Bronquiolitis – Fin del horario de Verano- Don Chimino

Por: David Flores Botello

BRONQUIOLITIS. – Con el equinoccio de otoño se inicia el cambio de temperatura que vamos a empezar a sentir a partir de esta semana, de manera tradicional, este es el período durante el cual hace su aparición el virus sincitial respiratorio que ocasiona cuadros de rinofaringitis aguda que se comportan como un catarro común pero algunos niños no solamente tienen gripita y tos sino que se llegan a complicar presentando silbidos o sibilancias en sus bronquios lo cual hace que la tos que era leve se intensifique. Cuando un niño cuya gripa se le complica puede presentar bronquiolitis aguda caracterizada por espasmo e inflamación bronquial acompañados de abundantes secreciones o flemas, la tos se hace más intensa y predomina por las noches, por las madrugadas o cuando el niño corre o llora. Entre más pequeño es el bebé que se enferma de bronquiolitis mayor riesgo tiene de presentar insuficiencia respiratoria o falta de aire. Las bronquiolitis pueden ser confundidas a la exploración con neumonías que tienen otras características pues predominan más los estertores crepitantes que los sibilantes, el estado general de un niño con neumonía puede ser de delicado a grave, en cambio, hay niños con bronquiolitis cuyo aspecto no se ve deteriorado a pesar de presentar algunos cierta dificultad respiratoria, una radiografía simple de tórax puede ayudar cuando haya duda. El tratamiento es a base de desinflamatorio bronquial, de broncodilatadores y en algunas ocasiones de antibióticos. Algunas veces se llegan a usar nebulizaciones que desde nuestro punto de vista pueden no ser tan efectivas como el medicamento por vía oral es decir, por la boca y los inyectados en la vena o intramuscular, no solo el medicamento por vía oral puede ser útil sino que, para los casos graves o de repetición pueden usarse medicamentos suministrados a través de una aerocámara que dan resultados más rápidos y efectivos que otros métodos.

FIN DEL HORARIO DE VERANO.- Desde hace 26 años se nos impuso el famoso horario de verano pensando solo en cuestiones financiero-bursátiles y un dudoso ahorro de energía si se nos quitaba una hora del horario normal o natural con el pretexto de utilizar más y mejor la luz del día, nunca le entendí porque en las mañanas por estar oscuro al levantarse habría que encender la luz, además, era frecuente ver niños soñolientos en sus escuelas y muchos de nosotros andábamos igual incluso semanas después del inicio de cada período. La iniciativa de ley para eliminar en nuestro país el horario de verano está por votarse en el poder legislativo, de acuerdo a una encuesta el 71% de la población desaprueba dicho horario, al respecto, el Secretario de Salud Jorge Alcocer Varela dijo que el horario de verano altera el tiempo de exposición al sol y desequilibra nuestro reloj biológico, por lo que diversas asociaciones internacionales del sueño recomiendan mantener el horario de invierno de manera permanente debido a que promueve un ritmo biológico más estable, mejora el rendimiento intelectual y contribuye a disminuir enfermedades del corazón, obesidad, insomnio y depresión. La falta de sincronización con el medio ambiente causa problemas físicos y mentales en el sistema nervioso como somnolencia, irritabilidad, dificultad en la atención, la concentración y la memoria, el aparato digestivo y el ámbito psicoemocional, entre otras afectaciones a la salud. Los que están a favor lo defienden a capa y espada porque se les acomoda o sienten que andan una hora adelantados y les rinde más el día, quizá los más jóvenes se hayan acostumbrado a ello pero a la mayoría de adultos mayores no nos agrada y queremos regresar al horario natural, como los animalitos que basan su actividad de acuerdo al sol, a la naturaleza no a horarios que el humano les imponga. Además, la mayoría de la gente usa focos ahorradores y eso contribuye mucho más al ahorro de energía que el multi mencionado y desagradable (desde nuestro punto de vista) horario de verano. No estaría nada mal que volvieran a promocionar esa frase que se hizo famosa y exitosa: “ayuda un poco apagando un foco”. En fin, es muy probable que nos regresen nuestra hora que nos quitaron, que ya no nos la quiten más y que el tiempo sea el que es no el que quieran que sea.

DON CHIMINO. – Esa último caballito que se tomó de tun tun Alfredo jue el que le encajó más pa´dentro la estocada, no tanto porque juera de mala calidá su mezquite y tuviera pedo por eso, sino porque ´bía tado tomándose unas gotas de una medecina, yo lo miré echándose un chisguete a su boca cuando dizque jue a tirar l´agua, dejó entre abierta la puerta del baño y no se mió, se echó las gotas a su boca, se enjaguó la cara y se regresó a la azotea onde tábamos ya pasadas las 2 de la mañana, solo que llamó su hijo Freddy Elías a su celular dél pa decir que las mentadas gotas taban mal etiquetadas, que era una medecina distinta a la que él tomaba, que se contrariaba con el chínguere y se podría poner mal, y sí, se puso mal. Cuando mis compas Chón, Flor y Vitorio miraron que Alfredo todo desguanzado taba queriendo arquear me ayudaron a detenerlo, pesaba pasaditos los cien kilos, ¡al bandaral! ¡al bandaral, les dije porque me percaté que taba a punto de volver la panza, metí mi hombro en su sobaco, eché su brazo rodiando mi cuello pa cargarlo abrazándolo de la cintura, Vitorio hizo lo mismo del otro lado, Flor y Chón le cargaron una pierna cad´uno y sentado, en vilo, casi corriendo lo llevamos hasta el bandaral que de mi azotea que da pa la calle, apenitas lo tábamos recargando áhi cuando empezó a guacariar como cascada pa´bajo, lo bueno que a esa hora casi no pasan coches ni gentes por mi cuadra que si no, les viera tocada baño de vasca de borracho, con perdón de usté. Le tuve sobando su panza pa que sacara todo de una buena vez, si era algo que le hacía mal y lo tenía en la panza qué mejor que lo sacara todo, lo tuvimos un rato recargado en el bandaral hasta que ya no tenía nada qué sacar, lo bueno jue que cada quien tráibamos puesto nuestros cubresbocas asina olíamos menos porque si no, a la mejor le ´biéramos hecho segunda al Alfredo por el jedor, tan siquiera no se manchó la ropa ni cayó gomitada en la azotea. Mi Puchunga nos llevó papel de rollo pa limpiarle su boca, me dijo que ya le taba preparando un té de cedrón, que iba pasar a nuestra perrita Chisquistrisquis a nuestro cuarto pa que prestara su petate onde duerme y lo recostáramos áhi en lo que llegaban por él. Con trabajos entre los cuatro lo juimos a tender en el petate, como que aflojó más su peso, como que se desmayó, a la mejor porque sudó un chingo se puso frío, taba como pan crudo de color, en un principio me dio mieditis que juera a querer estirar la pata en mi cantón, en qué pinchi lío me iba a meter, pero me fijé que respiraba bien, le anduve tentando su cuello pa sentir su pulso como miré que le hicieron una vez en la tele, como no lo jallaba al principio me espanté, al que se le aceleró su cucharón jue a mí de los ñervos, no sabía yo si le tenía que darle apachurrones en su pecho, si le llamaba a la cruz roja o si preguntarle a alguno de mis compas que qué hacíamos, cerrando mis ojos me concentré en mis manos y clarito sentí sus pulsaciones a los lados de su manzana de Adán. Como Chón la libró de milagro del inchi virus ese con nombre de cheve clara aprendió cosas de primeros auxilios a güigüi asina que en lo que yo bajé por unas cobijas se lo dejé encargado, cuando regresé Alfredo se ´bía enconchado de lado con los brazos doblados sobre su pecho y titiritaba, pensé que era de frío y, mero cuando le terminé de echarle las cobijas encima se oyó que se estacionaron en la calle, juimos a asomarnos y vimos que atrás de mi Forcito taba la camioneta doble cabina que llevó Alfredo a la Pozolería y de donde sacó el frasco de gotitas de canabis que me regaló porque eran muy buenas pa las úlceras del estógamo y al parecer sí porque casi media hora después de que las tomé la primera vez en l´horita se me quitaron mis molestias, después de tanto tar come y come casi sin parar dende la tarde y durante toda la noche cuando me querían dar como agruras me echaba otras 10 gotitas, así le hice creo que tres veces, ¿o cuatro?, no me acuerdo pero me sentí además de sin molestias con harta hambre, sin sueño y me puse paticón, en veces me zumbaban quedamente mis oyidos, miraba las luces y los colores más brillantes y oyía los distitos cantos de los grillos; atrás de la camioneta taba un coche rojo muy elegantioso de esa marca que traye como cuatro aros de olimpiadas y… ¡híjoles! ¡ya me colgué! Áhi nos pa l´otra, graciotas.

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