Por: J. David Flores Botello


EL PET, DESAFÍO GLOBAL QUE REQUIERE ACCIÓN URGENTE- DON CHIMINO


EL PET, DESAFÍO GLOBAL QUE REQUIERE ACCIÓN URGENTE. – En los últimos años, el mundo ha sido testigo de un alarmante aumento en la contaminación por PET (tereftalato de polietileno), un tipo de plástico ampliamente utilizado en envases de bebidas y alimentos. Esta contaminación se ha convertido en una preocupación global debido a sus impactos negativos en el medio ambiente y la salud humana. Es indispensable reconocer la magnitud del problema y llevar a cabo algunas posibles soluciones para enfrentar esta crisis. La producción masiva de envases de PET ha llevado a un uso desenfrenado y a una eliminación inadecuada de estos productos en todo el mundo. Como resultado, se estima que cada año se generan millones de toneladas de residuos de PET, muchos de los cuales terminan en vertederos, ríos y océanos. Esta contaminación tiene un impacto devastador en la vida marina, causando la muerte de aves, tortugas marinas y mamíferos acuáticos que ingieren o quedan atrapados en los desechos de plástico. Además de los efectos en la fauna marina, la contaminación por PET también tiene consecuencias graves para la salud humana. El PET puede liberar sustancias químicas tóxicas cuando se descompone, lo que puede contaminar el agua y los alimentos. Estas sustancias pueden ser absorbidas por los seres humanos a través de la ingesta de alimentos y agua contaminados, lo que aumenta el riesgo de enfermedades graves, como problemas hormonales y cáncer. Ante esta preocupante situación, se requiere una acción global para abordar la contaminación por PET. Enumeraremos algunas posibles soluciones:

  1. Reducción y reutilización: Es fundamental reducir la producción y el consumo de envases de PET. Los gobiernos y las empresas pueden promover políticas y prácticas que fomenten el uso de alternativas sostenibles, como envases reutilizables y biodegradables.
  2. Reciclaje eficiente: Se debe promover el reciclaje eficiente de los envases de PET para minimizar la cantidad de residuos que terminan en vertederos y cuerpos de agua. Esto implica mejorar las infraestructuras de reciclaje y concientizar a la población sobre la importancia de separar y reciclar adecuadamente los envases.
  3. Innovación tecnológica: Es necesario invertir en investigación y desarrollo de nuevas tecnologías que permitan la degradación y eliminación segura del PET. Esto incluye el desarrollo de plásticos biodegradables y la implementación de procesos de reciclaje más eficientes.
  4. La educación y la concientización pública son fundamentales para abordar la contaminación por PET. Llevar a cabo campañas educativas a la población sobre los impactos negativos del PET y promover cambios de comportamiento, como la reducción del consumo de productos envasados en plástico.
    La contaminación por PET es una crisis global que requiere una acción inmediata y coordinada. La adopción de soluciones sostenibles y el compromiso de todos los sectores de la sociedad son esenciales para revertir esta tendencia y garantizar un futuro más limpio y saludable para las generaciones venideras.
    Soluciones como el desarrollo de plásticos biodegradables, la implementación de programas de recolección selectiva y el fomento de la economía circular pueden ayudar a cerrar el ciclo de vida del PET y mitigar su impacto negativo en el medio ambiente. Al mismo tiempo, es fundamental un cambio cultural hacia un consumo más consciente y sostenible, donde cada individuo asuma la responsabilidad de sus acciones y decisiones en relación con el uso del plástico. En última instancia, el problema del PET no es solo un desafío ambiental, sino también una oportunidad para reevaluar nuestros hábitos de consumo, promover la innovación tecnológica y trabajar juntos hacia un futuro más limpio y sostenible. Es hora de asumir la responsabilidad colectiva de proteger nuestro planeta y las generaciones futuras, actuando hoy para preservar un mañana sostenible para todos.
    DON CHIMINO. – Lo que pensé que iba a ser de un día para otro nomás nones que jue. La bomba de agua de mi cisterna que se chingó por trabajar sin agua me la entregaron, no a los dos días que me prometieron sino cinco días después de que se la llevé al que, asegún, es mi cuate. Y no lo culpo porque, además de que se atravesó el fin de semana, le dio dengue al empleado que más le echa la mano, y se atrasó un día más. Yo creo que a muchas gentes les pasó lo mismo pues había hartas bombas pendientes de reparar y no se diga con la escasez de l´agua. En hartas coloñas no hay, en varias escuelas y tambor hartas gentes del centro están sin agua potable, como nosotros que ni cuenta nos dimos dende cuándo no cái l´agua en la cisterna. Tansiquiera, el hecho de que se quedó sin agua la cisterna le pude sacar el lodo y darle una buena restriegada con ayuda de mi Puchunga que, además de echarme aigre pa´dentro de la cisterna con una sopladora pa´ que no me sofocara yo. Pero ¿cómo no sofocarme? Adentro de la cisterna la calor se siente mucho más, no hay suficiente aigre pa respirar a pesar de que la sopladora echa mucho, como que hay otros gases o falta de otsígeno. Más sofocación sentía yo porque, cuando mi Puchunguita se agachaba pa´agarrar la barriquita con lodo que le pasaba yo dende adentro de la cisterna, sin querer queriendo al levantar mi mirada pa´arriba me regodeaba contemplando sus bien torniados perniles y su choninito rojo de su chiquini que agún todavía traiba puesto debajo de su bata de baño, y más me sofocaba. Ya casi no había luz natural cuando terminamos, me metí a bañar con un chorrito de agua pa no desperdiciar y me jui a prepararle unas picaditas con masa del mercado en lo que se bañaba. Ella sabe que casi siempre que le preparo algo de cenar es porque quiero que tronemos el chicharito en la noche. Cuando nos juimos a acostar, prendí el mini esplit a 24 grados que a ella le gusta y a mi casi me congela, apagué la luz, me quité la ropa, me metí debajo de las cobijas y, cuando me quise poner de cucharita con ella, me dijo que le dolía su tatema por tanta calor, que la dispensara, y ni modos, me la pellizqué. Mejor me jui a poner mi pijama largo y unas calcetas pachoncitas y largas hasta mis corvas pa que no me agarraran calambres en la madrugada. Ya ´bía yo pedido la pipa de agua pa que le llevaran a otro día pero, al no tener la bomba pa subir agua al tinaco y aprovechar más los 10 mil litros porque a mi cisterna le caben ocho mil, le dije que yo le avisaba cuándo nos la llevaba, asina que sufrimos esos días porque nomás teníamos la poca del tinaco y la de la alberquita, nos dábamos baños vaqueros, le echábamos agua al baño cuando ya de a tiro olía feo, ocupamos platos dechechables, no lavamos ropa y pa cocinar y enjaguar trastes usamos agua de garrafón. Cuando por fin nos entregaron la bomba, en l´horita la instalé y le hablé al de la pipa, le dije que ora sí nos la llevara. Llegó pasadas las 11 de la noche y como se le había jodido su máquina pa vaciar rápido la pipa, solo le puso una manguera larga y gruesa pa que cayera l´agua por desnivel. Eso evitó recordar a medianoche el vecindario por tanta ruidero que hacen esas máquinas y en lo que la descargaba nos permitió llenar el tinaco, la cisterna, la alberquita, regar el jardín, lavar el patio. Agún todavía se llevó agua el pipero y eso sí, no me descontó ni un peso. ¡Ah! Pero esto agu no termina, asina que les seguiré paticando pa´la prótsima, áhi nos, graciotas.
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