Adiós 2022, Bienvenido 2023

Por: José Rodríguez Salgado

Un saludo cordial y atento a quienes me favorecieron en este año, con su lectura todos los jueves.

Diciembre está a punto de extinguirse; en dos días más llamarán las campanas para recibir al 2023. Quiera la vida que el nuevo año venga cargado de bendiciones y noticias alentadoras; comida en todas las mesas y que los virus que flagelan al mundo sean controlados; que los gobernantes tengan la mente clara y dirijan a sus pueblos con sabiduría y justicia; con lucidez y sin demagogia; que se respeten los derechos humanos y se organice un sistema educativo con calidad y enfocado al conocimiento, habilidades y destrezas con profundo sentido humano, orientado a la permanencia de la paz y la unidad nacional.

Deseo se destierren para siempre las improvisaciones y los desajustes; que no haya privilegios más que para los niños y los ancianos; que se cultive el sentimiento y la permanencia del equilibrio, el buen juicio y la razón. Sensatez y humildad en el trato con los demás, respeto a las ideas ajenas y aliento a las manifestaciones orientadas al cultivo del espíritu por sobre las preferencias individuales y la adhesión al dinero, la fama y la gloria aparentes. Un país es más grande cuando enfoca sus políticas no sólo a obtener triunfos electorales o caprichos de los poderosos, sino en la procuración de la salud y en el prosperidad de los pueblos.

En estas fechas es común invocar al bienestar colectivo, al sentido humano y carácter visionario de quienes gobiernan a los pueblos y fundamentalmente a los líderes que conducen a las colectividades hacia mejores caminos de pundonor, honradez y sana convivencia. Cabe aquí condenar el afán belicoso de las naciones poderosas y desear la resolución pacífica de los conflictos. Hay que tomar en serio las lecciones de las dos grandes Guerras Mundiales y otras conflagraciones que han exhibido la tragedia moral del reino del dinero y la fuerza de las armas.

En suma, la humanidad clama que prevalezca el bien, el trato justo y la comunicación próspera y eficaz entre todas las naciones del mundo. Se oye el eco de las voces que claman por un 2023, pacífico, sano, bien alimentado y con educación para todos los niños. Aspiramos a vivir mejor, a comunicarnos con eficacia y salvar las pequeñas y grandes divergencias.

Describo enseguida algunas referencias sobre el año nuevo a través de la historia. El pueblo egipcio dividía su calendario en tres épocas: inundación, siembra y recolección. El innovador Asirio Caldeo fue el primero en dividir el año en doce meses, unos de 29 y otros de 30 días tomando en cuenta el movimiento de la luna alrededor de la tierra. La civilización Asirio Caldea creó la semana de 7 días en recuerdo de los 7 planetas que se conocían. El séptimo día era de descanso y no se debía guerrear, administrar justicia o tomar medicina. Dividieron el día en 24 horas, la hora en 60 minutos y el minuto en 60 segundos.

. Muchos pueblos de la tierra usan diversas formas y celebran en distintas fechas el advenimiento del año nuevo. El pueblo chino entre –taoístas, confusionistas y budistas-, continúa fiel al antiquísimo calendario fijado por el emperador Cha-huan-hu, hace más de 5 mil años que celebra el año nuevo cada 5 de febrero.

En la India no rige el calendario Gregoriano, sino por años lunares que empiezan con la luna nueva. Actualmente se emplean cerca de 14 calendarios, que causan un verdadero enredo. El pueblo Mahometano mide el tiempo desde la huida de Mahoma (571-623) a Medina, perseguido por sus ideas y su llegada a la Meca, representa el inicio de la era Musulmana. Para los hebreos, la semana del año nuevo (Ros-hashana) tiene su noche culminante el 31 de diciembre y según sus cómputos estamos ahora en 5781. Durante la semana de año nuevo, el judío no fuma, pasea, trabaja, cocina, gasta o contesta el teléfono y permanece en silencio total.

Finalmente debemos recordar que la división del tiempo no es original entre los pueblos cristianos. Cuando se hizo desaparecer a las divinidades mitológicas, a las que las civilizaciones antiguas rendían culto, no fue posible borrar de su mente los nombres de las diosas y dioses, de sus grandes hombres y de sus festividades singulares. Tan arraigados estaban que persistieron en los nombres que corresponden a los meses del año y a los días de la semana.

Feliz año para todos.

29 de diciembre del 2022

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