Niños enfermizos, ¿inmunodeficiencia? – Don Chimino

Por: David Flores Botello

NIÑOS ENFERMIZOS, ¿INMUNODEFICIENCIA? – Con cierta regularidad nos consultan afligidos padres porque sus niños se enferman con frecuencia y desean que les recetemos algo porque piensan que “sus defensas” las tienen bajas. Las inmunodeficiencias o déficits inmunitarios son enfermedades poco frecuentes, cuando se presentan, las defensas del cuerpo frente a las infecciones no actúan bien, por dicha razón, las enfermedades son más frecuentes, más graves, duran más tiempo, no responden bien a los medicamentos habituales y pueden ser causadas por gérmenes que suelen ser inofensivos. Por fortuna es muy raro encontrar niños con este tipo de problemas y lo que encontramos son niños con un sistema inmunológico completamente normal pero que, por alguna razón, se enferman con cierta regularidad. Es importante que los padres sepan que, en los primeros años de vida, los niños sanos pueden llegar a tener de 6 a 8 infecciones respiratorias de las vías altas, principalmente rinofaringitis, también pueden presentar dos o más episodios de otitis media aguda al año y dos de gastroenteritis aguda. Las infecciones de las vías respiratorias son más frecuentes en niños que acuden a guarderías o cuando algunos hermanos lo hacen. Algunas enfermedades de la vía respiratoria superior pueden durar dos semanas, si esto sucede en época de frío, dos o tres infecciones diferentes de manera consecutiva pueden dar la impresión de que el niño siempre está enfermo. Además, la mayoría de estas infecciones son causadas por virus y, por lo tanto, los antibióticos no les favorecen para nada, al contrario. Por lo que, las infecciones frecuentes, la duración de estas y la falta de respuesta a los antibióticos hacen pensar a los padres que, esas infecciones normales y frecuentes en los niños pequeños, podrían deberse a un problema de defensas bajas. ¿Cuándo podemos sospechar que un niño tiene sus defensas bajas? Cuando son demasiado frecuentes en número, son graves, duran mucho tiempo o no se resuelven con los tratamientos habituales. Cuando las infecciones frecuentes afectan a un único órgano o sistema debe pensarse en anomalías anatómicas, en un proceso alérgico o alguna enfermedad crónica de base que afecte a ese sistema. Si los procesos infecciosos son leves y recurrentes, afectan a diferentes sistemas y no existe afectación del desarrollo del niño, se debe pensar en una exposición aumentada a las infecciones por condiciones ambientales, como acudir a una guardería, a la contaminación, a la inhalación de humo de tabaco o de leña al cocinar y a la convivencia con hermanos que acuden a la escuela. Es normal cuando no existe una causa orgánica, funcional, inmunológica o genética conocida. Algunos niños con infecciones recurrentes presentan lo que se conoce como “espectro alergia-atopia-sibilancias recurrentes-asma. La rinitis crónica alérgica puede confundirse con una infección recurrente de las vías respiratorias altas. La atopia es una hipersensibilidad al medio ambiente, con un origen genético. Por múltiples y complejas razones el cuerpo reacciona de forma exagerada ante ciertos alergenos e irritantes como el polvo, el polen y siempre mediados por la inmunoglobulina E (IgE). La alergia es cualquier respuesta inmunitaria exagerada a un antígeno extraño, sea cual fuere su mecanismo. En las inmunodeficiencias hay afectación cuantitativa y cualitativa de cualquier componente del sistema inmunitario como la inmunidad adaptativa (adquirida) o de la inmunidad natural (innata). Hemos observado que, muchos de los niños que acuden por problemas frecuentes de la vía respiratoria la causa principal es una obstrucción nasal debido a una deficiencia en el aseo de la nariz del niño que lo hace respirar por la boca y por dicha razón el aire que respira no se calienta, no se humedece, no se filtra, no se purifica porque no pasa por los cornetes nasales que tienen esa función tan importante.

DON CHIMINO. – Vaya que se puso guapo Heriberto con tantas sorpresas en su desayuno festejo cumpleañero de Norma su mujer. Nos reservaron una parte del restaurán Dalia en Jardines de México, cercas de Tegüiscla, Morelos. Siete mesas de 4 gentes cad´una, tres mesas a cada lado de la mesa principal a onde yo y mi Puchunga compartimos con Norma, Beto y a onde arrimaron dos sillas más pa su hijo Alberto y su pareja embarazada de cuatitos. Beto nos dio tres regalos a cad´uno: una pintura en papel amate con su cuadro de madera, una escultura de elefante en piedra de alabastro y un llavero de plata asegún de la más mejor calidá. El señor guía de camisa blanca de mangas largas y chaleco rojo con rayas blancas jue sacando los cuadros de una de las bolsas negras que cargaba un mesero, terminó de darnos uno a ca´ quien y, cuando iba a repartir lo de otra bolsa negra Heriberto dijo al micrófono: –“Queridos amigos, a mi mujercita siempre le han gustado los elefantes y por eso decidí obsequiarles uno a ustedes; están hechos con piedras de alabastro, miden 12X6X12 centímetros, tamaño ideal para tenerlo en la sala, en el comedor o en la recámara, están empaquetados en cajas de cartón, van a llevar hasta su mesa la bolsa que los contienen, tomen el suyo, la mitad tienen la trompa para arriba, lo cual simboliza buena suerte, victoria y prosperidad y la otra mitad de elefantes tienen la trompa para abajo que representa la concepción y la longevidad. Se recomienda colocarlo mirando siempre hacia adentro de la habitación, dicen que, si lo ponen mirando hacia la puerta de su casa, la suerte podría salirse por dicha puerta, aunque otros dicen que, si lo colocan mirando hacia afuera se protege al hogar contra las energías negativas. Como quiera que sea, los elefantes atraen fuerza positiva, buena suerte y armonía en la familia. A ver de cual les toca. Muchas, muchísimas gracias a todos que se dieron su tiempo para venir a festejar a mi compañera de vida y como dice ella, los esperamos en Monterrey el próximo año para festejar su cumpleaños, nuestras Bodas de Jade y el bautizo de nuestros nietitos, desde luego si los papás están de acuerdo”, dijo esto último mientras le cerraba el ojo a Alberto quien asintió con la cabeza y alevantó p´arriba sus dedos gordos de las manos, todos aplaudimos parados de pie, agradecidos y emocionados por lo que escuchamos de Norma, de Beto, por lo regalos y como acectando que iríamos al festejo el siguiente año. En eso, con una copa en la mano se volvió a subir Coquis a la tarima onde taba Beto hablando, le pidió el micrófono y dijo: –“Quiero pedirles a todos que brindemos por la salud de Norma y por toda su familia, así que, quiero verlos a todos con sus copas en la mano, ¿listos?, levantemos nuestras copas y digamos: ¡Saluuud! ¡Gracias! Ahora, hay que echarle con mucha alegría una porra para Norma: ¡triquititriquiii! ¡Raaa! ¡Triquititriquiii! ¡Raaa! ¡A la bio, a la bao, a la bim bom baa! ¡Norma!, ¡Norma! ¡Ra ra raaaa! Gracias a todas, a todos y a todes, como se dice ahora, ja, ja, ja. Por cierto, voy a abrir un chat en WhatsApp donde estemos todos nosotros y podamos en todo momento estar cercanos a Norma para apoyarla en su lucha contra su problema de la mama. ¡Ánimo querida amiga! ¡Dios está contigo! ¡Te queremos Norma, te queremos! ¡Te queremos Norma, te queremos!” Todos repetimos ¡te queremos Norma, te queremos! Y yo, que no soy muy fijado, me le quedé viendo a Coquis, me llamó la atención no tanto su blusa verde escotada y su pantalón de mezclilla oscura entallado como de chorizo que remarcaba sus bien torniadas y largas piernas sino que, en ese momento me llegó a la mente que, el día anterior, cuando llevé los cafeses calientes que merqué en el otso fresa hasta onde taba el coche averiado, alcancé a escuchar que Beto hablaba por teléfono con una mujer mientras esperaba a la grúa que jue por su coche de súper lujo, él no se dio cuenta cuando yo llegué, taba voltiando pa´ otro lado y clarito oyí que le dijo que estuviera atento de su llegada a Jardines de México, que se verían en el Jardín Laberinto de los Sentidos y que ella llevaría un vestido rojo para que la identificara, ¿tonces? Si Coquis iba así vestida, ¿quién era la mujer que iría de rojo? Las que taban en el festejo, ninguna llevaba vestido rojo. ¡Ah cabrón! ¿Tendrá una movida el Beto? ¿Se habrá visto con ella en una de las escapadas que se dio en lo que recorríamos los jardines con el guía cuando recién llegamos áhi? Y… ¡híjoles! Ya me colgué de nuez, áhi nos pa l´otra, graciotas.

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