—Qué hará usted hoy por Iguala?
Por: Rafael Domínguez Rueda
A partir de esta colaboración y mientras este espacio aparezca durante 2025, lo cerraré con una interrogante que pretende ser una contribución a la conciencia de los igualtecos. Es una pregunta sencilla, pero motivante: «¿Que hará usted hoy por Iguala? Porque muchos, lo que hacen por Iguala es explotarlo, engañarlo, usarlo de trampolín, algunos políticos traicionarlo, algunos comerciantes defraudarlo.
Hay quienes valiéndose de su puesto, se benefician; otros más esquilman a sus trabajadores; hay también trabajadores y empleados que incumplen sus responsabilidades día con día; ejidatarios que mantienen abandonadas sus parcelas si es que no la han vendido; maestros que medio enseñan, pues no saben educar; estudiantes que o «matan el tiempo», o de plano no estudian; periodistas que se erigen en jueces o policías que delinquen.
Delincuentes que roban sin el menor temor de Dios y criminales que asesinan por instinto salvaje. Es increíble que en pleno siglo XXI estemos viviendo la ley de la selva.
En fin, hay de todo lo malo que ya conocemos y que todos los días, si no los medios de comunicación, las redes sociales se encargan de divulgar en el instante y con todo el lujo de detalles, porque las noticias se venden.
Sin embargo, hay muchos igualtecos que si hacen mucho cada día, por su pueblo. Los médicos que me merecen respeto, reconocimiento y admiración por su dedicación, perseverancia y compromiso para ayudar a sus semejantes a aliviarse, a menudo a un costo personal, pues esa profesión requiere dedicación y trabajo y estar dispuesto la 24 horas del día.
Es la enfermera, ángel luminoso de la salud, albo soldado de ese noble ejército que diariamente combate los males exteriores del hombre, quien sin medir esfuerzo corpóreo, está siempre atenta al cumplimiento de sus deberes y va encauzando a los enfermos por senderos de higiene y bienestar, preservándoles y restaurándoles la salud.
También, conozco a muchos compañeros en el trabajo. Con algunos llevamos a cabo actividades comunes; admiro sus virtudes y sus esfuerzos. Son gente de carne y hueso como yo. Son muchos, aunque poco reparemos en ellos. Muchos, pobres como yo; otros, no tanto, pero igualmente entregados a las labores. Lo único que nos diferencia es la posición, por lo demás coincidimos en hacer las cosas lo mejor posible para bien de nuestro pueblo y orgullo de nuestras familias. Y es que cultivan valores morales y sociales.
Insisto en que no son pocos, aunque casi no se distingan; sin embargo, debe haber muchos más. Todos, si fuera posible… pero no lo es, porque no faltan los marrulleros ni los irresponsables.
Es importante, porque es por Iguala. Y porque necesitamos pensar más y cada vez con mayor pasión por la Cuidad, para que nos vaya bien a todos.
Porque ya está bien de menospreciarla, de afearla, descuidarla…
Porque ya está bueno de desprestigios, de divisionismos, de creernos lo máximo; cuestiones que deberían estar ya superadas. Cuando se descuida lo esencial, que es el bienestar integral de cada ciudadano, se pierde el rumbo.
Porque si somos Pueblo, debemos cruzar puentes, tirar barricadas, atar lazos y romper cadenas, como ocurrió el 2 de marzo de 1821, acá en Iguala
Respetamos en todo momento. Ser plurales. Discutir y defender aquello en lo que creemos. Exigir la democracia e impugnar su deterioro.
La justicia, la democracia, el desarrollo y el bienestar deben existir para bien del pueblo, que somos todos. Por eso debemos provocar sacudidas constantes a otros pueblos con acciones que salgan de muestras propias iniciativas.
Sólo nosotros
Por ello, a partir de hoy, debemos responder la pregunta siguiente: Y yo ¿qué voy hacer hoy y durante todo 2025 por Iguala?