Por: Jorge Albarrán Jaramillo – Enviado Especial


Ciudad del Vaticano, Mayo 8.- La jornada inaugural del Cónclave para elegir al sucesor del Papa Francisco concluyó sin acuerdo. Pasadas las 9 de la noche, hora de Roma (1 de la tarde en México) del miércoles 7 de mayo, una fumata negra emergió de la chimenea de la Capilla Sixtina, señalando que ninguno de los 133 cardenales electores alcanzó la mayoría requerida de dos tercios para ser elegido pontífice.


Miles de fieles congregados en la Plaza de San Pedro aguardaron durante horas bajo el cielo nocturno, con la esperanza de presenciar la histórica fumata blanca que anunciaría al nuevo líder de la Iglesia Católica. Durante la primera votación, la plaza estuvo completamente abarrotada, reflejando la expectación mundial en torno al inicio del cónclave. Sin embargo, la aparición del humo negro confirmó que el proceso de deliberación continúa. Por lo tanto, los 133 cardenales electores regresaron a la casa de Santa Marta dentro del Vaticano, donde permanecen aislados.


Este jueves 8 de mayo, el cónclave prosiguió con dos votaciones matutinas, ambas sin lograr el consenso necesario, resultando nuevamente en una fumata negra que ascendió desde la chimenea instalada en la Capilla Sixtina a las 11:51 de la mañana hora de Roma (3:51 de la madrugada hora de México). Por la tarde se realizarán, en caso de ser necesario, otras dos votaciones, siguiendo el protocolo establecido.


El cónclave de 2025 se caracteriza por la ausencia de un claro favorito, lo que añade incertidumbre al proceso. No obstante, aunque suenan nombres como el del cardenal Pietro Parolin (Italia, 70 años), actual secretario de Estado del Vaticano; Matteo Zuppi (Italia, 69 años), arzobispo de Bolonia y presidente de la Conferencia Episcopal Italiana; Luis Antonio Tagle (Filipinas, 67 años), ex arzobispo de Manila y actual prefecto de la Congregación para la Evangelización de los Pueblos y Fridolin Ambongo Besungu (República Democrática del Congo, 65 años), arzobispo de Kinshasa y presidente del Episcopado de África y Madagascar, la tradición vaticana recuerda que «quien entra al cónclave como Papa, sale como cardenal», subrayando la imprevisibilidad de la elección.

El procedimiento del cónclave establece que los cardenales se reúnan en la Capilla Sixtina, donde, tras el juramento de secreto que hicieron ayer, realizan votaciones hasta alcanzar un consenso. Cada día pueden efectuarse hasta cuatro votaciones, dos por la mañana y dos por la tarde. Si después de tres días no han elegido al nuevo Papa, entonces se tomará un día de receso para hacer oración y posteriormente reanudar las votaciones.

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