“Pero por la gracia de Dios soy lo que soy; y su gracia no ha sido en vano para conmigo…”

1 Corintios 15:10

Por: José Eduardo Cruz Carbajal


Iguala, Guerrero, Agosto 26.- Desde antes de nacer ya cuidabas de mí, me escogiste desde el vientre para ser tu hijo y caminar conmigo, mi vida es un milagro tuyo, esa es la única explicación que encuentro. ¡Me has dado tanto! Cuando niño, me rodeaste de unos padres que me amaron y me cuidaron, y al día de hoy lo siguen haciendo, unas hermanas que me ayudaban en lo que era difícil para mí, unos primos que llenaron mi infancia de bellos recuerdos, unos tíos que me aman incondicionalmente y una abuelita que me ha enseñado que hacer equipo contigo siempre será la mejor decisión.

Sostienes mi vida, sostienes mi cuerpo, me has ayudado en todo. Mis papás me enseñaron a ser disciplinado en la escuela, a no dejar las cosas a medias, respecto a mi cuerpo ni se diga, no se rindieron hasta lograr que fuera independiente, aunque me queda claro que siempre necesitare ayuda para algunas cosas. En la universidad, cuando la duda me hizo cuestionarme si estaba en el camino correcto, aclaraste mis pensamientos, y de manera sorprendente, lo que para mí estaba destinado a ser un fracaso, tú lo transformaste en victoria. ¡Sin duda allí estabas tú obrando para mi bien!

Después de la universidad pase unos años desempleado, en ese tiempo nada me falto, ni vestido, ni techo, ni comida, nunca entendí el porqué de tanto tiempo con puertas cerradas para un trabajo, pero nuevamente me sorprendiste dándome empleo en donde menos pensaba y haciendo lo que me gusta, ¡Sin duda tú sabes lo que es mejor! Perdóname porque no siempre entiendo tus silencios y tus No en mi vida, pero me queda claro que en todo estás tú, protegiéndome, guiándome…

Estas al pendiente de mí en todo, cada vez que voy al banco y te pido que no haya gente, ¡Me contestas! Cuando no sé qué decir a un paciente que me consulta, ¡Me guías! Siempre he visto tu provisión en todo, tu respuesta a mis oraciones ha sido una prueba de tu fidelidad a mi vida, el amor de todos los que me rodean, es muestra de tu compañía en mí caminar. ¡Gracias por todo! ¡Estás al tanto de todo! En lo fácil, en lo difícil, en lo complejo, tu presencia es y será más que suficiente. Por favor no permitas que sea flojo, ayúdame a honrar cada oración cumplida, porque como explicaba un querido amigo en uno de sus sermones: Cuando tú dices que si, a algo, ese si implica una responsabilidad.

*José Eduardo Cruz Carbajal (Iguala, Guerrero) es psicólogo y maestro en tanatología. Contacto: psiceduardo15@gmail.com

Comparte en: