Y. Martínez y V. Barrios
Iguala, Gro. Feligreses de la parroquia de San Isidro Labrador de la colonia Ejidal, en Iguala, pidieron la intercesión del santo patrono, para que este año haya un buen temporal de lluvias y asimismo, una buena cosecha que garantice el abasto de alimentos para el municipio.


En el marco del Día de San Isidro que se venera este 15 de de mayo, el sacerdote Ricardo Figueroa Martínez y el diácono Eduardo Ojeda Marchante, oficiaron la misa en la parroquia de esta colonia.


El padre Ricardo recordó que antes había muchos terrenos de siembra en Iguala y que en el río San Juan corría mucha agua limpia, pero que en estos tiempos “hemos terminado con la naturaleza y ya nadie siembra”.


Dijo que ante las dificultades que enfrentan los campesinos debido a la temporada de sequía que se ha venido prolongando; sólo queda tener paciencia y sobre todo confianza en la providencia de Dios.


Llamó a los feligreses a seguir el ejemplo de San Isidro, trabajar las tierras que Dios les concede porque a través del trabajo y del cultivo, ellos se vuelven personas virtuosas y agradables a Dios, por lo tanto, “San Isidro que es el santo patrono de los agricultores, pidamos que interceda para las buenas cosechas para buenas siembras y sobre todo para las aguas que son tan necesarias en estos tiempos”.


En la parroquia de la colonia Ejidal desde un día se comienza la festividad velando a San Isidro Labrador y hoy 15 de mayo se celebra una misa, los vecinos se organizan para ofrecer alimentos a las personas que asisten a la iglesia, por la tarde se realiza la quema de toritos de fuego.


Algunos ejidatarios de Pueblo Viejo llevan milpas con elotes y maíz como ofrenda a San Isidro Labrador para agradecer por su intercesión para una buena cosecha y para pedir que la cosecha de este temporal sea mejor.


San Isidro es considerado el santo patrono de los agricultores y protector de las cosechas, ya que hizo el milagro de convertir desiertos en campos agrícolas, hoy, dijo doña Irma, “ante la sequía que se vive en todo el mundo pedimos su intercesión para que haya buena lluvia”.


Muchos son los milagros que se le atribuyen a san Isidro, como el agua brotando de su azada, tormentas que se disuelven a sus oraciones o la multiplicación del contenido de sus pucheros, además de la conservación incorrupta de su cuerpo en la Colegiata que lleva su nombre en Madrid, España.


San Isidro Labrador fue canonizado en 1622 por el Papa Gregorio XV en la Plaza Mayor junto a San Ignacio de Loyola, Santa Teresa de Jesús, San Francisco Javier y San Felipe Neri. Ya en 1960, el primer laico casado llevado a los altares fue proclamado patrón de los agricultores por el Papa Juan XXIII.


Cuenta la tradición de que San Isidro fue enterrado en el cementerio de la iglesia de San Andrés, pero sus restos fueron trasladados poco después, al parece un 15 de mayo, al interior del templo. Cuarenta años después de su muerte, en 1212, su cuerpo fue hallado incorrupto.

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