Por: Álvaro Venegas Sánchez

Lilly Téllez y Germán Martínez Cázares, senadores de la República traidores de Morena, ofendieron groseramente a las fuerzas armadas. La primera, del PAN, calumnió a gritos y el segundo, del grupo plural y corazón azul pues es de origen panista, inquisitivo, trató poner en duda la honorabilidad del titular de la SEDENA. Ambos están donde están por error de López Obrador y de sobra sabían que Crescencio Sandoval, había acudido a la sesión del Senado el jueves 21 junto con Rafael Ojeda, de la Marina, en calidad de invitados de Rosa Isela Rodríguez, secretaria de Seguridad Pública. Por tanto, aprovecharon porque el reglamento impide la palabra a invitados del o la compareciente.

Desahogaron la frustración que traían desde que la Cámara de Diputados aprobó que militares y marinos continúen participando hasta el 2028 en tareas de seguridad. Fueron 339 votos de Morena, PRI, PT y PVEM, nueve más que el mínimo requerido para ser legal, contra 155 del PAN, PRD y MC, e igual la mayoría de senadores avaló anexando cambios: control legislativo a la Guardia Nacional y avanzar hacia el carácter totalmente civil. O sea, el despecho que traen es más contra el PRI que los abandonó, pero en la ofuscación qué importa quién se las hizo, reprochan a quien pueden.

Por cierto, Josefina Vásquez Mota, senadora y excandidata presidencial, a quien Calderón y Vicente Fox en su campaña hicieron el vacío, quiso deslindar al PAN señalando que la mayoría de la bancada panista respalda las fuerzas armadas y reconoce la lealtad y el patriotismo del Ejército y la Marina. Tal vez, sin embargo, Lilly Téllez se ha convertido en la vocera de esa mayoría silenciosa. Nadie, ni siquiera Marco Cortés le sugiere moderación y sobre todo que presente argumentos y no adjetivos que agravien y ataques calumniosos. Si esa mayoría no interesa que ese comportamiento dañe al PAN, significa que está de acuerdo con ella.

Vale destacar otros datos. Diputados del PRD votaron a favor: Macarena Chávez, Francisco Hacus y Mauricio Prieto; los tres ligados al exgobernador de Michoacán, Silvano Aureoles Conejo suspirante a candidato a la presidencia a pesar de estar acusado de presunto fraude por más de 5 mil millones de pesos por el gobernador Alfredo Ramírez Bedolla. Tres diputados de Morena votaron en contra: Inés Parra Juárez, Roberto Valenzuela y Manuel Vázquez Arellano. La primera argumentó: “se trata de una reforma militarista, que amplía el estado de sitio que vivimos en México”. Vázquez Arellano, conocido también como Omar García, se justificó exponiendo su conflicto interno: “para mí que soy sobreviviente de la Noche de Iguala, me es muy difícil expresar mi posición, pero no quiero que se relacione con quienes tratan de abanderar causas que no son suyas”.

¿Y por qué tanta tirria ahora contra las fuerzas armadas de parte de los panistas? ¿Será porque sólo hablan entre ellos y no hablan con el pueblo como ha dicho AMLO? Es muy probable. La encuesta del INEGI que acaba de presumir el presidente de la República, efectivamente refleja cual es el sentir de la ciudadanía en general: 84 por ciento de aceptación para la Marina, 82 por ciento al Ejército y 71.4 por ciento para la Guardia Nacional. ¿Saldrán ahora con el cuento de que obligaron al INEGI a presentar datos a modo para tener contentillo al presidente?

En razón de lo que son capaces de inventar y considerando que, efectivamente, los que denuestan las fuerzas armadas cuando tuvieron el poder fueron ellos los que sacaron al Ejército de los cuarteles y militarizaron al país, habría que explorar buscando otra explicación a su reacción y proceder actual. No sufrieron represión, no han sido perseguidos políticos, son proclives al no pago de impuestos, su discurso sobre respeto a los derechos humanos es falso, no entienden lo que debe ser justicia social y son adeptos al poder para prodigarse ventajas e impunidad.

A la luz de lo anterior sólo queda entender que, su actitud reactiva cargada de animadversión hacia los militares, se debe al avance logrado por el gobierno federal en varios órdenes; las modificaciones en la Constitución y particularmente el cambio de mentalidad que experimenta la sociedad, sobre todo en los jóvenes, cuestión de ver un poco las redes sociales. Todo ello ofrece un panorama difícil de remontar para el PAN y la oposición partidista en su conjunto.

El PAN y los que con él coinciden, no quieren ni necesitan militares ingenieros para construir aeropuertos, rutas de tren, hospitales, cuarteles, Bancos Bienestar, para combatir el huachicol, cuidar Aduanas, proteger el traslado de medicamentos; menos que en una pandemia sean los únicos que trabajen para cumplir encomiendas y lograr resultados en los plazos establecidos. No. Ellos quieren militares que no se comporten “como chairos” (Lilly Téllez) y sigan como antes: dispuestos a cumplir órdenes del Jefe Supremo así sea para atentar contra el pueblo. En todo lo demás, según su visión, para eso está lo que se llama negocio y concesión con excelentes condiciones a la iniciativa privada. Son sentimientos de coraje e impotencia para revertir tales avances los que han hecho pierdan la cordura y reaccionen muy mal. No encuentro mejor explicación.

Iguala, Gro., octubre 24 del 2022.

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