Por: Isidro Bautista Soriano
El caso de los muertos de Acapulco y Chilpancingo hizo que Guerrero se convirtiera en foco de atención nacional durante estos tres últimos días, después de la masacre suscitada en San Miguel Totolapan, por la que ocupó también las portadas de los medios de comunicación, incluidas las redes sociales.
La percepción de violencia está no sólo fuera sino también dentro de Guerrero, aunque lo mismo o peor ocurre en otras entidades federativas del país, como Zacatecas.
A Querétaro acaba de llegar un batallón de 500 efectivos para reforzar la seguridad, y lo mismo pasó del sábado al lunes anteriores en Guerrero, en que decenas y decenas de guardias nacionales se sumaron a los operativos anticrimen.
La gente dice: ajá sí, nueve muertos más en Acapulco, y otros seis o siete en Chilpancingo, ajá, ¿y?
No ve detenidos. No ve que informen oficialmente de que al menos hay investigación iniciada de inmediato. Aquí, en este tipo de casos, debe dar la cara la Fiscalía General del Estado. Por ley, el caso se investiga. No debe dejarse llevar por el hecho de que se persigue de oficio.
La gente quiere ver que den la cara para informar que la investigación inicio de inmediato, y que se perseguirá y en su caso se procederá penalmente contra los presuntos responsables.
La gobernadora Evelyn Salgado Pineda hace la parte que le corresponde desde el principio de su gestión. Ella misma dio la cara en lo de San Miguel Totolapan. Aseguró que la masacre no quedará impune, y procedió a instalar una agencia del Ministerio Público del fuero común en dicha localidad.
Eso es lo que quiere ver la gente: Acción de la autoridad. No quiere silencio. Así como se vio al personal de la Fiscalía General del Estado en San Miguel Totolapan con su titular, Sandra Luz Valdovinos, al frente, así debe ser cada vez que haya sucesos como los ocurridos en estos tres últimos días, y que se repetirán lamentablemente en forma constante, porque la violencia va para rato, y la sociedad debe aprender a sortearla todos los días y en todas partes.
En el duelo del cuerpo de uno de los ejecutados de Chilpancingo varios de los asistentes coincidieron en expresar que no se tiene confianza en que el asesinato sea esclarecido, y que otro de los ultimados se dedicaba abiertamente a actividades presumiblemente ilícitas. “Todos los del parque lo sabíamos. No dijimos nada ¿por qué o para qué, si la autoridad no iba a hacer nada?”.
La gobernadora Salgado Pineda asistió el fin de semana a una reunión nacional de seguridad pública, porque es evidente que para ella es prioridad ese renglón, y manifestó su reconocimiento por el hecho de que la federación haya aumentado los recursos financieros para Guerrero.
Los diputados federales y locales de su partido deben cerrar filas para contrarrestar la percepción de inseguridad, en lugar de candidatearse para las elecciones próximas; que repliquen la actuación o las gestiones de gobierno.
La gestión de la gobernadora en seguridad ha comprendido también a los municipios, pero hay alcaldes que para nada abren la boca. No se trata más que informar del trabajo de gobierno hecho ante la federación.
No basta ver a más efectivos de la Guardia Nacional en las calles o carreteras, como se ha observado en la ciudad de Chilpancingo, el puerto de Acapulco o la Autopista del Sol, con la revisión de vehículos y sus ocupantes, sino de que haya detenidos.
Decía un ex fiscal de Guerrero: ¿quieres saber cuando la autoridad combate realmente la delincuencia? Lo verás cuando se tirotee o la tiroteen. En un estado del norte del país hace menos de diez días hubo narcobloqueos e incendios de vehículos porque la autoridad de plano se le fue encima a los criminales.