Por: Edelmiro Castro Sedano

La Presidenta de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, magistrada Norma Piña dio mucho de que hablar cuando en el evento que se llevó a cabo en la ciudad de Querétaro con motivo del 106 aniversario de la promulgación de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos acontecido en el año de 1917, no se puso de pie cuando llegó al acto inaugural el presidente Andrés Manuel López Obrador.

Durante más de cien años o más, en nuestro país, en todos los actos oficiales en que se presenta el presidente el protocolo indica que los ahí presentes y sobre todo los miembros del presídium se pongan de pie cuando el Primer Magistrado haga acto de presencia.

En los países europeos, en los Estados Unidos, no se da el caso pues son gobiernos democráticos y existe la división de poderes, pero en nuestro país, en la era del priato para no ir más lejos, se ha dado la más abyecta sumisión ante el Poder Ejecutivo, aunque legalmente haya tres Poderes: Ejecutivo, Legislativo y Judicial. Una muestra el caso más reciente el del ministro presidente de la SCJN, Arturo Saldívar.

En un ambiente de cortesanías antirrepublicanas el hecho de que la magistrada Norma Piña no se haya levantado de su asiento al llegar el presidente, representa una osadía y una desatención al presidente de la república, desde la óptica de la lambisconería más degradante que ignora por conveniencia la división de Poderes, que en México solamente se da en las letras de la Constitución y en los discursos de los panegiristas pegados a la ubre presupuestal.

La magistrada Presidenta Norma Piña con ello le recuerda, le refresca la memoria al señor López que se encuentra ante un Poder igual al suyo. Días aciagos se auguran a la Suprema Corte de Justicia de la Nación si permiten los magistrados que sean ninguneados y divididos por el capricho de un megalómano empedernido que tiene en acecho al INE, Instituto Nacional Electoral, con sus pretendidas reformas para desmantelarlo y volver a tiempos pasados en que el gobierno manejaba las elecciones a su antojo para hacer ganar a sus candidatos. Ahí tiene a Manuel Bartlett, el mago de las caídas del sistema y artífice en la violación a las leyes electorales.

Pasaron ya a la historia el “cuando era Dios omnipotente y don Porfirio presidente”. Renato Leduc.

Ya no se suspenden labores el día 1 de septiembre, cuando el presidente era objeto de la veneración que le brindaban senadores, diputados, ministros, rectores de universidades, líderes sindicales, jefes militares, secretarios de estado, gobernadores y medios de comunicación y chusma de acarreados con pase de lista obligatorio.

Una manifestación de desprecio presidencial fue colocar en el presídium lejos de AMLO a la Ministra Presidenta, representante del Poder Judicial, Norma Piña y al representante del Poder Legislativo, diputado Santiago Creel.

Es un gobierno fallido con el cinismo y la mentira como política y forma de gobierno.

MOLQUITERA. Muy penoso resulta enterarnos sobre la baja calidad de materiales y trabajo en la remodelación del Centro Histórica de Iguala. Arq. David Gama, no acepte esa obra así, por el bien de Iguala.

Comparte en: