Por: Brian Vicario Figueroa


Iguala, Guerrero, Enero 13.- La Universidad Americana de Acapulco, una institución privada que solía ser un faro de educación superior en el estado de Guerrero, se encuentra sumida en una profunda crisis a raíz del devastador Huracán “Otis”. Este desastre natural no solo dejó un rastro de destrucción física, sino que también generó una crisis académica para cientos de estudiantes que, a pesar de haber pagado sus mensualidades, se encuentran en una situación de incertidumbre y desesperación al ver sus estudios inconclusos y sin respuestas claras por parte de la universidad.

La tragedia natural que azotó Acapulco no solo se llevó consigo edificaciones y recursos materiales, sino que también dejó al descubierto las vulnerabilidades y debilidades de la estructura educativa de la Universidad Americana de Acapulco. La falta de un plan de contingencia adecuado y la ausencia de medidas preventivas dejaron a la institución en una posición crítica, incapaz de enfrentar las consecuencias de un fenómeno meteorológico de tal magnitud. Uno de los aspectos más lamentables de esta situación es el impacto directo en la educación de los estudiantes. Centenares de jóvenes que habían depositado su confianza en esta universidad privada se ven ahora enfrentados a la interrupción abrupta de sus estudios, con el peso adicional de no recibir una comunicación clara sobre cómo se abordará esta problemática.

A pesar de haber cumplido con sus obligaciones financieras al pagar sus mensualidades, se enfrentan a la frustración de no obtener respuestas concretas sobre el futuro de su educación. La falta de transparencia y comunicación por parte de la Universidad Americana de Acapulco ha contribuido a agravar la crisis. Los estudiantes se encuentran en un limbo académico, sin saber si podrán retomar sus estudios, trasladarse a otras instituciones o si recibirán algún tipo de reembolso por las mensualidades ya pagadas. Esta incertidumbre no solo afecta su presente académico sino que también proyecta sombras sobre sus perspectivas futuras y sus inversiones en educación. La comunidad estudiantil se ha organizado para exigir respuestas y soluciones concretas.

Las redes sociales y otros medios de comunicación se han convertido en plataformas donde los estudiantes comparten sus historias, expresan su frustración y exigen a la Universidad Americana que asuma la responsabilidad de la situación. La presión pública ha llevado a que la problemática de la institución trascienda las fronteras de la ciudad y se convierta en un tema de interés estatal. Debemos reconocer que la diputada local Leticia Castro, la cual fue maestra fundadora de esa universidad, ha sido la única política en alzar la voz; ella ha sido una portavoz del alumnado y a través de la tribuna del Congreso Local ha exigido que se dé una respuesta a los jóvenes estudiantes. Además de los estudiantes, también se ven afectados los profesores y el personal administrativo de la universidad, quienes enfrentan la incertidumbre laboral y económica. La falta de claridad sobre el futuro de la institución ha generado un ambiente tenso y desesperanzador en el campus, afectando no solo la calidad educativa sino también el bienestar general de la comunidad universitaria.

En este contexto, se hace evidente la necesidad de una intervención por parte de las autoridades educativas y gubernamentales. Es crucial que se realice una evaluación integral de la situación, se establezcan medidas para apoyar a los estudiantes afectados y se investigue la gestión de la Universidad Americana para determinar responsabilidades y evitar que situaciones similares se repitan en el futuro. La problemática de la Universidad Americana de Acapulco tras el paso del Huracán Otis es un llamado de atención sobre la importancia de contar con planes de contingencia efectivos y transparentes en las instituciones educativas. La falta de preparación y la respuesta inadecuada han dejado a cientos de estudiantes en una situación desesperada, con un impacto significativo en sus vidas académicas y personales. Es fundamental que se tomen medidas inmediatas para abordar esta crisis, brindar respuestas claras a los afectados y garantizar que situaciones similares no vuelvan a repetirse en el sistema educativo.

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