Por: Edelmiro Castro Sedano

Andrés Manuel López Obrador no las trae consigo. Político hecho a machete en marchas, mítines y manifestaciones contra el gobierno, cerrando pozos petroleros, sin recato diplomático ni prudencia alguna, se presenta como un autoritario rencoroso y vengativo, en política exterior es un auténtico injerencista (metiche diría el pueblo), en asuntos que solamente les incumbe a los peruanos en el caso de la destitución del expresidente Pedro Castillo quien no llevaba buenas relaciones con el Congreso de su país, pretendió disolverlo, lo que lo convirtió en delincuente, y gobernar por decreto (parece que a los izquierdistas les gusta eso), por lo que fue detenido por su propia escolta personal, hecho prisionero y está bajo arresto sujeto a proceso judicial conforme a los delitos que le imputan.

De igual manera hace comentarios abiertamente injerencistas en el caso de la expresidenta, ahora vicepresidenta de Argentina, Cristina Fernández de Kirchner que fue sujeta a proceso judicial y resultó culpable según las leyes y las autoridades de aquél país sudamericano, sentenciándola a siete años de cárcel e inhabilitación vitalicia para ocupar cargos público, pero como goza de fuero no ha sido aprehendida ni encarcelada; AMLO defiende a ambos delincuentes en las mañaneras como si se tratara de asuntos nacionales verdaderamente importantes para el país.

La política de AMLO hacia Latinoamérica ha sido desastrosa, ignorando la Doctrina Estrada, que en otros tiempos dio a México respetabilidad ante el concierto de naciones. Lo acontecido en los casos de Perú y Argentina, en materia de política exterior son el resultado de las filias y las fobias de AMLO y no de la diplomacia del Servicio Exterior Mexicano, manchando con ello la imagen de nuestro país. Predica “la no intervención y el respeto a la libre determinación de los pueblos”, “candil de la calle, oscuridad de la casa.”

“Lo único que refleja la dramática crisis andina es la incapacidad moral de nuestras sociedades para transformarse”. Reforma. “La desmesura en el ejercicio del poder suele traer consigo vientos de tormenta donde hay Congresos verdaderamente autónomos” Catón.

MOLQUITERA. Como su propuesta de Ley Electoral no pasó, sacó el Plan B, la perversidad de AMLO no desiste en la destrucción del INE. Tal parece que se hace rentable violar la ley.

Y los borregos votaron rapidito, sin chistar sin leer lo que les enviaron, sólo dijeron beeeeee.

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