Cáncer infantil y del adolescente -Don Chimino

Por: J. David Flores Botello

El cáncer infantil y del adolescente es un grupo de enfermedades malignas que afectan a personas en la infancia y adolescencia. Aunque es menos común que el cáncer en adultos, es una de las principales causas de muerte por enfermedad en niños y adolescentes. Al año se diagnostican de cáncer alrededor de 300 mil niños en todo el mundo. En México mueren al año cerca de 2 mil por cáncer infantil. Cada año hay de 5 a 6 mil casos nuevos de cáncer en niños. Los tipos más comunes: la leucemia que, representa el 52% y es la forma más común de cancer en niños, en especial la leucemia linfoblástica aguda. Tumores del sistema nervioso central (meduloblastomas y gliomas). Linfomas, neuroblastoma, retinoblastoma y sarcomas. Las causas exactas del cáncer infantil son en gran parte desconocidas, aunque hay algunos factores de riesgo identificados, como los genéticos: algunas condiciones hereditarias pueden aumentar el riesgo. La exposición a radiaciones ionizantes, como la radioterapia previa para otras condiciones. Niños con sistemas inmunitarios debilitados tienen un mayor riesgo. Los síntomas pueden variar según el tipo de cáncer, pero algunos signos comunes incluyen: fatiga persistente, pérdida de peso inexplicada, dolor, sobre todo si es persistente, fiebre inexplicable, cambios en la visión o en la piel. El diagnóstico generalmente implica una combinación de: exámenes físicos, análisis de sangre, imágenes, como radiografías, ecografías, resonancias magnéticas o tomografías computarizadas. Es importante, cuando sea posible, tomar biopsias para confirmar la presencia de células cancerosas. En cuanto al tratamiento del cáncer infantil y adolescente puede incluir: quimioterapia, radioterapia, cirugía, terapias biológicas o inmunoterapia, dependiendo del tipo de cáncer y su estadio y trasplante de médula ósea en algunos casos. El pronóstico varía según el tipo de cáncer, el estadio en que se diagnostica y la respuesta al tratamiento. En general, las tasas de supervivencia han mejorado significativamente en las últimas décadas debido a avances en la investigación y tratamiento. El diagnóstico de cáncer puede ser devastador para el niño y su familia. El apoyo emocional, psicológico y social es fundamental y puede incluir: grupos de apoyo para familias, asesoramiento psicológico. Programas educativos para ayudar a los niños a mantener su aprendizaje durante el tratamiento. La investigación sobre el cáncer infantil continúa en áreas como: nuevos tratamientos, efectos a largo plazo de la terapia, mejores métodos de diagnóstico. El cáncer en niños y adolescentes es un campo complejo que requiere un enfoque multidisciplinario para optimizar el tratamiento y el apoyo a los pacientes y sus familias. La aparición de cáncer en niños puede estar influenciada por varios factores, aunque la mayoría de los casos no tienen una causa clara. Puede haber factores genéticos o hereditarios, exposición a radiación, sistema inmunológico comprometido, exposición a a sustancias químicas como los pesticidas o solventes industriales que han sido asociados con un aumento en el riesgo de cáncer, infecciones virales coo la del virus de Epstein-Barr y el virus del papiloma humano. Dentro de los factores ambientales están la contaminación del aire y otros contaminantes ambientales. Los factores socioeconómicos influyen, sobre todo la falta de acceso oportuno a la atención médica, si no hay diagnósticos tempranos el pronóstico se agrava. Otro factor es el estílo de vida, la obesidad y una dieta poco saludable pueden influir en el riesgo de desarrollar cáncer. En cuanto al estilo de vida: la dieta y el ejercicio son facrores que pueden influir, en especial la obesidad y una dieta poco saludable.


DON CHIMINO.- Después de que tuvimos viendo un rato la desesperación del chofer por salir del atascadero con su tráiler de cajota menumental, nos apeamos de mi Forcito pa´ver si en algo le podíamos ayudar, ¿pero qué? ¿Y cómo? Taba atascado mero sobre el lodo. El muy güey en vez de seguirse derecho sobre lo encementado con un charco de agua, agarró a onde se miraba como pastito y le salió el tiro por la culata: se metió al meritito lodo. La trompa y parte de la caja quedaron dentro de una como laguna de agua lodoza por tanto dar vueltas y vueltas las llantas sobre el lodo sin avanzar ni tantito. Lo primero que pensé jue que iba a tar cabrón sacarlo de áhi. Y sí. Comentamos yo y Chón que si le echábamos unas piedras debajo de las llantas que se barrían, se pudieran atrancar y y salir del lodo. Nos juimos a buscar al ruedo de la feria algunas piedras. Encontramos pedazos de escombro, echamos varios cachos a la cajuela y nos regresamos a onde el chofer imploraba ayuda. Pa no meternos a l´agua nos juimos por el pasto, no tardé ni un minuto en darme cuenta que tambor áhi era charco abajo. Como íbamos a buscar una llanta pa usarla de gallito en mi coche, me puse mis botas que ya tienen un buen de años bien robustas, de cuero, con suelas anti rredapantes y anti eleptrecidá. Las uso poco y agún todavía se ven güenas, pero nunca imaginé que, justo por no usarlas, se iban a resecar sino que me di cuenta cuando mi dedito gordo de mi pie derecho empezó a nadar en esa agua lodoza. Chón se puso buzo, se quitó sus zapatos, se arremangó los pantalones y se metió a la parte onde había más agua que lodo y le puso pedazos de escombros por delante de las llantas que se barrían. Nos hicimos a un lado, le pedimos al chofer que le diera p´adelante y, después de varios intentos infruptuosos le hicimos señas que le parara. En lo que pensábamos qué hacer, llegaron como quince gentes. Eran mero los que se encargan de subir las llantas al transporte que, al oyir los escandalozos ruidos del motor del tráiler, fueron a ayudar. Uno dijo que con cal se podría sacarlo, otro de ellos, se jue en una moto echo la raya y como a los 10 minutos regresó con el bulto de cal en lo que los demás arrimaban otros materiales pa irlos echando bajo las llantas. Un chaparrito, de las gentes que acababan de llegar, empezó a embadurnar las llantas patinadoras con cal, a todas les echó al ruedo. Ya que ´bía quedado todo encalado, dende los pelos hasta sus botas, le hizo señas al chofer de que le diera marcha p´alelante, después de desesperante casi medio minuto de dar vueltas y vueltas las llantas en el mismo lugar, le llovieron los chiflidos al chofer pa´que ya le parara a su inútil aceleramiento del motor. Mientras unas gentes acarriaban escombro, tabiques o lo que jallaran tirado pa echárselo a las llantas patinadoras, otros se salieron pa´juera a ver si veían pasar un carro de volteo, pero nadien se quería parar hasta que uno de los que taban apoyando, conoció a un chofer de un carro de volteo que llevaba arena y le pidió que le diera un empujón al tráiler por la parte de atrás, acectó hacerlo. Pegó su defensa delantera con la parte trasera de la caja del tráiler y de común acuerdo con el chofer del tráiler, al mismo tiempo que le empujó el otro aceleró y ¡oooh! ¡Bravoo! Gritos de entusiasmo se oyeron cuando el tráiler avanzó como 2 metros… pa´volverse a atascar ante la mirada de desilución de todos. Se empezaron a oír más chiflidos, eran de los que convencieron al del volteo del empujón, que, al ver que el tráiler avanzó se jue en chinga y o no oyó o se hizo guaje y ya no regresó. Pidieron el apoyo de un carro recogedor de basura que, se acercó poco a poco, se colocó cola con cola con el tráiler y, por más que quizo empujar, no lo movió ni tantito al tráiler y mejor se jue, pa que o se chingara su unidad con tamaño armatoste. Todo el piedrierío que ´bía quedado atrás cuando avanzó lo volvieron a poner bajo las llantas. Despues de varios intentos sin avanzar ni un centímetro, se oyó nuevamente chiflidos y gritos, jue en eso que miré que ´bían convencido a un señor que llevaba una retroetscavadora pa que le diera un empujón al tráiler. Y, no les miento, verdá de Dios, chín chín: al tar bajando su pala el trascabo hizo mucho ruido, el chofer del tráiler pensó que ya lo taban empujando y que le da marcha p´alelante y, sin que ni siquiera lo vieran tocado, el tráiler avanzó lentamente hasta salir del atascadero. Los gritos de alegría, los chiflidos y los ¡ha güevoo! ¡Ah ya ya ya yaiiii! Se oyeron por que por fin salió. “¿Vistes Chón?” le dije a mi compadre que, al igual que yo, clarito se dio cuenta que solito, sin ningún aventón, el tráiler se desatascó como si nada, no patinó ni tantito. ¿Qué habrá pasado? ¿Quién lo empujó? ¿Por qué salió sin esfuerzo y tan campante? ¿Jue un milagro? No sé pero, si no lo viera visto no lo viera creído y, ¡ándenles! Ya me colgué de nuez. Áhi´nos pa´l´otra, graciotas.

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