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Ciudad de México, Marzo 21.- México es el segundo país con mayor felicidad del mundo y el sexto «más optimista», de acuerdo con la encuesta realizada por Gallup International Association.
En el marco del Día de la Felicidad, la encuesta reveló que el 22 por ciento de los mexicanos dijo «ser muy feliz», mientras que 47 por ciento aseguró que “era feliz”. En contraste, solo cuatro por ciento consideró que era infeliz y 26 por ciento afirmó «no entró en ninguna de las dos categorías».
Consumo de medicamentos para la depresión o ansiedad aumentaron
Ana Beatriz Moreno Coutiño, profesora de Posgrado de la Facultad de Psicología de la UNAM, explicó que aunque se posiciona a México como uno de los países más felices «habría que abundar en qué tan honestos somos al vernos expuestos, ya que la encuesta difiere con datos, como la alza de uso de medicamentos para la depresión o ansiedad».
Los entrevistados fueron hombres y mujeres mayores de 18 años de edad, donde el margen de error es del 3 al 5 por ciento, con un 95 por ciento de confianza.
Resaltó que aunque las encuestas tienen una gran importancia, no obstante, desde la aparición del COVID-19, la felicidad de los mexicanos se ha recuperado, ya que en 2021, la felicidad subió a 59 puntos. Mientras que en 2022 subió a 63 puntos.
«Si bien aún no recuperamos nuestra felicidad pre pandemia, vamos por buen camino».
Felicidad se confunde con un bien que se puede adquirir
De igual modo la especialista señaló que alcanzar la felicidad es un gran tema de la humanidad, ya que se trata de un estado aspiracional, una búsqueda ambigua y poco clara, «que ha intrigado a las culturas, y cada una la ha entendido de una manera distinta, según diversos factores biopsicosociales y culturales».
Ana Beatriz Moreno explicó que la felicidad es un factor importante para tener una salud óptima, pero en las sociedades actuales -de alto consumo- la felicidad se confunde con un bien que se puede adquirir, por lo que con frecuencia se convierte en: objetos materiales, logros académicos o económicos y en relaciones afectivas de pareja o de amigos.
«Se confunde con objetivos o metas a alcanzar. Pero el problema es que no es eso. No lo es tener el último teléfono celular, la pareja más guapa o inteligente, el título profesional más alto o el premio más prestigiado. Todo esto son estados externos que responden a un deseo, y se ha confundido la felicidad con satisfacer un deseo».
Destacó que la disminución en los índices de seguridad provocó que México deje de ser un país feliz; pues aunque este estado de ánimo es una cuestión personal, no puede desligarse del entorno.
Estados con inseguridad son más infelices
A partir de evaluaciones realizadas por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), entidades como Baja California y Baja California Sur se reportan más felices, que otras del norte del territorio; por ejemplo, Sonora, Chihuahua o Coahuila, donde «la delincuencia organizada disminuye mucho la percepción de la felicidad».
De igual modo, dijo, en las grandes ciudades como lo es la Ciudad de México, «el estrés constante y las largas jornadas laborales, además de la mala alimentación, o incluso la hostilidad en escuelas, hogares o empleos, hacen un entorno menos feliz».
«Sin importar la edad, si somos niños, adolescentes o jóvenes, para ser felices necesitamos hacer lo que nos gusta de manera responsable. Necesitamos un propósito; el amor y la compañía también son elementos para alcanzar ese estado, así como estar bien con uno mismo y conocerte».