Leche materna – Don Chimino

Por: David Flores Botello

LECHE MATERNA.- Antes, las mamás criaban a sus hijos a base de leche materna, ahora, algunas prefieren ofrecerles fórmulas para completar pues sus niños no se “llenan” y otras, desgraciadamente, por alguna u otra razones a veces no justificadas, renuncian a darles su seno y los alimentan solo con fórmulas. Así como en los países desarrollados evitan las cesáreas por el riesgo que corren la madre y el hijo y les va muy bien, aquí en México, cada vez son más las mamás que por decisión personal prefieren cesárea que un parto normal, a veces por miedo al dolor, a veces por comodidad de horario y en otras ocasiones por así convenir a quien la va a operar. El tema de cesáreas innecesarias será motivo de otra colaboración por la gran importancia que conlleva. En esta ocasión, queremos aportar un granito de arena sembrando la idea de que, la leche materna garantiza salud en el futuro de ambos: bebé y mamá. No existe ningún alimento, por muy caro, que sea mejor que la leche materna. No solo cubre las necesidades nutricionales para que crezca y se desarrolle correctamente, sino que además, desde el punto de vista emocional se establece un vínculo madre-hijo que permite al bebé establecer una relación de apego seguro con su madre lo que favorecerá su correcto desarrollo como persona independiente y segura. Está demostrado que no alimentar a un bebé con leche materna (por lo menos los primeros 6 meses de vida), aumenta los riesgos de numerosos problemas de salud como el mayor riesgo de muerte súbita en lactantes menores de un año, aumenta la posibilidad de enfermarse de gripa, tos, diarrea u otras infecciones, incluido el COVID porque, una mamá vacunada contra COVID que amamanta a su bebé, le transmite anticuerpos que lo protegen contra dicho virus. A largo plazo, un niño alimentado al seno materno tiene menos posibilidades de desarrollar diabetes, dermatitis atópica, obesidad, alergia y asma entre otros padecimientos.

A la primera leche se le conoce como calostro, es más amarillenta, contiene muchas proteínas, inmunoglobulinas protectoras contra infecciones y muchas calorías, es el alimento ideal para los primeros días, el estómago del bebé es pequeño y requiere tomas frecuentes de poca cantidad. De la leche que el bebé mama de un seno, la primera parte contiene más agua y azúcar, eso satisface su sed, después aumenta las grasas que aportan más calorías y lo sacian, por eso es recomendable que el bebé termine de mamar de uno para ofrecerle el otro seno, si tiene hambre lo va a aceptar. “Para evitar ingurgitación o retenciones, es aconsejable comenzar cada toma por el pecho del que no mamó o del que mamó menos en la toma anterior”. Amamantar al seno materno no solo nutre al bebé sino que, el contacto estrecho y frecuente madre-hijo, favorece su desarrollo psicomotor, “ese vínculo especial se traduce en niños más equilibrados psicológicamente, con menos problemas de conducta, hiperactividad, depresión y ansiedad, incluso en la adolescencia”.

La recomendación en la actualidad es: si ambos, la madre y el hijo están sanos, independientemente de si haya sido cesárea o parto normal, es importante que, el recién nacido, sea colocado encima de su madre, en estrecho contacto piel con piel y permitirles a ambos mantener ese contacto, sin interrupciones e interferencias, al menos hasta que el bebé haya hecho la primera toma del pecho, e idealmente, durante todo el tiempo que madre e hijo deseen. Puesto boca abajo sobre el abdomen de su madre, gracias a sus sentidos, sobre todo el olfato y el tacto y a sus reflejos, el recién nacido es capaz de llegar por sí solo, reptando, hasta el pecho materno, lo olerá, lo tocará con las manos, luego con la boca y finalmente se agarrará al pecho de manera espontánea, con la boca totalmente abierta, abarcando el pezón y gran parte de la areola. Independientemente del tipo de alimentación que vayan a recibir posteriormente, el contacto precoz piel con piel no solo es buena para la instauración de la lactancia, sino que ayuda al bebé a adaptarse mejor a la vida extrauterina y a establecer un vínculo afectivo con su madre.

Actualmente también se recomienda el alojamiento conjunto y sin restricciones las 24 horas del día, ello favorece la lactancia materna al permitir al bebé acceder al pecho siempre que lo desee, así tendrá la posibilidad de satisfacer sus necesidades nutricionales, de contacto, calor, cariño y seguridad. Por esto y por muchas cosas más incluido menos gastos, menos contaminación ambiental y menos utilización de agua: la leche materna es el alimento ideal para los bebés, insistimos, por lo menos los primeros seis meses de vida.

DON CHIMINO.- El desayuno sospresa que le preparó Heriberto a Norma pa festejarle su cumpleaños jue inolvidable, yo pocas veces en mi vida he tenido tanta tragazón enfrente de mí y que se mire, que güela y que sepa deliciosa y que, con mayor razón, sea de a gorrión. El restaurán Dalia en Jardines de México, cercas de Tegüiscla, Morelos, es muy grande y ese domingo nos atendieron a nosotros de manera especial, hasta pusieron una especia de corral pa que otras gentes no se pasaran a onde nos taban atendiendo, por un momento me sentí como de la alta sociedá pos adivinar en cuanto le haiga salido el chistecito pero, dende que llegamos nos atendieron como reyes. Yo ´bía empezado a tragoniar en el bufette que miré más cercas en lo que todos y cad´uno de los veintitantos invitados saludaban a la cumpleañera, asina me di color que la comida que nos dieron a nosotros jue especial no como la del bufette de los demás, la cecina era de la más mejor y el caldo de pescado no jue de mojarra sino de cuatete, teníamos nuestros propios cocineros que taban asando la carne, cebollitas, nopales y echando tortillas, los meseros taban pendientes de que no nos faltara nada. Después de que probé los hongos de cazahuate, el conejo en chileajo, cuando apenas llevaba dos tacos de espinazo de cerdo con chiles amartajados, comencé a tener retorcijones de tripas, un poquito a la tardada, que hacían que me doblara en un principio poco pero, cada vez el dolor jue más frecuente y más juerte, tonces, discretamente me aflojé el cinturón, desabroché el botón de la bragueta, le bajé tantito el cierre, me alejé lo más que pude de todos y empecé a echarme gases y más gases que me tuve que jumar yo solo, uno tras otro hasta que llegó un momento en que el olor me empezó a avisar que urgía ir al baño y más cuando llegó un momento en que los gases se terminaron y lo que amenazaba con salir ya era otra cosa, en eso, uno de los meseros se acercó a mí y, no sé si porque me vio retorciéndome o porque le llegó el aroma pero me dijo “–Si gusta pasar al sanitario, lo puedo llevar al del personal que está aquí a unos pasos pues el otro queda un poco retirado, o como me diga usted”. Cuando me vio con los brazos cruzados sobre mi panza, medio doblado pa´ alelante con las rodillas juntas, apretándole allá atrás pa que no se me juera a chispotiar ya ni esperó mi respuesta, quitó una de las bandas atravesadas que delimitaban nuestra fiesta y me condujo al baño de ellos que, por fortuna taba cercas, desocupado y con suficiente papel del baño. Yo creo que el menudo que me comí temprano en Zacapalco me cayó pesado porque salió como tapón de sidra, como etsplosión y ya se ha de imaginar cuánto papel higiénico necesité. Lo bueno jue que, no sé si porque desalojé muy bien mi tripa o por unos güisquis de una botella con etiqueta azul que me chupé pero quedé tan agusto que, en lo que Norma desayunaba y paticaba con sus amigos y mi Puchunga, me acerqué a onde taba Beto y en lo que él desayunaba y yo botaniaba cachos de lomitos de cecina de Yecapixcla embarradas de guacamole le dije de botepronto: “Aray Beto, te pasastes, ¿por qué tenías tan guardadita la sospresa que le tenías a Norma? Ayer que tábamos echando la copa y paticando pensé que ya era yo tu amigo y que me tendrías confianza y ni me dijistes nada, ya andaba yo pensando mal de ti”. Y, ¿qué creen que me contestó el móndrigo?, me dijo “–Mira Chimino, yo sé que tú y Fernanda se llevan muy bien, que se tienen mucha confianza y, estoy seguro de que, si te lo hubiera dicho, no hubieras guardado el secreto, seguramente se lo hubieras platicado a tu esposa y, como ellas además de primas son grandes amigas, algo le hubiera dicho a Norma o por lo menos haberle hecho un comentario que pudiera haberle hecho sospechar de la sorpresa”. No sé qué me quiso decir con ese comentario, pero, a la mejor pensó que soy chismoso y… híjoles, otra vez ya me colgué, áhi nos pa l´otra, graciotas.

Comparte en: