La Benemérita ENM (Tercera Parte)

Por: José Rodríguez Salgado

A la memoria del maestro Benjamín Fuentes González, ex Director de la ENM.

     El Departamento de Varones dejó el ex convento Salesiano, con su director Modesto Sánchez Vásquez, (Teloloapan, Gro.) Fue un conciliador destacado entre profesores y alumnos; logró tranquilidad en el plantel y fomentó actividades sociales, culturales, pedagógicas y de investigación. Motivó el periodismo, la formación del Ateneo, organizó conciertos, torneos deportivos, congresos estudiantiles, excursiones de estudio y recreativas a distintos lugares del país; las exposiciones fueron memorables. Se armonizaron además las actividades entre los Departamentos de Señoritas y Varones (1948). El de Señoritas fue dirigido por la maestra Paula Gómez Alonso, quien realizó un magnífico trabajo. Fue una mujer de ideas avanzadas; se preocupó por la superación académica y cultural de su área. Estimuló la convivencia con otros planteles mediante actividades literarias, teatrales y dancísticas. Sobresalió su interés por la historia del arte, la psicotécnica, los consejos estudiantiles y eventos pedagógicos y sociales.

         La señorita Gómez Alonso, fue una mujer abiertamente de izquierda que propició cierta orientación política en las aulas de ambos departamentos. En el de varones muchas veces se convirtió la cátedra en tribuna política. En general el PRI tenía los suyos, minoría, pero decididos y talentosos. Los partidos de izquierda PCM y PP, contaban con simpatizantes entre los maestros y orientaron la situación de la política estudiantil. Fue una época en que la Normal se llenó de estudiantes de provincia especialmente de Guerrero, Veracruz, Michoacán, Puebla, Oaxaca y Tlaxcala. Existió un número considerable originario de Xochimilco y pueblos aledaños. Las elecciones estudiantiles generalmente estaban en manos de guerrerenses, eso garantizaba el aumento de la matrícula proveniente de los estados del país, lo mismo sucedía en el comedor normalista y en el internado de varones. Eran frecuentes las riñas entre las planillas y en no pocas ocasiones corrió la sangre de los muchachos. En el Departamento de Señoritas parece que imperaban las derechas, por lo menos organizaban misas de acción de gracias al término de cada ciclo escolar.

         El Plan de Estudios de 1945 vigente hasta 1963, contaba con 36 asignaturas que debían ser estudiadas en tres años profesionales después del ciclo secundario. Se pretendía un equilibrio entre la información pedagógica y la erudición científica; entre las actividades artísticas y la reflexión pedagógica para redituar en el alumno una concepción del mundo y de la vida bien orientada dentro del humanismo. La literatura pedagógica se enriqueció desde 1946, fortaleciendo el horizonte cultural con tratados científicos de la educación, Historia de la Pedagogía e Historia Comparada de la Educación en México, gracias a las aportaciones del doctor Francisco Larroyo y profesores del exilio español como Domingo Tirado Benedí, Santiago Hernández Ruiz y Antonio Ballesteros y Usano. Por entonces Agustín Mateos Muñoz, publicaba sus dos libros sobre Etimologías del Español, Latinas y Griegas. También el guatemalteco Arqueles Vela Salvatierra, su Historia Materialista del Arte y salía de las prensas su obra El Arte y la Estética.

         En abril de 1949, se organiza en Mendoza, Argentina, el Primer Congreso Nacional de Filosofía al que asiste por México el doctor Larroyo. Con la eventual ausencia de esa figura moral, se pierde el equilibrio. Empezaron las intrigas políticas contra el profesor Modesto Sánchez, al que el Secretario de Educación dictó su cese de inmediato, provocando un movimiento estudiantil de grandes proporciones pidiendo su reinstalación. Gual Vidal no transigió y el alumnado se fue a huelga por un mes. El director de normales Juan Pérez Abreu, dialogó con los alumnos y logró cerrar el Ciclo Escolar. Después las autoridades procedieron con el método de ensayo y error. Al Departamento de Señoritas llegó la maestra Guadalupe Ceniceros de Pérez Zavaleta.

         En el Departamento de Varones llegó el médico David Malváez, egresado de la institución, ameritado atleta, estricto, severo, pulcro y de buen corazón. Un trabajador incansable. Profundo conocedor de los problemas de la escuela que quiso erradicarlos de raíz; hacer cumplir a todos con su deber. Todos los días recorría y revisaba el edificio desde las seis de la mañana durante las dos semanas que estuvo en el cargo. Pidió y exigió puntualidad a empleados, maestros y alumnos. Eso provocó la rebeldía de muchos profesores que lograron su renuncia ante la complacencia de las autoridades de la SEP. Un gran profesionista, el director que la escuela necesitaba, lamentablemente no tuvo apoyo aunque sí la simpatía de buena parte del alumnado… (Continuará)  Marzo 7 de 2024.

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