Por: José Eduardo Cruz Carbajal
Ciudad de México, Diciembre 3.- La vida, eso que dejas pasar por miedo, solo se vive una vez y el tiempo no perdona, el miedo siempre será parte de la vida, es una emoción natural, es útil si lo usas como medida de precaución, pero se vuelve tu peor enemigo cuando paraliza tu vida, nunca permitas que el gobierne, nunca lo dejes apropiarse de ti, tú no le perteneces. El miedo solo está en la mente, y la ventaja de lo que existe en la mente es que no existe en el principio de realidad.
Persigue ese sueño, persigue ese gran amor, escribe tu historia, tu propia historia, sin duda cometerás errores, los habrá de sobra, pero así es la vida, aprendemos por ensayo y error. Hoy, limitado a mi cama, con la sentencia de que se avecina el final de mi vida, sin duda haría todo de una mejor manera, si tuviera otra oportunidad para vivir perseguiría ese sueño que deje morir, perseguiría ese amor que por miedo deje ir, y a consecuencia de no defenderlo, de ser un cobarde, mi corazón se rompió, rompí el corazón de quien me amaba, y todo ese romance sin final vivido en nuestra mente jamás pudo ver la luz del sol, ¿Te confieso un secreto? El dolor por ese amor que deje morir me ha perseguido toda mi vida, no hubo un día en que no llorará la ausencia de quien alguna vez me amó tanto, no hubo un día en que me preguntará si ya me ha perdonado, me atormenta el hecho de pensar cómo es que me recuerda.
No sé si me recuerda como un gran amor, o como un amor que le produce vergüenza, la verdad es que yo lo sigo amando, fue lo mejor que viví, si de algo me arrepiento es de no haber tenido el valor de defender el amor, de defender a mi amor, sin duda todo hubiera sido diferente si hoy estuviéramos juntos, quizá aun teniendo su compañía, mi destino sería el mismo, estar hoy a la espera de la muerte, pero tendría su compañía a mi lado, tendría la certeza de saber que quizá su mano cerraría mis ojos, pero no, no tengo su amor conmigo ahora, ni siquiera sé dónde, o cómo está, no sé si vive, o si ya murió.
La incertidumbre y el dolor son las consecuencias de no haber escuchado a mi propia voz y de dejar que el miedo a lo que solo eran pensamientos gobernara mi vida. Ahora solo soy alguien que ha hecho las paces con su destino y lo ha aceptado, pero si quieres un consejo de alguien que está a punto de emprender un viaje sin retorno en cuanto al amor sería este:
En tu corazón vas a sentir que él es la persona para ti, te darás cuenta de que lo piensas todo el tiempo de que solo esperas una llamada o un mensaje suyo, cuando este ausente sentirás que sin su presencia algo te falta, empezarás a imaginar tu vida a su lado, tendrás miedo, mucho miedo, pero es normal, así se siente, corre el riesgo, no lo dejes ir. No permitas que otro sea cautivado por los ojos que solo estaban destinados para verte a ti, ni que alguien más viva la historia que tú estabas destinado a vivir.
*José Eduardo Cruz Carbajal (Iguala, Guerrero) es psicólogo con estudios en tanatología. Contacto: psiceduardo15@gmail.com