Por: Leoncio Castrejón Salgado
El virreinato de Nueva España fue creado oficialmente el 8 de marzo de 1535. Siendo su primer virrey Antonio de Mendoza y Pacheco, y la capital del virreinato fue la Ciudad de México establecida sobre la antigua Tenochtitlan.
Cuenta la historia, que las primeras noticias acerca del interés del arzobispo fray Juan de Zumárraga (1468-1548) primer obispo de la diócesis de México donde llegó en 1528, fue quien se interesó de que la Nueva España contara con una universidad. Posteriormente, el virrey Antonio de Mendoza, se sumó a ese interés de que la Corona española autorizara una casa de estudios. La respuesta afirmativa llegó en 1547. Cuatro años más tarde, el 21 de Septiembre de 1551, se expide la Cédula de creación de la Real y Pontificia Universidad de México.
Sin embargo, tuvieron que pasar dos años para que se diera su apertura que tuvo lugar el 25 de enero de 1553. Siendo el virrey Luis de Velasco quien ejecutó las Reales Cedulas otorgadas por Felipe II, para la apertura de la Real Universidad de nuestro país y sobre el orden que debería tener el estudio. Hay que decir que la nueva institución educativa, se diseñó y organizó a imagen y semejanza de las universidades europeas de tradición escolástica, particularmente la de Salamanca, España.
La instauración fue en cumplimiento de la real cédula del emperador Carlos V, firmada por el regente del reino, su hijo Felipe II. Correspondió a Antonio Rodríguez de Quevedo ser su primer rector.
Las primeras instituciones educativas de nivel superior en tiempos del virreinato de la Nueva España fueron los seminarios, donde se preparaba a los sacerdotes.
Los niveles de enseñanza fueron: Bachiller, Licenciado, Maestro y Doctor. Retórica, Didáctica, latín, Filosofía, Teología, Derecho, Sagradas Escrituras, Lenguas Indígenas y Matemáticas, fueron los cursos impartidos en las facultades de Artes, Teología, Cánones, Leyes y Medicina.
La universidad se organizaba en facultades mayores ya señaladas. El graduado de la Universidad sólo estaba certificado para ejercer la docencia, y no una actividad profesional. La institución estaba a cargo del rector, cuya elección era anual. Él era el representante de la universidad, por lo tanto, le concernían los asuntos académicos y administrativos que en ella se suscitasen. Con él, trabajaba el canciller, representante de la autoridad eclesiástica, cargo que posteriormente pasó a ser maestrescuela de la catedral.
La mayoría de los estudiantes eran criollos y españoles. Gozaban de ciertos privilegios ante el gobierno colonial, tales como el no pagar impuestos o diezmos y ser juzgados por autoridades universitarias. La inscripción era anual e indispensable para tomar los cursos en las facultades.
Los grados académicos cumplían tres funciones primordiales. Una docente, otra corporativa y una última de colocación y promoción laboral. El doctorado era requisito indispensable para mantenerse en la regencia de las cátedras; era también la puerta de acceso a la corporación. El doctor tenía plenos derechos para decidir sobre su gremio y para recibir todos los beneficios que éste pudiera conseguir; por último, los grados mayores se convirtieron en una plataforma para alcanzar los puestos altos de las burocracias real y eclesiástica.
Durante el tiempo del Virreinato, la Universidad Pontificia fue el centro superior de cultura, institución donde estudiaron algunos de los personajes más distinguidos que diera la Nueva España.
En el siglo pasado, el 22 de septiembre de 1910, fue inaugurada la entonces Universidad Nacional de México (UNM), fue la culminación de la celebración de las fiestas del centenario del inicio del movimiento independentista y a tal evento asistieron Porfirio Díaz y Justo Sierra, entonces presidente y secretario de instrucción pública, respectivamente.
La universidad obtuvo su autonomía en 1929, durante el gobierno del presidente Emilio Portes Gil (1928-1930), quien también autorizó la construcción de la Ciudad Universitaria, en la actualidad alberga a más de 370 mil estudiantes. Hoy, la UNAM es una de las cien mejores universidades del mundo y su campus central ha sido declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco.
Mientras tanto… ¡¡que tenga usted un excelente inicio de semana!!