Por: Antonio León
El Partido Comunista Mexicano, con registro electoral, en 1981 se transformó en Partido Socialista Unificado, al fusionarse con otras expresiones de izquierda del país. En 1982 llevó como candidato a la presidencia de La República a Arnoldo Martínez Verdugo, y se obtuvo una votación histórica de 820 mil votos, a pesar de que en ese tiempo el PRI/gobierno era quien organizaba las elecciones a través de La Secretaría de Gobernación.
Después de este gran avance de la izquierda mexicana, por desgracia, en 1987 se fusionó con más organizaciones de izquierda, pero también con un grupo de ex priístas supuestamente democráticos, entre los cuales estaba López Obrador. Desde ese momento la izquierda comenzó a ser aplastada por el reformismo nacionalista “revolucionario”, que construyó un espacio para los oportunistas que venían de la derecha, huyendo de su partido de origen, porque no les dio la candidatura que deseaban para continuar con sus proyectos particulares, avasallando candidaturas en menoscabo de los derechos de los auténticos luchadores de izquierda, y desde esa fecha hasta la actualidad, sólo tres militantes de aquellos partidos de izquierda lograron espacios de elección popular, Amalia García que llegó a la gubernatura de Zacatecas, Heberto Castillo que fue diputado federal y senador, y Pablo Gómez que fue legislador y es actual funcionario del Gobierno Federal, de ahí salvo mínimas excepciones en gobiernos municipales y legislaturas locales, todos los que se encumbraron en posiciones de primer nivel nacional, fueron políticos con ADN priísta y hasta panista, con proyectos personales al margen de las necesidades políticas del proletariado, que como señalara José Revueltas, los políticos reformistas de derecha disfrazados de izquierda, le pusieron al proletariado mexicano una cabeza que no era la suya, sino la de la alta burocracia política de izquierda.
En la actualidad el partido MORENA no es un partido de izquierda, sino uno de derecha reformista y populista, que mantiene al pueblo en el atraso ideológico porque no quiere que avance cualitativamente, ya que de esta manera no necesitaría de esta casta de mesías de la izquierda exquisita que viven en la opulencia representando a los pobres.
Ya lo dijo el doctor en sociología Roger Bartra: la izquierda en México está al borde de su extinción. Esto no significa que vaya a desaparecer MORENA y demás chiquillada de esta clase de partidos, sino que se está extinguiendo a pasos agigantados la ideología de izquierda en el país.
ME PUSE DEL LADO de los indios y nos derrotaron. Me puse del lado de los negros y nos derrotaron. Me puse del lado de los obreros y nos derrotaron. Me puse del lado de los campesinos y nos derrotaron. Pero nunca me puse del lado del opresor, esa es mi victoria (Darcy Ribeyro. Politólogo brasileño).
HOY QUEMÉ TU CARTA, la única carta que me escribiste, y yo te he estado escribiendo día a día. A veces con amor, a veces con desolación, otras con rencor. Tu carta la conozco de memoria: catorce líneas, ochenta y ocho palabras, diecinueve comas, once puntos seguidos, diecisiete acentos ortográficos y ni una sola verdad (José Emilio Pacheco).
Hasta el martes próximo estimado lector.