-El sombrío panorama de México

Por: Rafael Domínguez Rueda

Me consta, porque lo ví a través de muchísimos videos y por la TV, cómo numerosos votantes acudieron el domingo pasado a las urnas, a lo largo y ancho del país. El gran enemigo de la democracia es el abstencionismo; pero, el peor son los políticos de mente perversa que sin ningún escrúpulo manipulan los hechos y a la gente.


Yo fui a votar, naturalmente, y lo hice atendido por personal serio y preparado para facilitar las boletas en las que los ciudadanos emitimos nuestro sufragio. Al expresar mi voto no sólo ejercí un derecho y cumplí una obligación ciudadana, también adquirí la facultad de opinar sobre los actos de quienes nos gobiernan, pues contribuí a designarlos. Y como analista, no estoy para aprobar todo lo que digan o hagan nuestros representantes, sino para señalar lo bueno o lo malo, es decir, orientar tanto a las autoridades como a los ciudadanos.


Si todas las elecciones son históricas, el proceso electoral del domingo pasado lo es sobremanera porque es el escrutinio más numeroso –con más de 20 mil cargos-, porque las dos candidatas mujeres fueron elegidas por López Obrador, porque los ciudadanos llegamos divididos, polarizados y enfrentados, porque ha sido la más violenta y tanto el presidente como el crimen organizado se manifestaron cínicamente y porque la victoria quedó manchada por la duda de la certeza.


Los resultados dados a conocer, tal parece que fueron manipulados, porque la participación ciudadana se volcó a las urnas como nunca antes y sólo dan un 60% de participación. No es posible que Claudia haya sacado más votos que AMLO. La tardanza del PREP permitió alinear los números así como la caída del sistema. El propio INE informó que no tenía capturistas suficientes. Se dice que esta fue una elección de Estado y con toda razón, porque como lo he venido advirtiendo, la política es el arte de ganar el poder y conservarlo a como dé lugar. López Obrador es el peor gobernante que ha tenido México. Lo erigimos caudillo y ahora ni llorar es bueno.


Me quedan claro de esta contienda varios aspectos que, eso sí, manchan nuestra democracia.


Uno. Durante todo el proceso electoral se violaron principios básicos: equidad, respeto a los críticos, no uso de dinero público, control del INE, amenazas y una invasión al Poder Judicial. Por lo tanto, ya no somos una democracia liberal.


Dos. No hay equidad de género, ni laboral, ni por las personas de capacidades diferentes, así como por las personas que piensan diferente. Y no se diga del proceso electoral, pues no es posible que nuestro actual mandatario simple y llanamente se burle de la autoridad electoral un día y al otro también. Así que el triunfo entró por la puerta de atrás.


Tres. Complot. Con toda franqueza no puedo creer la amplia diferencia del triunfo de Claudia: 30 puntos. Con tantos damnificados de la 4T, tantos que no coinciden con la forma de pensar y hacer, tantos que durante las elecciones abuchearon a los candidatos y actores de la 4T, es difícil creerlo. Hace 8 días adelanté que había que estar pendientes de los topos del padrón electoral que ya estaban trabajando.


Cuatro. La política de “abrazos no balazos”, queda para vergüenza internacional, pues vino a resquebrajar el Estado de Derecho al permitir cogobernar en muchas ciudades y tener el sexenio más violento de la historia.


Cinco. Un personaje ruin y perverso se ha valido del carácter sumiso, agachón y temeroso del mexicano para manipularlo, y eso sí me asusta, porque México se seguirá endeudando, seguirá la carestía, inflación, salarios insuficientes; falta de empleo, medicamentos y oportunidades y peor tantito contará con una mayoría calificada que es para preocuparse, pues los sumisos diputados aprobarán reformas tan radicales como la nueva Constitución que implantará el comunismo y acabará con el Poder Judicial y el electoral. Instaurando así un México absolutista.
Y, seis. En enero de este año, cuando se decía que nuestra economía iba rete que bien, yo en mi columna demostré todo lo contrario y apunté que el 3 de junio se me iba a dar la razón. Precisamente el lunes de esta semana se confirmó mi pronóstico al anunciar: “Los mercados reaccionaron vendiendo activos mexicanos este lunes después de que los resultados preliminares de las elecciones en México arrojaron una mayoría calificada en el Congreso. El peso mexicano tuvo una caída de 4.3%. Se colocó como la moneda más depreciada del mundo. Por su parte, la Bolsa de Valores cayó al 6%, al cierre”.
Una vez más el tiempo da la razón a mis previsiones. Por eso alerto. Mis aseveraciones no son empíricas.
¿De cuánto fue el fraude cibernético? No lo sé, pero estuvo presente en el proceso todo el tiempo, a la vista de todos. Por eso, nadie habla de él. Ahora si cabe aquello de: “Voto por voto, casilla por casilla”. Lo que me preocupa es que veo sombrío el panorama para México.

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