Por: David Flores Botello

Crisis febriles – Don Chimino

  1. CRISIS FEBRILES. – A algunos padres les aterra, les da mucho miedo que su niño con fiebre vaya a convulsionar, cuando tienen la temperatura elevada lo primero que desean es que se les baje lo más pronto posible principalmente por la errónea idea de que les pueda afectar el cerebro o convertirse en epilepsia. Las convulsiones por fiebre conocidas como crisis febriles (CR) se presentan en niños de 6 a 60 meses de edad, los ataques se caracterizan por rigidez, temblores, los ojos como si dieran vuelta, no hay respuesta a estímulos y puede respirar entrecortado. La mayoría de las crisis febriles se presentan en niños previamente sanos a los cuales les da fiebre generalmente por una infección respiratoria y en las primeras 24 a 36 horas de haber iniciado la fiebre se presenta la crisis. Cuando hay antecedente de que algún padre haya presentado crisis febriles en su infancia su hijo tendrá 4 a 5 veces más posibilidades de generar crisis febril. La recurrencia para presentar otra crisis febril varía de 30 a 50% sobre todo si ocurrió antes de los 12 meses. En el 90% de los casos las convulsiones duran de 3 a 15 minutos que a algunos familiares se les hacen eternos porque imaginan una posible muerte en ese momento, muchas veces salen despavoridos en paños mínimos con los niños en brazos a buscar al médico más cercano. Los niños que presenta convulsiones en ausencia de infección intracraneal, trastornos metabólicos o historia de convulsiones sin fiebre tienen un excelente pronóstico después de la crisis, con solo desnudarlos en casa, aplicando lienzos con agua tibia en su cuerpo y cuidando que no bronco aspire en la gran mayoría de las convulsiones seden, desde luego, es importante una valoración pediátrica minuciosa que generalmente no requerirá de análisis, ni punción lumbar, ni de electroencefalograma y menos una tomografía cerebral, tampoco se recomienda aplicar medicamentos anti convulsivantes ni en el momento de la convulsión ni de manera preventiva, son más riesgosos los efectos secundarios que producen que los beneficios, no se recomienda su uso. Se han hecho varios estudios y seguimiento de pacientes hasta después de 20 años de haber tenido crisis febriles, se encontró que no se asocian ni a deterioro neurológico, intelectual, de desarrollo o de la conducta. Algunos padres desesperan porque a pesar de 24 o 48 horas de darle a su niño paracetamol o acetaminofén la fiebre no se les quita y recurren al uso de metamizol, naproxeno, ibuprofeno, diclofenaco u otros medicamentos lo cual no es recomendable. Debemos recordar que la fiebre es la defensa de los niños, cuando la temperatura corporal aumenta los glóbulos blancos, que son nuestras defensas, se activan y actúan en contra del germen invasor, la fiebre debe considerarse como un foco rojo que se enciende en un aparato eléctrico indicando que algo dentro del mismo está sucediendo y, en lugar de tapar el foco para no verlo, es mejor investigar la razón por la que se encendió a manera de alarma. No se recomienda aplicar medicinas en la vena para bajarles la fiebre ni aplicar compresas con agua fría y menos meterlos a una tina con hielo como algunas veces se hizo con algunos niños. Es muy probable que los temores en los padres sea generado por opiniones de las abuelitas que supieron de algún niño que tuvo convulsiones y que le ocasionó la muerte o los dejó afectados gravemente del cerebro con retraso mental severo, eso sucedía hace muchos años cuando aún no se contaba con la vacuna contra el Haemophilus influenzae B ni contra el neumococo que fueron los causantes más frecuentes de meningitis bacteriana, pero desde hace más de 20 años a todos los bebés se les aplican dichas vacunas a los 2 meses de edad. Recuerde: si un niño de 6 a 60 meses previamente sano convulsiona por fiebre en las primeras 24 horas no debe ser motivo de preocupación, pero, si lo hace después de tener 3 o más días con fiebre, lo más seguro es que pueda ser un problema grave.
  2. DON CHIMINO. – Esa noche, en veces pensaba que ya había pasado harto y en veces poco tiempo dende que nos juntamos yo y mis compas al mediodía en la pozolería del centro a onde llegó nuestro amigo Alfredo que jue nuestro compañero de la secundaria, el canijote nos tenía enlelados con la historia de su vida que nos taba paticando con su cada vez más medio apendejada voz, ya casi eran las 2 de la mañana y nomás no acababa de decirnos qué chingados pasó con Nancy y con Enriqueta, nos dijo de Fantasy que esa sí la conocí yo en el tugurio de nombre Carioca en lo que era la zona antes. Tres mujeres que, cuando nos hablaba de alguna de ella siempre era con mucho amor, cad´una en su momento jue su amor dél y él de ellas. Con lo que no contaba y menos nosotros, jue que cuando Caprice hija de Enriqueta y Richard hijo de Nancy se jueron a una sesión de fotos al parque enfrente de la catedral onde se acababan de matrimoniar, él se separó del gentío y en eso un joven que dijo ser hijo de Fantasy antes de morir le confesó quién era su padre, que era él, Alfredo, que lo buscara y sí, asegún nos dijo que era como su clonito, ojos amarillo verdiosos, colmillos de Drácula y quesque otra cosita igual que la dél, ¡ah chinga! –Pensé, ¿qué quedría decir con eso? Él que nunca pudo embarazar a ninguna porque le cortaron no sé qué cosa cuando le operaron sus hernias de las entrepiernas se había resignado a que no tendría hijos propios, se le rodaron las de san pedro por la emoción al recordar el momento cuando conoció a su hijo Freddy Elías. Mis compas taban pedos pero atentos, yo no taba tomando pero me sentía ligerito, sin sueño pero queriendo que ya terminara de una vez y ya no se la siguiera prolongando. Se volvió a servir mezcal redamándose uno o dos chisguetes encima dél antes de atinarle al hoyo de la copita, se la copetió y se jue a sentar a su silla, antes de hacerlo, alevantó su caballito y dijo: “¡Salud por las mujeres que son el Espíritu de la Creación!, le dio un trago largo, en lo que se iba sentando como viejito rúmatico en tiempo de frío se lo jue tragando, ya sentado dio una aspirada al vapor que seguro le jervía en el gañote, echó su cabeza para atrás, se detuvo tantito y luego se enderezó de nuez resoplando lo aspirado y se soltó contando: “– ¡Oooh my god! ¡Mi hijo! ¡Nooo! ¿Cómo agradecerle a Dios?. Nancy lo invitó a la fiesta pero dijo que no podía que a las 7 de la mañana tenía su vuelo de regreso, le pedí nos acompañara al salón, que cenara con nosotros y que se retirara temprano, lo presenté con todos mis conocidos, no daban crédito a lo que estaban viendo, les agradecí que también lo tomaran en cuenta para bailar con la novia como todos sus familiares. A quien le cayó muy bien fue a Don Braulio que ya era mi compadre por el hecho de ser su papá de Caprice que le batallaron con Enriqueta su esposa para tener a su única hija, entendió lo que significaba para mí un hijo congénito y lo aceptó de inmediato como parte de la familia, todos se portaron muy amables con él, en lo que cenábamos tocaba un saxofón y pude platicar con él pues lo tenía al lado, me dijo que su vuelo era a México y que de ahí tomaría otro vuelo a Acapulco, que su esposa le llamó, estaba embarazada y había empezado con dolores de parto pero que todavía no era tiempo, que la hospitalizaron y su otra hija de 3 años se había quedado llorando con la muchacha que la cuidaba, para no hacérselas más cansada, pasaditas de las 12 de la noche, tomamos un taxi pasamos al hotel Ritz por mi maleta, nos fuimos al hotel Posadas donde se había hospedado y conseguí que un agente de viajes del hotel me consiguiera un asiento en el mismo avión de Freddy Elías y volamos juntos”. ¡Ándenles! Ya nos colgamos, áhi nos pa l´otra, graciotas.
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