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Madrid, España. El antifeminismo y el negacionismo en violencia de género han aumentado entre los adolescentes varones en los últimos cinco años en España, según se desprende del estudio ‘Culpables hasta que se demuestre lo contrario’, presentado este miércoles por el Centro Reina Sofía de Fad Juventud en Madrid.


El estudio constata que, a pesar de que una mayoría de jóvenes (46.4%) se identifican con el movimiento feminista, en los últimos cinco años se ha producido un aumento del antifeminismo por considerar los encuestados que el feminismo actual ha impuesto «un pensamiento único».


Por ello, en consonancia con el título del informe, los chicos jóvenes se sienten «culpables hasta que se demuestre lo contrario» cuando se replantean escenarios relacionados con la violencia de género y coinciden que han perdido la presunción de inocencia. Por su parte, las chicas adolescentes perciben la desprotección jurídica de los hombres como algo negativo para ellos y también para las mujeres que sí sufren violencia de verdad.


El estudio tiene un carácter cualitativo y busca captar los argumentos que componen el antifeminismo y el negacionismo de la violencia de género. Para ello, ha realizado entrevistas a adolescentes entre 14 y 17 años, chicos y chicas, así como entrevistas a expertos y expertas en género, sexualidades juveniles, masculinidades e intervención, y en talleres de cocreación con jóvenes.


Nerea Boneta, una de las autoras del estudio, aseguró que mitos como las denuncias falsas —conocidas popularmente como ‘funas’—, la mujer ‘casta y respetable’ o la mujer ‘santa’ y el hombre ‘conquistador’ «empapan la percepción adolescente sobre esta problemática y consiguen que el imaginario sobre violencia de género esté lleno de confusión y negacionismo, a la vez que dificulta la construcción de relaciones sanas en esta etapa de la vida».


Indicaronque todo esto se vincula también con el antifeminismo, sobre todo los discursos más negacionistas que apuestan por erradicar el término mismo de «violencia de género» y sustituirlo por «violencia intrafamiliar» o «violencia doméstica» porque «la violencia no tiene género».


«El sentimiento de ser víctimas de un sistema que cancela a los hombres es lo que acaba derivando en posturas contrarias al feminismo, porque sienten que les sitúa en una situación de inferioridad y vulnerabilidad frente a las mujeres», afirmó Boneta.

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