Por: Antonio León

El capitalismo actual que basa su poder en la información, se apropia de técnicas que no funcionan como imposiciones o prohibiciones, sino mediante incentivos para ser transparentes. El régimen de la información explota la libertad en lugar de reprimirla, controla nuestra voluntad en el plano inconsciente, manipulándola a través de sugerencias algorítmicas que hacen creer al individuo que toma decisiones libremente, aquí la dominación se presenta como aparente libertad, y la comunicación como algo superfluo que se puede expresar simplemente con monosílabos o símbolos.

En este sistema, los influencers y tiktokers son venerados como modelos y eso da a su imagen una dimensión casi religiosa, incluso como salvadores de determinados grupos sociales, los seguidores asumen el rol de feligreses que aceptan todo cuando les dicen sus nuevos gurús, se divierten y compran de acuerdo lo que les sugieren estos manipuladores, participando en una verdadera orgía digital. Los medios electrónicos de comunicación asumen el papel de iglesias, en las que el like es como el amen religioso, el compartir a través de redes sociales es la comunión, y la sumisión es la redención.

El régimen actual de la información, se explica por su datismo (manejo de datos que los ciudadanos proporcionan a través de las redes sociales) que, conduce al totalitarismo que se impone de manera subliminal, y que se esfuerza por el conocimiento total del individuo pero nunca a través del espacio ideológico, sino mediante una operación algorítmica. Hoy los algoritmos reemplazan a los aspectos ideológicos, con la diferencia que los datos no contienen nada que sea de utilidad al individuo, y sí sustituyen a la narrativa ideológica. El datismo a puesto fin a la era del hombre masa, el ser de la era digital ya no es ese nadie dentro de la masa, ahora es alguien con un perfil, pero el régimen de la información aísla a los personajes, que incluso juntos no forman un grupo, sino enjambres digitales que, en lugar de seguir a un líder de manera ideológica, siguen a los influencers y tiktokers de manera automática.

La digitalización de la información avanza inexorablemente, somete a nuestra percepción, a nuestra relación con la sociedad y a nuestra convivencia cotidiana a un cambio radical, la digitalización se apodera de casi todas las esferas de las relaciones humanas incluyendo a la política, y eso provoca trastornos y vacíos en el proceso democrático, el cual termina degenerando en una INFOCRACIA.

En los inicios de la democracia los libros eran determinantes para poder instaurar el discurso racional, el cual llegó a una de sus máximas expresiones en la etapa de La Ilustración, la cual fue la base de la democracia que debía su desarrollo gracias a un público lector. Aquí hay que destacar la estrecha relación entre el libro y la esfera pública democrática, conformada por un público lector compuesto por ciudadanos comunes en su mayoría. En la etapa de La Ilustración se ponderó uso de la razón para resolver los asuntos de la esfera pública, utilizada como una herramienta determinada por la circulación de libros, en esa etapa el discurso público se caracterizaba generalmente por un orden coherente de ideas con sustento en los hechos.

Hasta el martes próximo estimado lector.

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