Por: Francisco Lara Balderas
PIDIERON plazas, no les dieron, les dieron plazos, se enojaron, vandalizaron las oficinas y todavía el agredido puso la otra mejilla. Se trata de los normalistas de Ayotzinapa, quienes este martes volvieron a hacer de las suyas en Chilpancingo. Desde muy temprano llegaron en 5 autobuses robados que tienen en su poder, bloquearon la Autopista del Sol y exigieron plazas para la generación que apenas va a egresar (2021-2025), cuando la anterior (2020-2024) todavía sigue esperando. Hasta el lugar del bloqueo llegó el propio secretario de Educación, Ricardo Castillo Peña, quien en lugar de plazas les dio plazo para cuando terminen la Carrera, lo que provocó la ira de los “inocentes” estudiantes y se fueron en marcha a destrozar las oficinas centrales (una casa rentada) de la SEG. Y todavía el titular Ricardo Castillo puso la otra mejilla, al afirmar que sigue abierto al diálogo, porque el diálogo y siempre el diálogo, y le apedrean la casa y sigue gritando “diálogo”, aunque en realidad dialoga solo. Apenas se atrevió a responder la pregunta de un reportero en el sentido de que si habrá denuncia penal por el vandalismo de los normalistas de Ayotzinapa: “Lo vamos a valorar”. Como dice el clásico, “que alguien me explique”. ¿Cómo que todavía lo van a valorar? Eso no es ser tolerante ni anteponer el diálogo. Eso quieren decir que ya le vieron la cara de… o dicho sea más decente, “ya le pisaron la sombra”…….. POR CIERTO, Ayotzinapa es cuento de nunca acabar. A lo mejor algún día se resuelve el caso de los 43, pero los normalistas van a seguir protestando en Guerrero y en la Ciudad de México. Siempre han encontrado y encontrarán un motivo. Una agresión, una desaparición, un crimen en contra de ellos es oro molido para mantener su activismo vandálico contra el gobierno. Se lee y se escucha mal, pero a los normalistas de Ayotzinapa les conviene que haya asesinatos y agresiones hacia sus compañeros, o que las autoridades educativas no les cumplan sus demandas, porque de ahí se agarran para bloquear la Autopista del Sol, robar autobuses, vandalizar oficinas y hasta saquear tiendas de conveniencia y camiones repartidores de productos…….. SIMPLE anécdota: El párroco se estaba retirando después de 25 años a cargo de la parroquia y los feligreses decidieron ofrecer una cena de despedida en su honor. Se escogió a un destacado político local, miembro de la parroquia, para dar un pequeño discurso durante la cena. Pero se retrasó y el sacerdote decidió entonces decir unas breves palabras mientras esperaban al político: “Obtuve mi primera impresión sobre esta parroquia en la primera confesión que debí escuchar. Pensé que había sido destinado a un lugar terrible. La primera persona que entró a mi confesionario me dijo que había robado un televisor y que, al ser detenido por la policía, casi había matado al oficial. Había robado dinero a sus padres, sustraído mercancía de su sitio de trabajo, había tenido un romance con la esposa de su jefe y tomaba estupefacientes. Yo estaba anonadado. Pero a medida que pasaban los días, me di cuenta que la gente de esta parroquia no era nada así y que ciertamente había venido a una comunidad llena de gente buena y amable”. Justo cuando el sacerdote terminaba sus palabras, el político entró al salón, disculpándose por la tardanza. Inmediatamente comenzó su presentación y el discurso en honor del párroco saliente: “Nunca olvidaré el primer día que el Padre llegó a nuestra parroquia. De hecho, tuve el honor de ser el primero en confesarme con él”……… PUNTO.