Por: Antonio León

De acuerdo a los datos del CENEVAL (Centro Nacional de Evaluación de La Política de Desarrollo Social), Guerrero es el segundo estado en el país con mayor porcentaje de pobreza en este año 2022. Lo peor es que el 61 % de la población tiene un ingreso económico inferior al costo de la canasta básica. Imagínese, a 61 de cada 100 habitantes de Guerrero no les alcanza lo que ganan ni para comprar la alimentación básica. Esto es criminal de parte de los gobernantes que utilizan el dinero del erario para vivir con lujos mientras el pueblo se muere de hambre.

Este es problema fundamental que debería de estar intentando resolver la gobernadora Evelyn Salgado Pineda, en lugar de ser una gobernante de pasarela, porque anda por la entidad en reuniones mediáticas que no resuelven nada y en actos donde promete y promete, pero no se ve por ningún lado que cuando menos inicien las promesas que reparte como si fueran volantes electorales.

La gobernadora parece ignorar que todo lo que ella puede disfrutar al igual que los demás miembros de la alta burocracia política, a la cual pertenece su padre Félix Salgado Macedonio, ha sido producto del sudor del pueblo, ¿entonces por qué el productor de esos satisfactores es el que menos los puede tener?, en este caso, los productos de la canasta básica.

Cientos de miles de proletarios guerrerenses han trabajado para crear todos los bienes materiales que disfrutan a manos llenas los políticos de alto pedorraje del estado, así que resulta por demás criminal que el grueso de la población apenas si gane lo necesario para no morirse de hambre.

Resulta injusto y hasta inmoral, que el 61 % de los habitantes de Guerrero no ganen ni para comprar los productos alimenticios básicos, esto sucede porque a la alta burocracia política no les conmueven las necesidades de la sociedad en su totalidad, porque su único objetivo es aumentar sus beneficios particulares, en menoscabo del desarrollo social de la mayoría de los guerrerenses.

Es inadmisible que 61 de cada 100 guerrerenses no puedan comprar con su salario las riquezas que producen, que sólo ganen para sobrevivir de manera miserable, y más que inadmisible sería irracional, porque solamente en un gobierno irracional podría haber tanta miseria para quienes producen lo que gozan a manos llenas la minoría en el poder.

Esto también provoca un deterioro en la autoestima del proletariado, porque lo condiciona a vivir una vida de servidumbre hacia los que tienen el poder económico o político, sin fuerzas para luchar por sus derechos, ya que los mantienen muertos de hambre para que agradezcan y se conformen con las migajas que les dan.

Un pueblo que produce los satisfactores que disfrutan a manos llenas los políticos de alto pedorraje sin que ellos los puedan adquirir, bajo cualquier bandera partidista, seguirá siendo un pueblo rehén de la alta burocracia política, ignorado y humillado, ¿o no gobernadora Evelyn Salgado Pineda? Para finalizar, esta sentencia de Atahualpa Yupanqui: que nadie escupa sangre para que otro viva mejor.

Hasta el martes próximo estimado lector.

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