacar algunas palabras, positivas o negativas, según del lado que esté, para no irse con las manos vacías, o bueno, la grabación sin nada. Le faltó oficio, pues.
Ah, pero si me reconoció, con mayor razón debió haber insistido y forzarme para que diera mi punto de vista sobre cómo iba caminando la administración del gobierno municipal, ya que, por supuesto que tengo mi opinión, mis observaciones, e incluso información que, amigos allegados los funcionarios municipales, me ha compartido, sin pedirla, digamos que con una etiqueta de discrecionalidad. Desde luego, no los voy a evidenciar, y tampoco aquí señalaré con mi dedo de fuego los aciertos o, mejor aún, los errores de quienes están al frente del ayuntamiento igualteco.
Fíjese que hablo en plural, porque, como dice el dicho: tanto peca el que mata la vaca…, porque nadie se manda solo; por una razón u otra, las decisiones tienen que ser avaladas, supervisadas, asesoradas, calificadas, por más de una, o varias, personas, llámense, en primer lugar, el cabildo; pero, además, los secretarios, los directores y, los más importantes: el pueblo.
Ahora que, regresando al origen del tema: al reflexionar sobre la pregunta que me hicieron, son ciertas las dos cosas, y no retiro lo escrito: es muy pronto, y al reportero le faltó oficio.
Es que, mire: en la actualidad, hay muchos reporteros que se han hecho y se han forjado gracias a su fe en sí mismos, a su creencia en los medios y, ¿por qué no decirlo?, a la necesidad. No sé cómo les va con sus plataformas digitales, donde suben sus notas. No sé si ahí obtienen algún recurso o si tienen patrocinadores para andar en la calle obteniendo textos informativos de cualquier tema. Lo que entiendo es que, de alguna forma, tienen que llevar algún recurso económico a sus hogares y, si ya le hallaron el modo, a través de la información digital, pues qué bueno. No desconozco el medio, porque desde 2011 he estado publicado en este Diario mis columnas y, aunque no dependo de esto, porque jamás me han pagado un texto, lo hago con las herramientas que obtuve al estudiar Lengua y Literatura Españolas en la Normal Superior de México, donde aprendí a redactar artículos periodísticos y a hacer entrevistas. Por eso sé que al reportero le faltó oficio.
Pero bueno, también puedo decir que, efectivamente, considero que es muy pronto para juzgar o emitir una evaluación sobre el trabajo de la comuna igualteca. Con frecuencia, todo funcionario comete errores, o tiene cierta personalidad que no a todos les cae bien, y solo por el tono con el que se dirige a la gente, se le etiqueta de alguna manera. NO ESTOY DEFENDIENDO A NADIE. Lo que no se puede negar es que se nota que el presidente quiere trabajar, a su modo, pero está activo; es decir: no está metido en su oficina o anda en reuniones que le hagan imposible contactarlo. Si lo está haciendo bien o mal, no lo sé. He decidido estar un tanto al margen de los asuntos políticos, no inmiscuirme, aunque, claro, lo que tiene que ver con la gestión cultural, me interesa. Hay que darle un poco más de tiempo. Después lo juzgará la historia. Y yo, después, retomaré este tema. Gracias.