Por: Francisco Lara Balderas
A PESAR de que Claudia Sheinbaum es ya la coordinadora nacional de los comités de la Cuarta Transformación en el país (candidata a la Presidencia de la República cuando los tiempos electorales lo permitan), la noticia sigue siendo Marcelo Ebrard, quien lleva seis días siendo la nota principal en los medios de comunicación. Este lunes, muy temprano, informó que impugnó el proceso interno ante la Comisión Nacional de Honestidad y Justicia de Morena, argumentando una serie de irregularidades antes, durante y después de las encuestas. Más tarde, también este lunes, Ebrard anunció que esperará el resolutivo de la CNHJ de Morena para definir su ruta política, es decir, si se va o se queda en la 4T. La pregunta sigue siendo la misma (¿qué hará Marcelo Ebrard?), aunque la respuesta es más clara (se irá de Morena). Y es que el resolutivo de la CNHJ será que no hubo irregularidades en el proceso interno y ratificará a Claudia Sheinbaum como la coordinadora nacional de la 4T. Lo sabe Marcelo y lo sabía desde hace mucho tiempo (igual que el resto de los aspirantes llamados por el presidente Andrés Manuel López Obrador como “corcholatas”). Basta con remontarse al 21 de septiembre de 2021, cuando en una gira en la Ciudad de México, AMLO le levantó la mano a Claudia y elogió su trabajo como Jefa de la CDMX. El mensaje fue claro: Es Claudia. Y fue Claudia porque así lo decidió entonces el inquilino de Palacio Nacional. Pero, ¿por qué Claudia? La respuesta es simple: Porque reúne las características que desea López Obrador para que el gobierno siga como él lo ha iniciado y planteado, prácticamente sin quitarle ni una coma, lo cual no estaba garantizado con Marcelo, ni con Ricardo Monreal, ni con Gerardo Fernández Noroña. Si acaso, Adán Augusto López, pero entró tarde a la competencia “corcholatera”. Así que era Claudia, es Claudia y será Claudia…….. EN EL FRENTE opositor la panista no afiliada al PAN tiene dos retos por delante antes de enfrentar directamente en las urnas a Claudia Sheinbaum el primer domingo de junio del próximo año. El primero, terminar de convencer a los panistas puros que es su candidata, para que la apoyen, tanto dirigentes como militantes. El segundo reto, más difícil, es convencer a la militancia del PRI que vote por ella, porque arriba los dirigentes tricolores, encabezados por el “famoso Alito” ya hicieron sus cochupos y hasta se repartieron las curules plurinominales, sin embargo, la militancia priista no saldrá tan fácil a votar por una panista que no está afiliada al PAN, pero que siempre ha sido panista (pero tampoco es priista). Y en el PRD, ya casi sin militantes, si acaso uno de los “Chuchos” logrará una “pluri”. Empero, el reto principal de Xóchitl Gálvez será convencer a la sociedad civil, que es la que inclina siempre la balanza en una elección. Su discurso es populacho, pero hay sectores de la población a los que no les gusta. Además, se acaba de reunir con un grupo de exgobernadores (entre ellos dos de Guerrero) que no son bien vistos por esa sociedad civil que suma muchos votos. “Siempre los mismos”, le dirán. Tendrá que sacudírselos y aparecer lo menos posible en fotos con los dirigentes nacionales de los partidos que la postulan, identificados ya por los mexicanos, con base en las palabras de Xóchitl, como el corrupto, el huevón y el pendejo…….. SIMPLE pregunta: ¿Cuántos morenistas seguirán a Marcelo Ebrard a otro partido político (¿MC?)?……. PUNTO.