Por: Álvaro Venegas Sánchez
En el tercer intento por la presidencia Andrés Manuel López Obrador sumó a personalidades de origen político diverso y luego, al obtener la victoria, integró al gabinete a los que podrían ayudar al proyecto de transformación. Algunas de ellas siguen aportando con lealtad, otras sólo aprovecharon y pronto pasaron a las filas contrarias con actitudes nefastas. Marcelo Luis Ebrard Casaubón, amigo y compañero de lucha de Obrador desde las vicisitudes del PRD es de ese abanico de personalidades.
La entrañable amistad de ambos parece haber sufrido un desvanecimiento, desafortunadamente. Causa y razón: la impugnación que Ebrard presentó ante la sala superior del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) en contra de la Comisión Nacional de Honor y Justicia (CNHJ) de Morena, argumentando violación de sus derechos político-electorales y por no responder en emplazamiento de cinco días las quejas contra la encuesta con la cual Claudia Sheinbaum, fue electa coordinadora de los comités de defensa de la Cuarta Transformación.
Al respecto, en la mañanera del miércoles 26, un reportero preguntó al mandatario su opinión sobre dicho trámite ante TEPJF y la respuesta fue sorprendentemente escueta: “Nada, nada, nada. Son procedimientos legales y hay libertades”. O sea, el ex canciller sabe lo que hace y es libre de hacer lo que quiera. La reacción posiblemente se debió también a una explicación anterior: “A Marcelo se escuchó y concedió lo que solicitó. Pidió renunciaran todos los que aspiraban y además propuso la pregunta central de la encuesta”.
Sobre lo mismo, Mario Delgado, explicó que la impugnación de Ebrard ante CNHJ está atendiéndose de manera ordinaria y en los plazos que la Comisión está obligada a emitir una resolución. Es decir, los tiempos no tienen por qué obedecer a un emplazamiento del TEPJF como pareció ser la apuesta de los que acudieron a esa instancia: “después del proceso minucioso de revisión de la impugnación la CNHJ dará respuesta”. Con estos dos comentarios, el de AMLO y el del presidente del Morena, es de analizar las perspectivas y el futuro político de quien, cuatro meses atrás, se veía en una situación estelar. Muchos ciudadanos, no sólo morenistas, miraban en Marcelo Ebrard al posible sucesor de López Obrador. Haber quedado en segundo lugar de la consulta, hasta por la encuestadora que él propuso, confirmó la simpatía.
La impugnación hecha contempla señalamientos de imparcialidad de la comisión de encuestas de Morena, intervención de personal de la Secretaría de Bienestar y de funcionarios públicos; asimismo conocimiento previo de secciones a encuestar por parte del equipo de Sheinbaum y una cadena de custodia del proceso comprometida. Ante el conjunto de irregularidades con las cuales violaron sus derechos, se pide al tribunal ordenar a la comisión: “admita la demanda de nulidad y posterior reposición del procedimiento interno de selección de Morena”.
Es del conocimiento público la dinámica y el avance que tiene Claudia Sheinbaum a partir de recibir el Bastón de Mando y el documento que la acredita Coordinadora de los Comités para la Defensa de la 4T. Igual la opinión pública está enterada de declaraciones y acciones del Marcelo Ebrard. Desacertadas y lamentables algunas de ellas, porque han empequeñecido su figura. El coqueteo con enemigos de la Transformación, la conformación de una agrupación política a sabiendas que al interior de Morena “las tribus están prohibidas” y ahora la solicitud al TEPJF consciente de poner en bandeja de plata la intromisión para descarrilar lo construido, sustentado en acuerdos que él mismo firmó. Ante los ojos del pueblo nada de esto lo fortalece.
En la perspectiva de que el TEPJF obligara a Morena reponer el procedimiento ¿Ebrard está seguro de ganar? ¿Volverían a participar los seis o nada más Claudia y Marcelo?
En tanto simple ciudadano simpatizante del movimiento de transformación, desconfié de algunas personas que lo promovían porque no las identifico con Morena ni son afines a López Obrador y su gobierno. Sin embargo, reconozco, tenía en buen concepto al canciller. Si en suerte hubiera sido consultado en la encuesta, seguramente lo habría favorecido. Hoy me decepciona que se aferre a ser candidato presidencial. No sé si proyecta despecho, arrogancia o simplemente considera que ya hizo historia acompañando a AMLO y no quiere más. Ojalá reconsidere y siga sirviendo a México en la función pública; por supuesto, que Morena no le cierre puerta. De no ser así, pues ni modo. “Que le vaya de cualquier manera”, como dice cierta canción.
Iguala, Gro., octubre de 2023.