Por: Servicios AINI


Ciudad de México, Julio 5.- El público se dio cita en un cine, en Chetumal, Quintana Roo, para presenciar la gala de apertura de la sexta edición de Árbol Rojo, El Festival del Sur. Puntual a la cita, Joaquín Cosío apareció entre la multitud de personas que esperaban una foto o un apretón de manos del actor, a quien le gritaban: “¡Cochiloco!”

Él, amable y atento, disfrutaba de lo que sería el inicio del homenaje en honor a su trayectoria que le tenían preparado, en una sala de cine, para posteriormente proyectar la película de apertura, When it Melts, de la cineasta belga Veerle Baetens, ganadora a Mejor Actuación en el Festival de Sundance, 2023.

Desde que tuvimos una primera plática con Joaquín Cosío, supimos que movió mucho la conversación. Entonces, nos preguntaban cuándo vendría a la ciudad y quisimos hacerle un homenaje, porque sabíamos que iba a causar muchas emociones y así ocurrió”, explicó en entrevista Alejandro Silveira, director de Árbol Rojo…

Para nosotros, los invitados son un punto muy importante, porque a quienes traemos es porque tenemos la certeza que tiene relación con el proyecto, porque se sienten parte de él, se pueden identificar y tener una conexión importante con el público”.
En la clausura, en Mahahual, se ha contemplado la participación del actor mexicano Alfonso Herrera, a quien Árbol Rojo considera un aliado que representa la esencia del festival, por su trayectoria cinematográfica y su aportación social a favor de los refugiados en México.

Alfonso Herrera llegará a un escenario mágico en el mar Caribe y creo que también es alguien que ha trabajado muchísimo y que tiene un panorama muy amplio de lo que viene en su carrera, de manera nacional e internacional, y sigue construyendo industria en México. Se suma porque es un vocero de una causa, los refugiados, y nosotros somos frontera, creo que era muy congruente que Alfonso esté aquí y poder darle este reconocimiento”, afirmó Silveira.

En el caso de Alfonso Herrera y de Alejandra Bogue, quien también será invitada en la clausura, hemos visto que ambos tienen una gran legión de seguidores en el sureste y la gente se moviliza para verlos; eso provoca que le puedas hacer su día feliz a una persona porque los admiran, porque han visto su trabajo en pantalla; anteriormente hemos tenido a María Rojo, Ximena Romo, Astrid Hadad, Ana Layevska y Gabriela Cartol”.

La sexta edición del festival, que inicio el pasado fin de semana en Chetumal y Bacalar, tuvo la proyección de cintas como The Blue Caftan, dirigida por la cineasta marroquí Maryam Touzani, ganadora del premio Certain Regard en el Festival de Cannes 2022.
El viernes por la tarde, se realizó el Foro de Mujeres en el Cine: CINE MEXICANA, con personalidades de la industria cinematográfica como las realizadoras Ángeles Cruz y Lila Avilés; la animadora Sofía Carrillo; la directora de programación de Somos Piano, Ester Bernal; la directora artística del Festival Internacional de Cine de Los Cabos, Maru Garzón y la actriz y presidenta de la Academia Mexicana de Artes y Ciencias Cinematográficas, AMACC, Leticia Huijara.

El sábado se realizó el estreno en México de la cinta Coupez!, del reconocido cineasta francés Michel Hazanavicius, proyecto que forma parte de los 32 largometrajes y ocho cortometrajes que se incluyen en la programación a la que nombraron Cosmovisiones, a través de una curaduría de filmes, que, para Alejandro Silveira, van de lo disruptivo a lo pasional.

Me gusta mucho el cine que genera emociones, que impacta, que tiene muchas entrañas y es muy feroz, me gusta mucho el cine que provoca, el cine que provoca muchas emociones, que puede impactar. Lo que me mueve de la curaduría del proyecto es ver qué pasa al final de cada proyección, que alguien salga y no pueda quitarse de encima lo que vio y que siga hablando de ello”.

Árbol Rojo tiene una gran claridad respecto al cine nacional que busca programar y darle visibilidad, pues como asevera Alejandro, “el cine mexicano no es fundación que hay que apoyar, hay que tener la capacidad de elegir, apoyar en lo que creemos, hay que ser muy honestos con lo que queremos ver y consumir; hay grandes cineastas en México y para eso está Árbol Rojo, para darle esa visibilidad.

Cuando empezamos el proyecto teníamos 20% de cine mexicano programado, y ahorita hay entre 40 y 50%, y es increíble no sentirnos comprometidos con traer un cine mexicano aquí, sólo porque tenemos que darle apoyo, es porque las películas se lo han ganado y son fuentes importantes que se han construido con base en su calidad, tenemos el ejemplo de Adolfo, de Sofía Auza; Rabia, de Jorge Michel Grau y Dos estaciones, de Juan Pablo González con un programa que tenemos en colaboración con el Festival Internacional de Cine de Morelia”, además de un documental con Ambulante.

Todos esos proyectos no están aquí por un apoyo al cine mexicano, están aquí por apoyar a esas producciones en particular que tienen la calidad para nosotros poder invertir en proyecciones a escala, como una gala o funciones al aire libre”.

El camino de Árbol Rojo está trazado para seguir su evolución hacia una nueva edición que ya se vislumbra, pero sin perder la intimidad de su esencia ni la calidad de cada filme que se proyecte, con la convicción de crecer o dar oportunidad a aquellos artistas que busca expresar a través del séptimo arte.

Va a crecer más, no quiero desvirtuar la cercanía ni la comunidad de los invitados, no queremos que crezca a nivel logístico, sino a nivel contenido, pero en cuanto a planeación y estructura queremos conservarlas, abrir tal vez una competencia porque queremos hacer cine en Quintana Roo y que se filme cine aquí, apoyar al talento emergente, el proyecto grita juventud.

Hemos ido de menos a más, hemos crecido tanto en películas, como en invitados o talleres de formación, pero creo que aquí lo más importante es seguir unidos y el lema es que ‘todos los caminos llegan al sur’, porque lo más importante es traer películas que no llegan, sumado a funciones especiales y descentralizar el cine. Siempre decimos que un festival trabaja en la creación de públicos y ese es un trabajo complicado, lograr que la gente se conectara, que continuara con nosotros y se convirtiera en un proyecto que ya esperen cada año. Logísticamente, las ciudades en las que radica el proyecto están en buen funcionamiento, ágil, rápido y caluroso, no sólo por el clima, sino por las personas que te arropan”, finalizó.

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