Zeferino: Sin ética ni calidad moral
Por: Salomón García Gálvez
Zeferino Torreblanca Galindo, fallido ex gobernador de Guerrero, no sólo rompe la regla de oro no escrita en política, de no ocuparse -ni para bien ni para mal-, de sus antecesores o sucesores: los ataca vilmente para llamar la atención, por simple protagonismo y crónica mezquindad.
Cuando arribó a la gubernatura (2005) su régimen se significó por ser de corte gerencial; insensible ante las carencias de la población guerrerense. Guerrero vivió una cruel pesadilla durante seis años: inseguridad total, falta de obra pública, represión contra agrupaciones sociales y persecución contra disidentes. Creció más la pobreza.
A Zeferino no le cabe en la cabeza, que Guerrero sea gobernado por una mujer exitosa y talentosa -Evelyn Salgado Pineda-, y que en poco más de un año se haya ganado el respeto y afecto de la ciudadanía. El nostálgico ex mandatario, se exhibe como tipo envidioso y que odia a las mujeres inteligentes. Patético y ruin.
Alguien debiera recordarle a Torreblanca Galindo, que sus antecesores y sucesores (Rubén Figueroa, René Juárez, Ángel Aguirre, Héctor Astudillo), jamás se han ocupado de sus sucesores o antecesores. Esa es la regla de oro, que Zeferino no respeta.
A este señor originario de Jalisco, Zeferino, debieran recordarle que durante su nefasto sexenio gerencial hubo varios asesinatos políticos de manera artera y vil.
Uno de los crímenes más impunes, fue el perpetrado contra el entonces Coordinador del Congreso local, diputado perredista Armando Chavarría Barrera, cobardemente victimado el 20 de agosto del año 2009, en las puertas de su domicilio.
Días antes de ser asesinado Chavarría Barrera, Torreblanca Galindo habría ordenado quitarle la escolta que resguardaba al político del PRD. Le tenía mucho odio a Armando, porque éste le había disputado la candidatura a gobernador.
La viuda del político perredista -Chavarría Barrera-, Martha Obeso Cázares, desde hace más de 13 años ha venido exigiendo a la FGR que esclarezca el asesinato de su esposo; que se reabra el caso.
Ese mismo año, en Ayutla de los Libres, también fueron desaparecidos (13 de febrero, 2009) y luego asesinados dos luchadores sociales: Raúl Lucas Lucía y Manuel Ponce Rosas. Insensible como es, el ex gobernador Torreblanca Galindo, sólo hizo mutis.
Zeferino, como gobernador del estado, nunca se ganó el afecto de la población guerrerense. Despreció a dirigentes y militantes perredistas que lo llevaron al poder. Les dio una patada en el trasero, luego de asumir el poder.
Sin ética, calidad moral, ni nada, ahora el ex gobernador Torreblanca Galindo, descalifica a la gobernadora Evelyn Salgado Pineda, quien con trabajo diario, buenas acciones y esmero, hace su labor; por ello está calificada entre los cuatro mejores mandatarios del país.
Y en el colmo del cinismo, Zeferino, hasta en dos ocasiones ha pretendido volver a la alcaldía de Acapulco. Primero, se postuló como candidato del PAN y luego lo hizo por el PT; las dos veces perdió estrepitosamente en urnas. No se acostumbra a ser ex gobernador. Quiere poder. ¿Por qué?
La gente no quiere a Zeferino, lo repudian. El auto llamado “Z” parece no entenderlo. Cuando fue gobernador, públicamente reconoció como “presidente legítimo” al panista Felipe Calderón.
Zeferino, cuando fue mandatario estatal, jamás apoyó la lucha que emprendió Andrés Manuel López Obrador, contra el escandaloso fraude electoral del 2006; por el contrario, lo denostaba. ¿A poco Zeferino cree que AMLO olvida eso?
La intención de Torreblanca Galindo, es que AMLO voltee a verlo. El “Z”, ya no es rentable, ni comprable en el mercado electoral, pues es un producto tóxico y dañino para la salud mental.
El tiempo político de Zeferino, terminó en el 2011. No quiere entenderlo; se parece aquel rey que caminaba desnudo por las calles, sin darse cuenta.
Baste decir, que es tanta la perversidad, ambición y mezquindad del ex gobernador Zeferino, que su propio padre -Luis Torreblanca González, (a) “El Látigo Negro”- reniega de su vástago, a quien acusa de haberle despojado de sus bienes y dejarlo en la miseria.
Don Luis, acusó a su hijo Zeferino, de haber falsificado documentos para despojarlo de sus bienes. Existen videos donde el señor Torreblanca González, demanda que las autoridades procedan contra su vástago, a quien le financió campañas políticas.
Esta es la truculenta historia de un ex gobernador de Guerrero -ZTG-, quien no sabe respetar reglas de oro, no escritas en política. No conoce la ética, ni tiene autoridad moral. Guerrero, vivió un sexenio fallido del 2005 al 2011. Qué triste… Punto.
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