Por: Marcial Rodríguez Saldaña

  1. Aranceles y drogas. Donald Trump, ha cumplido su amenaza de imponer el 25% de aranceles a los productos que se exportan de México a Estados Unidos, con la argucia de que aquí se producen drogas y el gobierno permite su traslado a ese país, especialmente el Fentanilo, así como de que no se combate a los grupos y lideres de la delincuencia organizada.
    Es verdad que en México, durante los gobiernos corruptos en las décadas de los años sesenta, setenta, ochenta y en los posteriores neoliberales, surgieron grupos de la delincuencia organizada quienes se dedicaban al trasiego de drogas que se sembraban -en menor medida- en México y en -mayores cantidades- en otros países, que se fueron fortaleciendo en sus estructuras locales, regionales, nacionales e internacionales, en su capacidad financiera y de armamento, lo cual los hizo muy poderosos.
    Esto se debió principalmente a la complicidad de los gobernantes de esos periodos, basta señalar algunos ejemplos, como los de varios ex -gobernadores, entre ellos: Mario Villanueva -de Quintana Roo-, Tomás Yarrington -de Tamaulipas-, y Jorge Juan Torres López -de Coahuila-, que fueron extraditados y enjuiciados en Estados Unidos, y otros casos muy relevantes, como el del general Jesús Héctor Gutiérrez Rebollo, quien fue nombrado por el presidente Ernesto Zedillo, como Zar Antidrogas, y resultó que estaba coludido con los grupos de la delincuencia organizada; el de Genaro García Luna, quien fue designado por Felipe Calderón, como Secretario de Seguridad de su gobierno, y está sentenciado en Estados Unidos, a causa de formar parte de grupos de la delincuencia organizada. En síntesis, los grupos de la delincuencia organizada, infiltraron al gobierno, tenían a sueldo a muchos funcionarios, los hicieron sus cómplices, lo que condujo a convertir sus mandatos en narco-gobiernos.

El problema de las drogas, tiene su origen en una parte importante en la siembra, industrialización y traslado, pero la otra parte indisoluble está en su consumo y distribución en los Estados Unidos.
De acuerdo con datos que provienen de diversas fuentes, el consumo de drogas en Estados Unidos, comenzó a mediados de la década de 1880, cuando se comercializaba la morfina y el láudano, como medicamentos.
En la Segunda Guerra Mundial, soldados norteamericanos consumían la droga Benzedrine, con la cual aumentaban su capacidad de agresividad y podían mantenerse en combate sin dormir, hasta diez días; lo mismo ocurrió en la guerra de Vietnam, en donde consumían entre otras drogas: marihuana, opio, anfetaminas, metanfetaminas y heroína. Estos soldados, cuando regresaron a su país ya eran adictos a las drogas y durante el resto de su vida siguieron consumiendo drogas.
A mediados de la década de 1990, comenzó a crecer el consumo del Fentanilo en Estados Unidos, debido a que empresas farmacéuticas como Purdue, mediante fuertes campañas de Marketing medico empezaron a inundar el mercado para consultas y botiquines con pastillas denominadas Oxycontin, que calman el dolor. El Fentanilo es una droga que causa adicción, al tal grado que en 2024, se calcula que murieron por sobredosis más de 100 mil personas en ese país.
El consumo de Fentanilo en Estados Unidos, provocó una creciente demanda, es por ello, que los grupos de la delincuencia organizada, se han dedicado a abastecer esta demanda, tanto trasladando esta droga del exterior, como suministrándola en el interior.
Como se demuestra, el problema de las drogas, particularmente del Fentanilo, en Estados Unidos, tiene dos aspectos: por una parte, la producción y el ingreso y por la otra, su distribución y consumo.
Donald Trump, quiere resolver este problema sólo buscando obligar al gobierno de México, a que impida su producción y traslado hacia Estados Unidos, mediante el combate a los grupos de la delincuencia organizada, lo cual por convicción propia y ejerciendo la soberanía nacional, realizó desde el inició el mandato del ex presidente Andrés Manuel López Obrador y ahora, la presidenta Claudia Sheinbaum, con acciones que van desde: cuidar y evitar que haya servidoras o servidores públicos federales que estén coludidos con narcotraficantes, mediante la detención de jefes de esos grupos, confiscación de cargamentos de droga, armamento y dinero y combatiendo las causas con los programas sociales, especialmente para jóvenes.
En Estados Unidos prevalece una tradición neoliberal, que se expresa en la poca intervención del Estado y el respeto a la libertad-derechos individuales, que forma parte de su cultura nacional y familiar. Es por ello, que el Estado permite la compra-venta indiscriminada de armamento, tolera el pleno consumo de drogas, además de que ambas generar ganancias a las empresas de estos ramos del mercado. En las instituciones y en las familias, no hay una educación humanista, sino individualista, para el consumo y el mercado; hay una visión de una potencia económica y militar en el mundo, que promueve una cultura para el armamentismo y no para la paz.
Frente a la magnitud del problema de las drogas, lo conducente es que Donald Trump y la presidenta Claudia Sheinbaum, lleguen a un acuerdo integral en esta materia, en donde de manera coordinada y en colaboración, cada quien haga la parte que le corresponde, el cual incluya en Estados Unidos: políticas de Estado para controlar la venta y tráfico de armas desde Estados Unidos que abastecen a grupos criminales; combate al ingreso y distribución de drogas en su país; poner todas las instituciones públicas y la educación al servicio de un programa contra el consumo de drogas; y por supuesto México, continuar con las acciones que ha emprendido la presidenta Sheinbaum, pero siempre con respeto a nuestra soberanía nacional.
Trump, en vez de acudir a la diplomacia y a la buena vecindad, ha asumido una actitud de un empresario del poder imperial -incluso en contra de la mayoría de la opinión de las y los ciudadanos de Estados Unidos, quienes están en contra de la imposición de aranceles-. En cambio, la presidenta Claudia Sheinbaum, ha respondido con prudencia, pero con firmeza patriótica y nacionalista; en consecuencia, nos corresponde respaldarla en todas las acciones que emprenda, organizarnos como pueblo, haciendo honor a nuestras heroínas y héroes patriotas como Josefa Ortiz de Domínguez, Leona Vicario, Hidalgo, Morelos, Vicente Guerrero Saldaña, los Niños Héroes, Ignacio Zaragoza, Benito Juárez, Juan Álvarez y tantos luchadores y luchadoras por la nación, actuando con dignidad en defensa de nuestra soberanía nacional.
*Maestro emérito de la Universidad Autónoma de Guerrero
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