Por: Rafael Domínguez Rueda

Bien dice el dicho, “el miedo no anda en burro”, dando a entender que ante una grave amenaza, debe actuarse con rapidez y no seguir montado en el lomo de un asno de avance lento y manso, por lo que ante el resultado de la marcha ciudadana en defensa del INE, llevada a cabo el 13 de noviembre pasado del Ángel de la Independencia al Monumento de la Revolución, dejó en el presidente AMLO, una preocupación difícil de ocultar.

El río humano que marchó de manera ordenada, pacífica y, sobre todo, espontánea, significó un duro golpe para el Mesías tropical, un presidente que vive endiosado en sí mismo y que cada día escucha menos a la gente.

López Obrador entendió que mucha, muchísima gente no está de acuerdo con su política, por lo que se dedicó a minimizar y descalificar la marcha ciudadana y a insultar a los participantes.

Y para contrarrestar lo que ocurrió el domingo 13, organizó su propia marcha que realizó el pasado domingo. Desde luego no hubo sorpresas en la movilización de Estado efectuada en la ciudad de México en atención y adulación al presidente, salvo algunos espacios vacíos en el Zócalo, como elocuentemente lo muestra la imagen que el pasado lunes publicó en la primera plana el periódico EL UNIVERSAL, quedando por debajo de lo que esperaban.

Las plumas de la 4T celebraron “la más grande movilización de la izquierda de que hay memoria”, como si lo del pasado domingo no se hubiera tratado de un acto de poder, de una marcha de Estado en la que el presidente salió a marchar… en apoyo a sí mismo, usando descaradamente todos los recursos del Estado, todo porque una marcha le había irritado.

Se realizó la marcha del ego. Mucha gente, aplausos, vítores y hasta el grito de “reelección”. Y, como el país no se detiene, aunque esta administración lo conduce hacia atrás, vamos a lo que nos importa, mostrar la realidad que vive el país.

Nunca imaginamos que AMLO convirtiera a las Fuerzas Armadas en el recurso más constante para gobernar y que se les dotara de tanto poder y responsabilidades económicas, valiéndose de un General que confunde la lealtad, pues la lealtad debe ser a la Patria no a un hombre. Lamentablemente la primera función extraordinaria que les fue asignada no ha sido cumplida: el abatimiento de la inseguridad.

En lo económico, en 2019 fue de cero por ciento el crecimiento y no había pandemia. Para fines de 2022, de acuerdo con la estimación del INEGI será de 4.3 por ciento, pero México viene de una caída de -8.7 por ciento. Si sumamos la diferencia entre ambas cifras y se compara con el 2018, resulta que nos falta 4.1 puntos para llegar al nivel donde nos dejó Peña Nieto.

Aun cuando ya se recuperan los empleos, el 41 por ciento de la población no puede adquirir los nutrimentos que integran la canasta básica. O sea, que seguimos en la olla…

El costo de la deuda soberana sigue creciendo. Este año para cubrir los apoyos a los adultos mayores se solicitó un préstamo de 700 mil millones. Y esa la pagamos todos.
AMLO tiene poco aprecio por el Estado de Derecho y sus intentos de violentar tanto los acuerdos internacionales de comercio, como la Constitución en el mismo rubro. Basta oír la orden que le dio a la Secretaría de Seguridad para que no hiciera caso de la resolución de la Suprema Corte.

Y la opacidad reina en la asignación de contratos para las obras emblemáticas.

La salud es otro de los sectores más golpeados por la 4T. Del desabasto de medicamentos… ya ni hablemos. El espacio es limitado para enumerar todos los sectores en los que el gasto público ha disminuido, con excepción de las obras emblemáticas. Tal es el caso de la educación -1.3 por ciento. También decreció el gasto en ciencia y tecnología.

En los tres últimos años se fugaron del país unos mil millones de pesos ante la incertidumbre generada por la intención presidencial de modificar unilateralmente sectores clave como el energético, a través de leyes intransitables o invirtiendo montos descomunales en PEMEX que sigue siendo un desastre, pues en estos últimos años ha perdido ¡512 mil millones de pesos!

Ni con la ayuda de 3 mil elementos de la Guardia Nacional se ha podido detener el huachicol. En lo que va del año ha habido pérdidas diarias por 6.1 mil barriles de petróleo, lo cual significa que estamos hablando de casi 159,6 millones de dólares en lo que va del año… O lo que es lo mismo: ¡3,192 millones de pesos!

Todo ha ocurrido sin ganas de ocultarlo. Al contrario, haciendo exhibición del gesto de poder que, en su mañanera viene celebrando extasiado, pues, como dice la canción, “sigue siendo el rey del ca$h…”

Comparte en: