Frío, calor y polvo – Don Chimino
Por: David Flores Botello
FRÍO, CALOR Y POLVO. – El intenso calor matutino, el frío nocturno, el polvo que abunda debido a las rachas de fuertes vientos, el contacto estrecho entre los niños en las escuelas y el abandono en el uso del cubrebocas, han traído un incremento en las enfermedades de la vía respiratoria además de cuadros diarreicos en los niños y en algunos adultos. Abundan los pacientes con escurrimiento nasal, tos, fiebre, vómito y diarrea. También varios niños han tenido conjuntivitis que es muy contagiosa y que en ocasiones puede producir problemas de otitis (infección de los oídos). Algunos niños empiezan con vómito y fiebre, a muchos de ellos se les recetan antibióticos pensando que se trata de una infección bacteriana de la garganta y a las siguientes 12 a 24 horas inician con diarrea muchas veces fétida acompañada de dolor abdominal, en ocasiones dicho dolor de “pancita” precede a la diarrea, algunas mamás se desesperan y quisieran que se les recetara algo para dicho dolor pero, no es recomendable utilizar antiespasmódicos (calmantes de dolor abdominal) pues se puede velar, tapar o encubrir algún problema que podría ser quirúrgico como una apendicitis aguda, entre otros casos en los que se requiere de cirugía. Es mejor vigilar y ver si se presentan evacuaciones anormales, entonces, se haría un análisis en fresco de la popó el cual permitiría identificar su posible causa, de esa manera se puede confirmar o descartar que se trate de un problema bacteriano o parasitario que, entonces sí, requerirá de un antibiótico o desparasitante específico, lo cual insistimos, no es lo más frecuente. El hecho de que un niño tenga diarrea y fiebre no significa que siempre va a necesitar antibióticos, incluso, lo más probable es que no los necesite y además, su uso indebido puede afectar a la microbiota la cual está formada por los microbios del intestino: las bacterias, los virus, los parásitos y las arqueas que son microorganismos productores de metano el cual, es un poderoso gas con efecto invernadero que deteriora la del aire y con ello la salud humana. El daño a la microbiota, también conocida como flora intestinal , puede prolongar la diarrea o producir flatulencias (gases), dolor abdominal y estreñimiento.
La presencia de fiebre alta y el vómito alarman mucho a los padres, quisieran que se les recete algo para que se les corte la fiebre de inmediato o lo más pronto posible, les da miedo la temperatura elevada. De igual manera, cuando el niño todo vomita algunos padres o familiares del niño piensan que la mejor opción es una inyección para que ya no vomite, y no es así. A los niños que se les inyectan medicamentos con dichos fines, es decir, para la fiebre o para detener el vómito, se les puede bajar la temperatura (a veces hasta de más) y calmar el vómito respectivamente, pero casi siempre es solo por unos minutos u horas, la fiebre y el vómito pueden continuar. En ocasiones a algunos niños les dan medicamentos para disminuir el número de evacuaciones como sucede con el uso de la loperamida que no solo no beneficia, puede perjudicarlos, cuando hay una infección, el hecho de que el niño no evacue retarda el vaciamiento de los microbios que le están perjudicando. Entonces, ¿qué deben hacer los padres cuando su niño tiene fiebre o vómito? Hay que recordar que la fiebre llamada también calentura o hipertermia, no es por sí misma una enfermedad, que dicho aumento de la temperatura corporal puede ser ocasionado por alguna infección y que, además, la fiebre es una especie de alama del organismo humano mediante la cual nuestro sistema inmunológico se pone en alerta y combate a los patógenos o microbios invasores. Por lo tanto: hay que ayudar al paciente a defenderse hidratándolo debidamente con suero oral, no con agua, ni tés, ni líquidos dulces y hasta que lleve 24 horas sin fiebre. Puede usar paracetamol cada seis u ocho horas, lo importante es identificar la causa de dicha fiebre, téngalo en una habitación no caliente, báñelo con agua tibia, no agua fría o bien aplique lienzos con agua tibia en su cabeza y abdomen de manera dinámica. En cuanto al vómito, es frecuente que los papás digan que su niño está vomitando todo, que no consiente nada que, si le dan agua, la vomita, si le dan té, lo vomita, si le dan leche o suero, los vomita. Si un niño vomita, déjelo en ayuno total durante 4 horas si es menor de un año, cinco horas si tiene de uno a cinco años y hasta seis horas sin comer ni beber nada en los mayores. Lo más importante es identificar la causa del vómito. En estos días hemos visto varios casos de niños con vómito acompañado de diarrea la cual puede tardar unas horas en manifestarse o iniciar casi al mismo tiempo. Extreme sus medidas de limpieza y las de sus hijos, evitará problemas.
DON CHIMINO.- Heriberto echó la casa por la ventana en ese festejo que le hizo a Norma, su vieja, prima de mi Puchunga. Como somos re despistados, ni tan siquiera nos acordábamos del día de su cumple, ni lo chospechamos cuando nos invitaron a desayunar al Restaurant Dalia de Jardines de México, cercas de Tegüiscla Morelos. Hasta pena nos dio porque todos llevaban regalos y nosotros ni máiz palomas, además, ¿qué mejor regalo que subirse en mi Forcito y que haiga sido yo su chofer dende Iguala hasta su fiesta y de retache? No cualquiera lo puede presumir. Cuando esa mañana de domingo llegaron los mariachis cantando las mañanitas y salieron de sospresa de por detrás de una cortina de tiras largas de papeles de hartos colores el tal ingeniero Pedro y su hermana Georgina, a la que le dicen Coquis, con otros 20 más entre hombres y mujeres que acabando las mañanitas se soltaron con un sonoro triiquiitii triiquiii acompañado de gritos de alegría y de aplausos de muchas de las gentes que se encontraban en tan raro resturán hecho con palos de bambú, varios postes derrondos y macizos y con piso como de madera. Pasada la sospresa, la primera que se abalanzó sobre Norma jue Coquis, las dos se abrazaron y chillaron juntas de alegría pos eran grandes amigas y ya tardaba más de 20 años que no se miraban, las otras y los otros eran sus mejores amigos, compañeros de la secundaria y de la prepa, algunos de los cuales hacía medio siglo que no los miraba. Uno a uno se jue acercando con su respeptivo regalo a darle su abrazo, a algunos ya no los conocía hasta que les decían su nombre, como el caso de Juana y hasta le preguntó: –“¿Juana, la Chata?”
“Esa mero” Contestó su amiga y se abrazaron riendo como loquitas. Igual pasó con Miguel Ángel que era de los más chaparritos de su generación y se dio tal estirón que era el más alto de los que tábamos áhi. A Mario, que jue su pareja cuando estuvieron en danza lo reconoció en l´horita, –“¡Mariooo! ¡Estás igualito Manitooo! Nos tenemos que bailar por lo menos un zapateado, ¿eeeh?” Uno a uno jueron pasando y yo, con mis tripas chillando de hambre, las muy tragonas no saben de saludos, cortesías ni tar cantando canciones, cuando ya piden hay que darles porque hasta miedo me da que se coman entre ellas, asina que con la pena, en lo que cad´uno iba saludando yo me jui a onde taban las cazuelas y las ollas con comida y me serví cecina de Yecapixcla con guacamole y frijoles prietos refritos, pipián verde que es como mole verde pero con ajonjolí, sopa azteca que lleva aguacate, queso y chincharrón y en una cazuela un delicioso caldo de mojarra y… híjoles, ya me colgué de nuez, áhi nos pa l´otra, graciotas.