Miscelánea de enero 2023 (I) – Don Chimino

Por: David Flores Botello

MISCELÁNEA DE ENERO 2023 (I).- En total plenilunio, con la Tierra a mayor velocidad en su movimiento de traslación debido a que se encuentra en su punto más cercano al Sol, ayer celebramos el Día de Reyes, algunas calles parecían grandes estacionamientos debido a la gran afluencia de gente buscando un mejor precio en los juguetes. El ya de por sí tórpido tránsito vehicular, sobre todo en horas pico, se hizo por momentos desesperante y no faltaron los conciertos de cláxones apurando al de adelante o la ambulancia cuyo chofer desesperado intentaba abrirse paso lo más aprisa y lo más escandalosamente posible. El caos. La remodelación del Centro Histórico de nuestra ciudad que será convertida en Pueblo Mágico continúa a marchas forzadas, se había dicho que terminarían al inicio de la tercera semana de diciembre, pero, a pesar de la gran actividad de quienes ahí trabajan, parece que no podrá estar terminada ni para el próximo 24 de febrero, Día de la Bandera, es mucho lo que llevan de avance pero es evidente que aún falta bastante. Ojalá que dentro del plan o del proyecto tengan contemplado dónde ubicar a los vendedores ambulantes, ya no podemos ni debemos tener un comercio informal ocupando calles y banquetas, más ahora que, en el caso de las calles alrededor del Zócalo, de tres y hasta cuatro carriles vehiculares que tenían han sido reducidas a solo dos haciendo más grandes las banquetas e imposibilitando a que algún auto se estacione sin causar el bloqueo de uno de los dos carriles, eso no ayudará, al contrario, perjudicará más el ya de por sí caótico tránsito vehicular. Algo parecido está sucediendo en la carretera que va a Tuxpan, están reduciendo el espacio de esta para el tránsito vehicular y haciendo más grandes las banquetas, será difícil que los vehículos de transporte público se puedan orillar para subir y/o bajar pasaje, además, hay algunos turistas que se paran a comprar sus micheladas y, si algún auto se llegara a quedar parado por cualquier cosa, va a obstruir uno de los dos carriles sí o sí, no habrá forma de despejar la vía. Llama la atención que la gran mayoría de terrenos al borde de dicha carretera tienen mucho espacio al fondo, hubiera sido conveniente intentar dialogar con los propietarios para que se metieran unos dos metros a cada lado permitiendo por lo menos un carril más y hasta una clclopista, seguramente una buena negociación con los dueños les hubiese convenido a todos. Lástima. En relación a la laguna de Tuxpan, que corre peligro en desecarse según se ve, necesita desazolvarse haciendo un gran dragado, también es necesario que los poblados vecinos de donde proceden las aguas no arrojen su basura a los causes de las barrancas ya de por sí deslavadas por la deforestación de las tierras, así mismo, alguien debe poner fin a la sobre extracción del agua de ese vaso tan importante para un mejor clima para Iguala, decenas de carros tanques llamados “pipas” se llevan día a día miles y miles de litros de agua, se sabe de particulares que tienen conectados tubos de gran diámetro que les permite la extracción prácticamente gratuita de grandes volúmenes de agua diariamente con la cual hacen pingües negocios sin importar si ecológicamente afectan a todos. ¿Por qué no hacen conciencia? ¿Dónde está la autoridad? ¿Acaso están cooptados? ¿Qué por ser una laguna no es propiedad federal? ¿Por qué no actúan? ¿Cuándo se prohibirá lavar ropa dentro de la misma con todo el daño que provocan los detergentes, principalmente la eutrofización que es la contaminación del agua dulce que disminuye la oxigenación del agua debido a la proliferación de algas? Y todos los drenajes que ahí se vierten incluyendo el del CERESO, ¿Cuándo se evitarán? Iguala será Pueblo Mágico, el turismo va a aumentar, la laguna de Tuxpan es un bello atractivo, una joya para todos y debemos rescatarla antes de que entre en etapa terminal y sea irreversible el daño. Al paso que vamos a la mejor en 20 o 30 años solo quedará tierra seca en su lugar.

DON CHIMINO.- Heriberto cerró la cajuela de su coche de lujo, alcancé a mirar unos bultos negros que, chospechosamente, se puso frente de mi como queriendo que no me diera cuenta. Había decidido esperar él solo la llegada de la grúa que llevaría su coche a la agencia de Cuernavaca pa que le arreglaran lo del golpe que le dio al pasar echo la mocha por sobre los topes como barda que tan fuera del cuartel de la Guardia Nacional sobre la carretera federal Chipacingo-Iguala, adivinar qué tanto le ahiga afectado pero destilaba gota a gota un aceite de por debajo. Me viera quedado con él pa acompañarlo y paticar, pero como ya me requeté andaba de la pis, aflojé el cinturón, chispé el botón de arriba de la bragueta pa quitarle un poco la presión a mi vejiga y me jui, al paso más veloz que pude, rumbo a los baños de la gasolinera, a dos cuadras de áhi y del otro lado de la carretera. Había que esperar a que el semáforo se pusiera en verde pa´ pasar, yo, apretaba las piernas bailando, cuando se puso el verde salí disparado, como el sargento Pedraza que ganó la medalla de plata en marcha atlética de los 20 kilómetros en las Olimpiadas de 1968 en México: echo la madre y dando pasos lo más rápidos y largos posibles sin despegar los pieses del suelo porque sentía que ya se me chispaban. Apenitas alcancé a llegar, onde que mero ese día me llevé un pantalón de mezclilla que tiene la bragueta con botones, cada que se necesita tirar l´agua de riñón se tiene uno que desabrochar el cinturón y desbotonar todo, por eso prefiero los pantalones con cierre, es más rápido y corre uno menos peligro de terminar empapado oliendo a miados.

A un lado de la gasolinera ta el que le mientan el otso fresa, p´allá me jui, áhi taban sentadas en una banca mi Puchunga y su prima Norma esposa de Heriberto, lo esperarían en lo que entregaba el coche él. Como miré que taban en la gran pática, bien cerquitas una de la otra, inclinadas hacia al frente, casi cuchichiando, mejor me seguí de frente, serví dos humiantes cafeses americanos, pagué y me jui a onde taban ellas, cuando me vieron que iba pa¨llá, pararon su pática, se enderezaron y esperaron a que yo, que iba llegando, dijiera algo, lo que les dije jue que regresaría con Heriberto lo cual le dio gusto a Norma porque no quería que se quedara solo su marido, asina que me retaché hasta onde taba Heriberto con su coche orillado a la orilla, llevaba yo un café en cada mano, a pesar de que le puse al vaso la cosa esa derronda pa que no me quemara tanto, cuando atravesé la carretera me pase casi corriendo pos de tan calientes me taban quemando re gacho los dedulces, al llegar al otro lado puse los vasos sobre la banqueta un rato, los garré de nuevo y me jui rapidito, ya ´bía escurecido y yo creo que porque pasaban muchos coches en esos momentos pero ni cuenta se dio de mi llegada, además, taba de espaldas, recargado en su cochezote de lujo, estirando el pescuezo, asomándose a ver si ya venía la grúa, tenía cruzada la pierna y su teléfono en la oreja, hablando con alguien, me detuve tantito y alcancé a oyir que dijo: –“por poco me cacha mi mujer, hay que tener más cuidado, mañana cuando salgamos para allá te mando mi ubicación y tan pronto veas que lleguemos al estacionamiento te vas al jardín Laberinto de los Sentidos, a ver qué les invento y ahí te veo, ¿de qué color será el vestido que vas a llevar? ¿Eh? ¿Rojo?…”, en eso, yo creo que sintió mi presencia o mi mirada por detrás de su cabeza porque arriendó a ver pa´trás, cuando me vio se puso nervioso, se limpió con su mano una gota de sudor que resbaló de su frente, se puso derechito, engoló la voz y dijo: –“le dice al chofer de la grúa que me mande mensaje para mandarle mi ubicación y me localice más rápido”. Yo, que taba poniendo los vasos quemantes sobre el toldo del coche, alcancé a oyir una voz de mujer que le dijo: –“¿Cómo? No te entendí” Y él dijo:–“Muchas gracias, aquí los espero, así quedamos”… Y colgó. Me dio las gracias por el café y se puso a tar mensajiandose. Le dije que si quería iba yo por mi Forcito pa que cuando llegara la grúa yo los llevaba al hotel y que si quería, la cajuela de mi coche era más grande que la del suyo, que áhi podría echar todo lo que quisiera. Apresurado y sorprendido contestó: –“¡nooo, gracias!” y… híjoles, ya me volví a colgar, áhi nos pa l´otra, graciotas.

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