Por: Álvaro Venegas Sánchez

Este libro de Álvaro Delgado Gómez y Alejandro Páez Varela, debieran conocerlo quienes aspiran a un cargo de elección popular federal, estatal o municipal representando a Morena y no han tenido acercamiento con la política de izquierda. Hoy, la exigencia es compromiso y convicción de servir al pueblo y continuar y profundizar la política que AMLO instaló en este sexenio. Sus recomendaciones, palabras y ejemplo han calado hondo en la conciencia de los mexicanos.

El curso obligatorio para explorar experiencia, formación académica y enterar sobre la doctrina y principios de Morena es muy importante. En las actuales circunstancias igual importa mucho saber trayectorias que fortalezcan la confianza pública. Representar bien al partido, o en su caso, ser leal al presidente del partido, magnífico; pero será mucho mejor no decepcionar y menos traicionar los intereses del pueblo. Regidores, presidentes municipales, legisladores, todos los servidores públicos del Movimiento de Regeneración Nacional, mal harían en volver a reproducir comportamientos que causan frustración y desesperanza.


En la jornada electoral 2024 no estará en juego solamente la consolidación de la 4T. De por medio también va el prestigio de la izquierda que apostó por un cambio pacífico y democrático en el país. Porque aun triunfando el próximo 2 de junio, tendrá que continuar navegando sin el liderazgo y conducción de quien ha puesto alma, corazón y vida: Andrés Manuel López Obrador.


Por tal razón los aspirantes, mínimo debieran conocer textos como IZQUIERDA. 1923-2023 La terca travesía. Gran oportunidad y privilegio representar a la izquierda electoral. Empero, tendrían una debilidad aquellos que no poseen información ni han tenido vínculo con las luchas populares, campesinas, estudiantiles, sindicales y tantas otras surgidas por demandas justas; impulsadas por mujeres y hombres que, sobreponiéndose al miedo se atrevieron a denunciar siendo mal mirados y tildados de “revoltosos” y “eternos inconformes”; luchas que generalmente terminaron reprimidas y cuyos líderes, algunos sufrieron cárcel, exilio, incluso asesinato.
Cierto, hay teóricos que proponen debatir para definir qué es la izquierda hoy. Cuestionan que López Obrador afirma que su gobierno es de izquierda, pero, dicen, “muchas de sus decisiones y políticas son clásicamente neoliberales”. Roger Bartra, fue de los primeros en sostener que, en la contienda del 2018, no había una opción de izquierda: “Antonio Mead, Ricardo Anaya, Obrador, El bronco, todos son neoliberales”. Pronto pateó lo que pudo ser su legado y de facto se ubicó en las filas de la derecha. Pues que los intelectuales hagan la tarea; que definan el concepto de izquierda.


Quizás a ellos parezca elemental lo que registran en su libro Álvaro Delgado y Alejandro Páez. Para un servidor en cambio, sí es importante lo que señalan y que desde el prólogo atrapó mi atención: “La izquierda mexicana no es producto de la generación espontánea, sino de la resistencia. Que ha sobrevivido durante décadas a la persecución de Estado, a la apropiación del discurso, a un partido (el PRI) que devoró la Revolución de 1910 para no verse obligado a cumplir sus postulados. Una izquierda que se justifica en la profunda desigualdad y en el deseo de revertirla, de acabarla. Una izquierda que resistió a los asesinatos y la desaparición forzada, que durante un siglo ha enfrentado a una corriente de pensamiento abrumadoramente dominante, hábil y acomodaticia: la derecha”.


Dicen ellos: “Nos urgía decir que tantos muertos y tantos movimientos reprimidos han quedado en la memoria colectiva a pesar de todos los esfuerzos por borrarla… Es izquierda, puño en alto. Una sola izquierda. Con sus muchísimas faltas y errores; con sus héroes y villanos, corruptos e irreprochables. Izquierda que resistió fraudes electorales, matanzas y torturas; que muchas veces se ocultó en las cañadas o en las casuchas de madera en las sierras y que otras veces tomó plazas y zócalos y marchó, hasta desbordarse en las urnas.”


Un texto interesante. Los autores ponderan causas, organizaciones y protagonistas. Innumerables luchas aparentemente derrotadas, que continuaron y continúan al surgir otras organizaciones que retomaron las banderas de acuerdo a las condiciones del tiempo. Ahí están Flores Magón, Valentín Campa, Heberto Castillo, Rubén Jaramillo, Rosario Ibarra de Piedra, la comandante Ramona, 1968, 1971, la Liga 23 septiembre, las guerrillas de Genaro y Lucio, el PCM, el PRD, el EZLN, etcétera, etcétera. Todo lo que consideran fue y es la izquierda; con sus matices, pros y contras. Para bien del pueblo, honor y compromiso será representarla.

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