Por: Álvaro Venegas Sánchez
Para hablar de la otra cara de la escuela normal rural Raúl Isidro Burgos, éste no es precisamente el mejor momento. En el ambiente político y social está presente, fresca la acometida de estudiantes de Ayotzinapa a los cuarteles militares tanto en Chilpancingo como en esta ciudad y la eventual reacción anónima contra el anti monumento a los 43 perpetrada el fin de semana en la capital del estado. Sin embargo, tampoco puede retrasarse u ocultarse información relacionada al propósito de llevar a cabo los días 17 y 18 de diciembre, el primer encuentro de egresados de esta histórica escuela formadora de docentes.
Primero el 12 de abril y luego el 9 de agosto en Tixtla, concurrieron exalumnos de cinco generaciones distintas: 1960-66, 1961-67, 1962-68, 1963-69 y 1964-70. Surgió la idea de convocar a los egresados para realizar el primer encuentro de todos aquellos que nos formamos en las aulas de la institución y reconocemos como nuestra Alma Máter. La tercera reunión para dar seguimiento a este proyecto ocurrió el sábado aquí en Iguala. Después de visitar el Asta Bandera monumental, punto de reunión, fue un placer y honor para un servidor y familia, recibir en mi domicilio a la comisión designada para coordinar los esfuerzos de organización acompañada de otros que voluntariamente y verdadero entusiasmo se incorporaron.
Estuvieron presentes: Sidronio Mojica Cristóbal, egresó en 1966 y su primer lugar de adscripción fue en Tecomazúchil Norte, municipio de Tlacotepec; Albino López Nava, 1966, primera adscripción El Naranjo, municipio de Leonardo Bravo; Ranferi Pérez López, 1968, primera adscripción Laguna Seca, municipio de Teloloapan; Everardo Venga Basilio, primera adscripción San José Ixtapan (Barrio Viejo); Eligio Pérez Sánchez, 1968, primera adscripción Tlaquiltepec, municipio de Huamuxtitlán; Plácido Reséndiz Gutiérrez, Chilapa; Ignacio Novas Melín, 1968, primera adscripción, Zoyatlán de Juárez, Alcozauca; Adelfo Bautista García, 1976, primera adscripción, Tanetze de Zaragoza, Oaxaca; René Aponte Mata, 1975, primera adscripción Pericotepec, San Miguel Totolapan; Gregorio Gatica Navarrete, primera adscripción Tepecocatlán, municipio Atlamajalcingo; Félix Hernández Alarcón, 1980, primera adscripción Los pelillos, municipio de Azoyú; Héctor Cruz Salado, 1980, primer lugar de adscripción Cozoyoapan, Xochistlahuaca.
Debo decir, estuvieron en ocasión anterior y desde luego comparten el proyecto, Ernesto Lucena, Jacinto Ramírez, Joel Farías Rubio, Macario Casarrubias García, Juan Suástegui, Catalino Santibáñez Mondragón, Octavio Campos Acevedo, Noé Ibarra Luna, gran poeta y conocido como el Pata de fierro. Otros, hablaron justificando la inasistencia debido a la depresión tropical.
La bienvenida a los nuevos que llegan, incluye la explicación de que el Encuentro de Egresados, tiene como fin único la convivencia fraternal y cultural en las actividades que se aprueben por consenso en las reuniones previas. Y la invitación es evitar se contamine con protagonismos que distorsionen y/o desalienten la realización del Encuentro. El primer día, sábado 17, la intención es visitar la Normal. Por supuesto previa autorización de la Dirección y anuencia de los dirigentes estudiantiles. En seguida, recepción en la ciudad de Tixtla a cargo de la autoridad municipal. Domingo 18, antes de clausurar, Hugo Balbuena Corro, generación 1961-67, autor de los libros de texto de matemáticas de Primaria, disertará sobre los cambios del nuevo modelo curricular.
Pese a lo adverso de las circunstancias porque la opinión respecto a los estudiantes de ahora no nos favorece el proyecto va. No sabemos exactamente qué pasó. Las generaciones de hace muchos años vivimos otro ambiente. No había etapas de adiestramiento a los de nuevo ingreso y directivos y maestros gozaban de respeto independientemente de que hayamos hecho huelgas para sacar a los faltistas o simuladores de cumplir con su trabajo. Con todo y que las carencias que teníamos fueron evidentes y frugal nuestra alimentación, jamás nos atrevimos a realizar actos que pudieran ser objeto de repudio social. Claro, por algo no falta quien mencione a los líderes. Esta vez, Albino López, recordó a Lucio Cabañas Barrientos. Dijo: “el compañero Lucio no era de armas. Era sencillo y su arma fue la palabra, tuvo gran poder de convencimiento con su oratoria. Al final, lo obligaron a defenderse”.
De mi parte, me gustaría que los actuales estudiantes y los críticos malsanos de Ayotzinapa, leyeran el libro de Hipólito Cárdenas: El caso AYOTZINAPA o LA GRAN CALUMNIA. Algo les transmitirá cómo se fundó y fue la vida institucional quizás hasta los primeros años de la década de los 60, pasando por la experiencia de funcionar como escuela mixta, la mentira que un 1º de Mayo izaron la bandera rojinegra y quemaron la bandera nacional, junto con el permanente desdén de autoridades y políticos acomodaticios y progubernamentales; sobre todo, cómo los estudiantes defendieron su escuela orientando, sirviendo a las comunidades y proyectando buen ejemplo. Eran otros tiempos.
Iguala, Gro., septiembre 19 del 2022.