Importancia del gateo en niños – Don Chimino

Por: J. David Flores Botello

IMPORTANCIA DEL GATEO EN NIÑOS. – La estimulación temprana a todos los bebés es muy importante para favorecer su desarrollo el cual es céfalo caudal, es decir, de la cabeza hacia las piernas. El niño, primero sostiene la cabeza, luego se sienta y arrastra, enseguida gatea y luego camina. Cada etapa lleva su tiempo, pero lo más difícil y más importante es el gateo. Nosotros enseñamos a las mamás a eructar a sus bebés, desde que nacen, a que lo hagan sentaditos, sostenidos con una mano colocada en su pechito, inclinados hacia adelante sobre sí mismos y, con un golpeteo suave sobre la espalda usando la otra mano, hueca, se consigue un eructo más rápido y completo que eructarlo de forma tradicional: recargando su cabecita sobre el pecho o el hombro de quien lo eructa. Eructarlo como aconsejamos también le sirve al bebé para ir enderezando la cabeza y al mismo tiempo irguiendo su columna vertebral más rápido que otros niños. Algunas abuelitas se asombran, se alarman o se preocupan cuando ven que los jóvenes padres eructan a su hijo de la forma anteriormente mencionada, a veces los reprenden y les dicen que si lo eructan así se va a poner jorobado, se va a hacer cachetón o se le va a caer la mollera. Obviamente nada de eso es cierto. La mayoría logra sostener su cabeza a los 2 meses. Aconsejamos también que, desde las primeras tres semanas lo coloquen boca abajo por ratos, al principio quizá no le guste, pero poco a poco se irá adaptando porque la visión que tienen en esa posición es mejor que estar boca arriba. A los 5 meses la columna ya está erecta y se voltean con tanta facilidad que algunas veces se caen de la cama en un abrir y cerrar de ojos. A los siete meses se mantiene sentado y repta. Entre los ocho y nueve meses inician su gateo y ya que gatean se empiezan a agarrar de los muebles (mesas, camas, sillones) o de las paredes e inician la deambulación. Por definición, el gateo es “el resultado de una evolución en el control del cuerpo. Es un movimiento armónico, simétrico y coordinado que proporciona a la columna un alivio rápido y efectivo desde las primeras jornadas de ejercicio”. Cada bebé tiene una etapa de maduración diferente y no debe ser motivo de alarma si se tarda un poco. El gateo le permite ser más autónomo, fortalece su cuello, espalda, brazos, piernas, articulaciones, desarrolla sus sentidos y le permite reconocer su cuerpo. Se observa que “los niños que no gatearon nunca, cuando llegan a la edad adulta, tienen dificultades en la coordinación y alternancia de los brazos con las piernas, lo que interfiere en su organización y planeamiento. El gateo favorece el desarrollo del tacto, la visión, el habla, la manualidad, la orientación y la propia percepción, además de otras funciones como el movimiento y el equilibrio. El gateo conecta ambos hemisferios cerebrales y crea rutas de información cruciales para la maduración de las diferentes funciones cognitivas y, favorece el desarrollo del patrón cruzado o marcha cruzada del cuerpo que permite el desplazamiento equilibrado del cuerpo humano. Al gatear se tonifican los músculos que más adelante permitirán que el niño mantenga la columna recta cuando esté preparado para ponerse de pie y caminar. Le ayuda a integrar reflejos, desarrolla el sistema vestibular y el sistema propioceptivo. El sistema vestibular está relacionado con la capacidad de dominio del movimiento y del equilibrio, además del control espacial. Está formado por partes del oído interno y el cerebro que nos permiten movimientos coordinados, controlados y equilibrados en nuestros desplazamientos. La propiocepción es un sistema que tiene el cuerpo para conocer cuál es su posición y orientación en el espacio. Está formado por diferentes receptores situados en músculos, ligamentos y articulaciones que envían la información al sistema nervioso central para que el cerebro procese dicha información y elabore la respuesta adecuada. El sistema propioceptivo depende de estímulos sensoriales provenientes de los sistemas visual, auditivo y vestibular y de los receptores cutáneos. Mejora la capacidad de orientación espacial, mantiene la capacidad de control y tensión muscular, aumenta la capacidad de equilibrio, protege de las lesiones agudas por medio de la estabilización refleja, corrige el desplazamiento voluntario del centro de gravedad y mejora la coordinación. Gatear permite el enfoque de los ojos. Al mirar al suelo para colocar la mano o la rodilla, el bebé enfoca ambos ojos en un mismo punto a corta distancia, incluso, se dice que el 98% de los niños con estrabismo (“bizquera”) no gatearon lo suficiente de pequeños. Mediante el gateo se va desarrollando la coordinación ojo-mano lo cual ayuda a poder escribir en el futuro. Gatear aporta: autonomía, buen tono muscular, buena estructura ósea, funciones visuales para poder leer, control postural, permite protegerse la cara al caer, correcta posición al caminar y la pinza para escribir. Para favorecer el gateo intente que desde los 2-3 meses el bebé esté el mayor tiempo posible descalzo, incluso sin calcetines, sobre una alfombra, colóquelo boca abajo, comenzará a levantar la cabeza y después empleará su fuerza en las palmas de las manos y las rodillas para ponerse en posición de gatear. Coloque juegos de colores, muñecos, pelotas, instrumentos musicales y cualquier cosa que le llame la atención para animarle a que lo tome con su manita. Hay diferentes estilos de gateo. El clásico sobre las manos y las rodillas o gateo cruzado. El bebé apoya su peso sobre sus manos y sus rodillas, y luego mueve un brazo y la rodilla contraria hacia adelante al mismo tiempo. El gateo de oso: se parece al gateo clásico, pero el bebé mantiene sus codos y rodillas rectos, caminando sobre las manos y los pies como un oso. El gateo tipo comando o sobre el vientre: mueve su cuerpo hacia delante mientras arrastra su vientre contra el suelo. Gateo sentado: el bebé se desliza sobre sus nalgas y usa sus brazos para avanzar. Gateo del cangrejo: se mueve hacia atrás o de costado como un cangrejo, impulsándose con las manos. Gateo rodante: el bebé llega a su destino rodando de un lugar a otro. Por último y no menos importante: ni por casualidad lo meta a la andadera, no le ayuda a su desarrollo y además, puede causar un accidente pues fácilmente pierden el equilibrio y caen al suelo con la posibilidad de una herida o fractura. Gatear requiere paciencia y enseñanza, si usted u otros niños gatean a su lado, su bebé aprende más rápido.

DON CHIMINO. – Mi Puchunga siempre se burla de mí porque le digo que mi ciudá es la más bonita del mundo mundial. Siempre que salimos fueras a los pocos días ya me quiero regresar. Me dice que qué le veo de bonita a mi Iguala. Yo le digo que todo, que su Cielo, a veces muy azul, azul brillante, profundo, refletsivo, que mi inspira paz, tranquilidad y me hace sentir la Presencia de Dios. Los amaneceres y las puestas de Sol pintan de bellos colores el horizonte rodeado por los nueve cerros que hacen que nuestro terruño sea como una cuna proteptora, y, además es la Cuna de la Bandera Nacional. Nunca nos ha faltado lluvia y, que yo recuerde, solo una vez se salió de madre el río San Juan. Nunca nos ha tocado un huracán, sí cierto que ha soplado juerte el viento y se han cáido árboles, anuncios, techos y tinacos, pero no ha pasado a más. Nos han tocado temblores muy cabrones, pero, gracias a Dios no hemos tenido calamidades. Siempre me dice que la calor en veces es insoportable, pero yo le digo que a mí me gusta mucho más que ahiga calor y no frío. A mí el frío me cala los güesos, no me deja dormir y me agarra la calambrera. En veces ella se ha tenido que parar a pachurrarme la punta de los pies porque no se me quitan los calambres de mis chamorros. Lo bueno que son pocas veces que aquí llega a haber hasta 12 helados grados de temperatura. Onde sí me chingó mi Púchun jue por lo tocante a la basura de las calles y banquetas, algunas son un cochinero. Más porque juimos a visitar al Daví, y, a un lado de su casa ta, con perdón de usté, un cagadero. Y ni si quiera se mira que ahigan sido niños o alguna gente chorrillenta que ya no aguantó, pero no, son hartas cacas grandes y gruesas como de gentes grandes, se mira que de diferentes días, unas frescas y otras secas, eso sí, bien jediondas, ¿guácala! Como nadien vive áhi, según supe, pos nadien cuida ni se hace responsable. Ni modos pues, áhi sí ni qué decir, nada que ver las gentes de ora que no barren ni limpian sus calles y banquetas comparadas como las de antes ¿por qué será? y… ándales, ya se acabó el espacio, casi todo lo ocupó el Daví. Ya me tocará a mí, áhi nos pa l´otra, graciotas.

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